Bahía Blanca | Jueves, 16 de mayo

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Análisis: Arabia Saudita, el equipo asiático más adaptado a la era moderna del fútbol

Sin ingenuidad y colectivamente bien trabajado, el Seleccionado árabe superó a la Argentina, que cometió el gran pecado de imaginar esa victoria tan ansiada y deseada sin tener en cuenta cómo y de que manera poder ir a buscarla.

   No tiene un pelo de sonso. Hasta ahora, de los seleccionados asiáticos que debutaron en el Mundial, Arabia Saudita es el más adaptado a los tiempos que corren, futbolísticamente hablando, por supuesto.

   Sin temor ni especulaciones frente al combinado argentino, el candidato de muchos antes de este encuentro, se plantó en una parte de la cancha donde nadie creía que se iba a parar: lejos de su arquero, replegándose rápido cada vez que perdía el balón (cuando sus volantes quedaban pasados de esa línea que marcaba la pelota) y demostrando carácter frente a Messi y compañía.

   Tirando la ley del offside, jugando a fondo y sin dejar espacios en el campo posicional, esta escuadra árabe depende de la estrategia colectiva y no de algún arresto individual, más allá de que

   Saleh Alshehri y Salem Aldawsari, los autores de los goles, definieron después de gambetas o piques cortos asociados más a la potencia que a la habilidad.

   Algo es claro: no se defendió, no dudó en el momento de enfilar hacia al arco argentino y desafió a un rival de fuste con argumentos creíbles, incluso después de tener que soportar un penalcito (agarrones como esos hay miles en las áreas) mucho más no cobrable que sancionable.

   Y lo que más me llamó la atención: tienen la picardía que dominan esos grandes jugadores que actúan en los mejores equipos y Ligas del mundo. Rodearon al árbitro un montón de veces, protestan, se quejan, boquean y, al menor roce, se tiran al piso y se quedan a vivir. Mentalmente están más avanzados que futbolísticamente, además de contar con un arquero (Mohammed Al-Owais) que, a rigor de verdad, cualquiera podría decir que tiene nivel europeo si no sabe que en octubre cumplió 31 años y que nunca salió de su país.

   Con un planteo perfectamente adiestrado, dominó a la Scaloneta, que no tuvo plan B y que lució desconcertada en todo el segundo tiempo.

   Es más, ¿Argentina no sabía como jugaba Arabia? En el segmento inicial cayó 7 veces en posición adelantada. Insistió con el pase filtrado y dejando al límite a Lautaro y a Messi con la última línea saudí. No hubo desprendimientos al vació de los volantes, no aprovechó ninguna pelota parada y solo se enfocó en agarrar a algún rival “enganchado” que permita una habilitación, que no sucedió más allá del gol anulado al “Toro” bahiense, que con la última incorporación de la técnología (el chip vibrador que tiene la pelota) quedó en posición prohibida por un hombro.

   El problema de la albiceleste fue imaginar esa victoria tan deseada antes de analizar, con una lectura adecuada de juego por parte de los protagonistas dentro de la cancha, cómo hacer para ganar.

   Y si pensaba en llegar a la final, ahora deberá bajar a la realidad: la final pasó a ser la del próximo sábado ante México. Plata o...