Bahía Blanca | Lunes, 30 de junio

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Buena gente: encontraron una notebook en peatonal Drago y la cuidaron hasta que llegó la dueña

Una mujer se olvidó la computadora en un banco. Un peatón la vio, la llevó al comercio más cercano y finalmente la dueña recuperó la herramienta donde guarda material muy valioso de su trabajo y también importantes recuerdos de su vida.

Fernando, el trabajador del negocio donde guardaron la computadora. (Fotos: Pablo Presti - La Nueva)

   Esta es una historia de buena gente. Como la gran mayoría: honesta, trabajadora, solidaria. Los bahienses de todos los días.

   Sucedió la semana pasada en un día laborable, a media mañana, hora pico de circulación de personas por el centro. Antonela iba de su casa al trabajo, pensando en las 20 mil cosas que todo el mundo tiene en la cabeza un día común. En un momento decidió sentarse en uno de los bancos ubicados en la peatonal Drago, entre O'Higgins y Colón.

   Tenía que mandar unos mensajes y revisar bien unos papeles, así que apoyó su cartera y el estuche de su notebook junto a ella. En medio del vértigo mental (responsabilidades laborales del día, organización del ritmo familiar durante su ausencia del hogar, pagos que no se podían atrasar y una infinidad de etcéteras), Antonela se levantó, tomó la cartera y se fue.

   Al llegar a su trabajo, empezó a acomodar sus cosas y notó que le faltaba algo: la notebook. La primera sensación fue un bajón frío.

   "Tengo de todo en la computadora, desde material de trabajo de toda la vida hasta fotos de mis hijos, documentos familiares. En fin, si la pierdo me pongo a llorar un mes", cuenta esta mujer de 42 años, madre de tres hijos.

   Recapituló rápido y empezó a desandar el camino del día, mientras mandaba mensajes a su casa a ver si la había dejado ahí, aunque sabía que no.

   Al llegar a la peatonal entró a un local de telefonía celular para preguntar si alguien había visto algo... y entonces respiró.


El lugar donde ocurrió todo.

   "La chica entró desesperada, cuando vio que teníamos su notebook se emocionó", cuenta Fernando, trabajador del local de telefonía celular de Drago 52.

   Lo que sucedió fue esto: un peatón, cuyo nombre desconocen los demás protagonistas de esta historia, vio la notebook sola en el banco e hizo lo que corresponde. Empezó a preguntar de quién era.

   Luego ese anónimo fue hasta el local de telefonía, le explicó la situación a los encargados Marianela y Fernando, y les dejó la computadora. Allí la guardaron hasta que apareció Antonela con su gesto de desesperación, que en menos de un instante se transformó en alivio.

   Dice Fernando que es habitual que les dejen cosas perdidas en el negocio. Ya recuperaron cerca de 10 celulares e incluso al momento de la charla con este diario tenía unos lentes recetados que alguien se había olvidado por ahí.

   "Simplemente, hicimos lo que teníamos que hacer", agrega.

   Y a modo de comentario final le manda un mensaje a Antonela: "Que guarde todo lo importante de la notebook en un disco externo. Las computadoras son carísimas pero se pueden recuperar o cambiar. La historia familiar es mucho más valiosa".