Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

Del vocero mudo a una sobredosis de comunicación

La columna semanal de Eugenio Paillet, corresponsal de La Nueva. en Casa Rosada.

Fuente: Google Imágenes

  El gobierno no esperó nada para poner en marcha una nueva etapa en materia de comunicación de los actos de gestión, tan abiertamente cuestionada desde el propio oficialismo y en aquella dura carta de Cristina Fernández que determinó la renuncia del vocero presidencial Juan Pablo Biondi, a quien la vicepresidente acusó además de montar operaciones de prensa en su contra.

   La decisión del gobierno de poner todo el énfasis en la comunicación no tiene que ver, no al menos en toda su extensión, con aquel enojo de Cristina en su explosiva carta, sino con la necesidad de “volver a las fuentes” en la manera de conectarse con el periodismo y con los medios a través de los cuales se informa la sociedad, en plena recta hacia las cruciales elecciones legislativas del 14 de noviembre.

   Más claramente, en la Casa Rosada ponderaban en las últimas horas la decisión del presidente Alberto Fernández, en línea con aquella mirada de la vicepresidente y lideresa del espacio, al menos dos de los nombramientos que dieron forma al nuevo gabinete ministerial con el que se afrontará lo que queda de aquí a las elecciones generales con el propósito de dar vuelta la dura derrota de las PASO.

   Claro, se refieren al nuevo Jefe de Gabinete, Juan Manzur, y al ministro de Seguridad, el súper mediático Aníbal Fernández, llegados al elenco ante una necesidad, que podría comprenderse más en el caso del quilmeño que del tucumano, como la de recuperar espacio en los medios. “Tenemos que volver a marcar agenda”, lo dice con todas las letras un funcionario del entorno presidencial.

    Manzur, como para darles la razón a los confidentes, ya ofreció esta mañana su primera conferencia de prensa, en este caso acompañado por la ministra de Salud  Gabriela Vizzotti, pero a su lado dicen que de mínima su intención es tomar contacto varias veces a la semana con el periodismo acreditado en la sede gubernamental.

    El caso de Aníbal Fernández es el más emblemático en este golpe de timón del gobierno para mejorar la comunicación. Su vocero histórico avisó a los periodistas que su jefe hablará todas las mañanas en la puerta de palacete de Gelly y Obes donde tiene su sede el ministerio de Seguridad. “Su misión es ser Corach, bajar línea en la agenda diaria”, explican la estrategia.

    Se refieren de ese modo a la estrategia de marcar agenda cada día para “copar los medios” que implementaba cada mañana en la puerta de su casa en Barrio Norte, Carlos Corach, el histórico ministro del Interior de Carlos Menem.

    “Aníbal instala el tema y la idea es que el resto del día los medios no hablen de otra cosa” agigantan la estrategia los confidentes. De hecho, como para marcar terreno de lo que se viene, el quilmeño habló ayer con los periodistas acreditados poco después de jurar ante el presidente Fernández, y cuando parecía que se habían agotado los temas, los instó a seguir. “Háganme más preguntas, las que quieran”. Después él mismo avisó que hablará en las mañanas, cuando no se lo impida la agenda o algún viaje, en la puerta del ministerio.

    “Para ganar en noviembre también tenemos que dar la batalla en materia de comunicar”, insisten en la Casa Rosada. Como todo sirve según dicen ellos mismo, Aníbal arrancó hoy con un furibundo ataque contra Elisa Carrió, que anoche lo había vinculado otra vez con el narcotráfico..

    La dupla, que tendrá un rol activo en materia de comunicación de los actos de gobierno, se completa con la designación del hasta ahora Director Nacional de Publicidad Oficial y reemplazante de Bondi en la vocería presidencia, Juan Ross, un abogado entrerriano con experiencia en la gestión pública de la comunicación.

    Los que conocen el paño dicen que el cometido del nuevo vocero no será tanto de contacto con la prensa, lo que hace suponer que no cambiará demasiado respeto del rol meramente informativo del día a día de la agenda que cumplía Biondi, al menos en la superficie,  si hay que recordar el duro párrafo que le dedicó Cristina en su carta. Pero que Ross se complementará “muy fuerte”, anticipan,  con Manzur y Fernández.