Bahía Blanca | Viernes, 17 de mayo

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Análisis: con dos genialidades, Argentina se sacó un peso de encima

La magia de Messi y el golazo de Enzo Fernández fueron determinantes para ganar el primer partido del Mundial y encausar el rumbo pensando en la clasificación.

   "Que la gente confíe, no los vamos a dejar tirados". Lionel Messi se encargó en la semana de minimizar el golpazo que había significado el debut ante Arabia Saudita. Y hoy en la cancha sacó a relucir toda su magia para darle vida a un equipo que le arrancó otra sonrisa, y algo más, al pueblo argentino.

   ¡Hasta las lágrimas...! Así se lo vio al cuerpo técnico argentino -con Pablo Aimar desparramado en la butaca- celebrando la conquista del crack, y así terminó siendo el festejo de los jugadores con los hinchas consumado el triunfo ante un durísimo México, que siempre nos presenta batalla pero que otra vez -la cuarta en los mundiales- se quedó con las ganas.

   Scaloni metió mano y cambió medio equipo, como ya lo había hecho en la semifinal de la Copa América. Buscó frescura y un mayor acompañamiento para Messi. Pero no se pudo lograr en el primer tiempo, donde México nos llevó a cometer muchos errores.

   Enfrente estaba un equipo trabajado con la sapiencia del "Tata" Martino, que obligó a su jugadores a presionar alto y que la salida se produjera por el sector de Montiel, el lado más "flaco" de la Albiceleste.

   Argentina se vio obligada a jugar el balón en retroceso, no se podía pasar la línea de la pelota ni encontrar ese juego interior con velocidad y toques precisos para abrir la cancha y sorprender al rival.

   Encima, De Pul estaba impreciso, Messi rodeado de camisetas verdes y el medio superado porque Guido Rodríguez se paró muy cerca de los centrales otorgando demasiados espacios.

   Por suerte México no dispone de "punch" en el área adversaria. Se limitó a recuperar, meter pelotazos para Vega y Lozano, y a rematar de media distancia en las escasas ocasiones que tuvo a favor.

   En el complemento la disposición táctica fue diferente. Argentina se adelantó en el terreno, buscó amigarse con la pelota e intentó que Messi, volcado más atrás en el terreno, se hiciera cargo de la conducción. Y a los cuatro minutos encaró hacia el área con uno de sus conocidos slaloms para generarse un tiro libre ideal (su remate se fue alto).

   El ingreso de Enzo Fernández por Guido Rodríguez fue la pieza que faltaba para enderezar la nave. El exRiver -hoy en Benfica- se paró diez metros más adelante y empezó a distribuir el balón con criterio. Así Messi se soltó y aprovechó los espacios libres.

   Fernández buscó a Di María y éste filtró un pase precioso a la zona que más duele. Messi se vistió de Diego, justo en el partido número 21 en los mundiales, y la calvó en la ratonera.

   Abrió el camino de la alegría para hacer reventar las gargantas y acallar los gritos de los mexicanos. 

  Ya con la compañía de Exequiel Palacios y el "Cuti" Romero, Scaloni armó la zaga con tres centrales para cerrar el partido; el equipo se predispuso mejor, esperó bien parado y tuvo velocidad para encabezar las contras.

   El debutante Enzo Fernández -un de los tantos que hay en el plantel- le puso la frutilla del postre al equipo con un amague y un remate al estilo Caniggia -ante Nigeria en el '94- para ganarse la titularidad y demostrar que hay recambios de valor.

   El final fue a pura alegría de los jugadores con los hinchas. Un desahogo que estaba atragantado.

   Argentina se sacó un peso de encima, ganó tres puntos vitales y se encamina con mejor imagen a enfrentar al conjunto de Lewandoski, para definir quien estará en octavos.