Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Cultivos de invierno: cuando la clave es la eficacia de los bioinsumos

Lograr un mayor estand de plantas es también determinante para combatir las enfermedades. El dato no es menor con el récord que se espera en nuestra región.

Para aplicación foliar se trabaja con biofertilizantes que promueven crecimiento. / Fotos: Archivo La Nueva.

Guillermo D. Rueda / grueda@lanueva.com

   “En la siembra de cultivos de invierno el arranque es fundamental para lograr un óptimo estand de plantas con un buen desarrollo”, dijo la ingeniera agrónoma Estefanía Reati, gerenta técnica y cofundadora de Síntesis Biológica.

   “Para lograrlo, resulta esencial conocer la calidad de semilla con la que se cuenta. Así, podremos aplicarle productos que contrarresten la incidencia de enfermedades, sobre todo aquellas que se propagan a través de la semilla”, agregó.

   También dijo que es de importancia conocer la disponibilidad de nutrientes con la que cuenta el suelo, principalmente en cuanto a nitrógeno y fósforo, esenciales para el rendimiento, crecimiento y desarrollo de los cultivos.

Estefanía Reati, gerenta técnica y cofundadora de Síntesis Biológica.

   El dato no es menor, cuando se considera que en la región cercana al puerto de Bahía Blanca aumentó un 4 % la superficie implantada en trigo.

   Según la Bolsa de Cereales de Bahía Blanca, el área pasará de 1,65 millones de hectáreas a 1,71 M/H.

   “Más allá de los factores ambientales que deben ser predisponentes para un buen desarrollo, una vez que el cultivo está implantado debemos tener en cuenta la disponibilidad de nutrientes en los momentos de máxima demanda y el control de enfermedades foliares, sobre todo en los estadios más avanzados del cultivo, como la espigazón”, explicó Reati.

   En semillas a la siembra se aplican inoculantes con cepas específicas para el cultivo, como Azospirillum y arrancadores a base de bacterias promotoras del crecimiento.

   “Estos productos estimulan la energía germinativa, permitiendo una rápida emergencia, un mayor estand de plantas y un muy marcado desarrollo radicular, lo que permite llegar a captar más agua y nutrientes, así como biodisponer de aquellas sustancias nutritivas que se encuentran en el suelo, pero de manera no disponible para las plantas (principalmente fósforo y nitrógeno)”, sostuvo.

   “Esta tecnología puede ir acompañada de fungicidas biológicos preventivos para control de enfermedades, tanto de suelo como de semillas”, admitió.

   La ingeniera Reati también dijo que para aplicación foliar se trabaja con un biofertilizante que promueve el crecimiento, aporta fitohormonas y actúa controlando enfermedades de hoja a través del mecanismo de fungistasis; es decir, el freno o inhibición en el avance de las enfermedades.

   “A este consorcio de microorganismos (Beterfoliar) lo combinamos con micro y macro nutrientes específicos para gramíneas o con correctores de carencias a base de zinc”, indicó.

   Los bioinsumos son productos biológicos, no tóxicos y sin residualidad alguna, basados en micro o macro organismos y extractos vegetales, entre otros, lo que no genera impacto ambiental.

   En conjunto con otros manejos sustentables promueven una mejora en la materia orgánica, lo que estimula el rinde y la calidad de la producción, previniendo agentes patógenos o perjudiciales.

   “Además, al ser usados en combinación con fitosanitarios, se logra bajar la cantidad aplicada de los mismos reduciendo aún más el impacto en el ambiente”, concluyó Reati. (Prensa Runrún Comunica).