Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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Cuando lo que importa es el proceso: ¿Podrá recuperarse el girasol tras su caída?

Las razones, que son multicausales, se han producido en tiempos contemporáneos y casi todas al mismo tiempo. ¿Lo bueno? El repunte de la última campaña, traccionado por el buen nivel de los precios internacionales.

El girasol es un cultivo adaptable al SOB. / Fotos: Pablo Presti-La Nueva y Archivo LN.

Guillermo D. Rueda / grueda@lanueva.com

   Las debilidades del girasol. Y las razones que provocaron la caída en el área destinada a siembra, con la consecuente disminución de la producción y posterior comercialización de aceite.

—Cambios en el esquema de derechos de exportación, tanto para la semilla como para el aceite. Hoy es del 7 % para el grano; y del 5 % en el aceite y en la variedad confitera.

—Expansión de la frontera agrícola y aparición de condiciones favorables al desarrollo de otros cultivos, como es el caso de la soja.

—Los principales países competidores, que son Rusia y Ucrania, aumentaron en forma significativa la producción de semilla y la capacidad de procesamiento.

—Destinos históricos que han disminuido en forma notable sus importaciones desde la Argentina. Varios de ellos situados en Europa, quien a inicios de la década de 2000 era el principal destino de las exportaciones argentinas de aceite de girasol, con una participación de más del 55 % de los envíos. Los envíos al Viejo Continente pasaron a representar menos del 6 % del total y la principal causa fue la modificación en los Límites Máximos de Residuos (LMR) aplicados por la Unión Europea.

   Estas son algunas de las conclusiones arribadas desde la Dirección de Estudios Económicos de la Bolsa de Cereales y Productos de Bahía Blanca.

   También se aseguró que el aceite de girasol en la Argentina ha mostrado un comportamiento diferente a lo observado en términos globales.

   Y que, en el período comprendido entre los ciclos 2002/03 – 2021/22, es significativa la caída y posterior estancamiento de la producción de semilla de girasol y, por ende, de la producción y comercialización de su aceite.

   Por su parte, el grado de apertura ha mostrado un comportamiento errático. Tal indicador se inició con un 69 % de orientación hacia el comercio exterior en la campaña 2002/03, alcanzando un mínimo de 36 % en el ciclo 2012/13.

   Actualmente —según se informe— el grado de apertura proyectado para la campaña 2021/22 es del 50 %.

   Es decir, nuestro país dejó atrás el rol preponderante que lo caracterizó en otros tiempos en el comercio mundial de aceite de girasol.

   Al momento de analizar los destinos de las exportaciones nacionales, en línea con los cambios mundiales, países como India y China han aumentado su participación.

   Por otro lado, se destaca el significativo incremento en los envíos hacia países latinoamericanos, tales como Chile y Brasil quienes, a inicios del período analizado, prácticamente no registraban compras de aceite de girasol en la Argentina.

   De todos modos, a pesar de la pérdida de participación del girasol en relación con sus competidores de gruesa, la situación se mostró favorable —según la Bolsa de Cereales— a la hora de decidir los planteos de verano para el ciclo 2021/22.

   Los atractivos precios internacionales del aceite, junto con la mejora en los márgenes brutos al productor, fueron factores clave en el aumento de área a nivel nacional del 13,8 %. Así, se sembraron 1,65 millones de hectáreas.

   En la región cercana al puerto de Ingeniero White, área de influencia de la entidad, el incremento de área fue del 5 %.

   Los especialistas de la Dirección de Estudios Económicos sostuvieron que, a nivel regional, a los factores positivos mencionados se debe sumar la mayor adaptabilidad del cultivo a las condiciones agroclimáticas.

   Y se preguntaron; y respondieron: ¿El incremento en la superficie destinada a girasol en nuestra región podrá ser interpretado como una tendencia que llegó para quedarse? Será necesario observar la evolución en las próximas campañas.

Panorama del mundo

   Durante las últimas décadas, a nivel mundial se observó una marcada tendencia creciente en lo referente al consumo de aceites vegetales.

   Entre las campañas 2002/03 y 2021/22, el incremento proyectado en el consumo global es del 124 %, destacándose los aumentos estimados para los aceites de palma (+186 %); girasol (+172 %); colza (+123 %) y soja (102 %).

   Al analizar la composición del consumo de este tipo de aceites, los de palma y soja son los de mayor peso, con un 34 % y 27 % del total.

   El aceite de girasol, con un 9 % de participación, se ubica en el cuarto lugar, por debajo del de colza (13 %).

   El año 2020 fue particular, ya que se produjeron importantes hechos que marcaron al mercado de las commodities.

   Como consecuencia, principalmente del aislamiento social a nivel global a raíz de la pandemia por el COVID-19, se observó un incremento en el consumo de aceites vegetales del 1,7 %.

   Para el nuevo ciclo 2021/22, se proyecta —de acuerdo con la Bolsa bahiense— una suba del 2,6 % respecto a la campaña previa.

   También se precisó que el aceite de girasol no fue la excepción cobrando, incluso, mayor protagonismo en el mercado mundial en comparación con el resto de los aceites, proyectándose un aumento del 10,6 % en su consumo global.

El mercado y el mundo

   En línea con los aumentos en el consumo de aceite de girasol en los últimos 20 años, se observa un notable crecimiento en la producción y las exportaciones.

   Incluso, dicha tendencia se refleja en la evolución del grado de apertura comercial, medido por el coeficiente de exportaciones/producción, el cual acumula una suba de 32 % en el período 2002/03 – 2021/22.

   Como ya es conocido, la producción de aceite de girasol se concentra en la región del Mar Negro, siendo Ucrania y Rusia los principales países productores.

   Además, ambos son los mayores exportadores a nivel global, con el 50 y 28,5 % respectivamente. Le siguen Turquía y la U.E. con el 5,6 % y Argentina con el 4,7 %.

   La demanda mundial de aceite de girasol se encuentra distribuida en un número significativo de países. Sin embargo, la preferencia por este aceite está relacionada directamente a su mayor calidad respecto de otros aceites, como el de palma o soja, y proviene principalmente de sectores económicos de medianos y altos ingresos.

   A nivel global, si bien el principal consumidor es la Unión Europea —con un 24,6 % proyectado para el ciclo 2021/22—, hay que tener en cuenta, de acuerdo con el informe de la Bolsa de Cereales, que Rusia dejó de ser el segundo consumidor.

   En la última década, India y China han aumentado significativamente su consumo de aceite de girasol, lo que está atado a la aparición y masificación de las nuevas clases medias (principalmente en Asia y Oriente Medio); es decir, al crecimiento de sectores con mayor poder adquisitivo.

   Así, para el nuevo ciclo, se proyecta que quienes siguen a la Unión Europea (25 %) en nivel de consumo son China e India, con el 13,5 y 13 %, respectivamente, desplazando a Rusia a un cuarto puesto – con el 11 %.

   Asimismo, cuando se analizan las importaciones, el ranking anterior se ve modificado, ya que China e India son quienes, detalló la BCP, más tonelaje de aceite deben adquirir en el mercado para satisfacer su consumo interno.