Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Bahía Basket hoy cumple 10 años y Pepe Sánchez tiene un regalito

En 10 momentos se resumen los hechos más trascendentes de la franquicia. Opiniones de Sepo Ginóbili, Pancho Jasen, Juan Espil y el propio PP, que sorprendió con una respuesta respecto de su futuro. ¿Vuelve a jugar?

"Estoy listo" parece señalar Pepe Sánchez. Fotos: archivo-La Nueva.

 

Por Fernando Rodríguez /@rodriguezefe

 

   Pepe Sánchez se fue cuando comenzaba a ganar algo de dinero como profesional del básquetbol.

   Decidió dar vuelta la página de su carrera y empezar de cero en la universidad de Temple.

   Tuvo capacidad para grabar, desde entonces, todo lo que pisó en ese mundo tan diferente al que estaba acostumbrado.

El ideólogo de Bahía Basket.

 

   Se formateó en el básquetbol universitario, se dio el gusto de ser protagonista de la NBA y se consolidó en la competencia europea, llegando a jugar nada menos que en Barcelona y Real Madrid, entre otros.

   En su cabeza -siempre activa- paralelamente fue elaborando una idea que conjugaba diferentes culturas, vivencias y estructuras en un proyecto que le permitiera mejorar sus raíces.

   Su retorno al país coincidió prácticamente con la agonía de Estudiantes a nivel profesional y tras un vuelo rasante por Obras Sanitarias aterrizó en Bahía Blanca. Su lugar en el mundo.

   Hoy, así como disfruta del crecimiento en familia de su hijo Vicente, es el padre de la criatura llamada Bahía Basket, que nació oficialmente el 25 de mayo de 2010, hoy hace exactamente 10 años.

El día del debut, en 2010, ante Obras.

 

   “Lo que estamos viviendo es el resultado de todos estos años y el comienzo de lo que viene a futuro, el sistema Bahía Basket. Creo que los 10 años nos llegan en el mejor momento de construcción de identidad”, resumió.

   “Y no puede dejar de agradecer a la gente que trabajó para que esto sea posible: jugadores y cuerpos técnicos, empresas que nos apoyaron; ellos hicieron que estos diez años sean posibles”, apuntó.

El Dow Center, una obra que excedió el ámbito local y nacional a nivel deportivo.

 

   Buscando los 10 momentos de la institución que preside, el inicio se remonta a la primera etapa que lo tuvo como jugador y desencadena en una magnífica obra como el Dow Center, ya en carácter exclusivo de dirigente, aunque, sin descartar, a corto plazo, su regreso como jugador. Al menos un tiempito. ¿No lo creen? Pasen y vean...

 

1) El primer partido

 

   Bahía Estudiantes –así se denominaba entonces-, debutó de local contra Obras. Era algo nuevo y se renovaban las expectativas tras el incansable esfuerzo de la dirigencia de Estudiantes por mantener la plaza en nuestra ciudad.

   “El objetivo, básicamente, era mantener el básquet de elite en Bahía y, en mi caso, volver a jugar en mi ciudad”, recordó Pepe.

Así lucía el Casanova en el primer partido de Bahía.

 

   “Se sumó Juan (Espil), quien fue clave –agregó- con la misma idea e ilusión de retirarnos en Bahía”.

   —Volviste a jugar delante de tu familia, de tus amigos y en tu ciudad. ¿Qué te generaba esto, sumado a la responsabilidad de tener que tomar, al mismo tiempo, decisiones afuera de la cancha?

   —Era un doble trabajo, pero me acuerdo, sobre todo, del juego. Disfruté mucho de volver a jugar por jugar.

Entre Lucas Faggiano y Pepe atrapan a Elsener.

 

   —¿El juego te abstraía del resto de las responsabilidades?

   —Sí, me abstraía. El entrenamiento y jugar era lo que más disfrutaba. Y yo lo que quería era jugar.

Javier Mojica se fue de un día para otro.

 

   —Jugaste tres temporadas. ¿Te quedó algún equipo más grabado que otro?

    —Sí, el segundo. El primer año medio que sentamos las bases y el segundo, Faggiano, Aguerre, Ricky Sánchez y Meyinsse terminaron siendo todos muy importantes. Lucas, de Selección argentina; Aguerre también; Ricky y Mojica estaban en su mejor momento; Meyinsse terminó siendo un pivote dominante en América, más Juan y yo. Si Mojica no se iba, no sé qué hubiera pasado... Jugamos el Súper 8 y estuvimos a punto de voltear al Peñarol de Oveja, que tenía a Campazzo, Leo y que había sumado a Chapu (Nocioni). Y después perdimos en cinco juegos en playoffs. Habíamos encontrado mucha química y en casa prácticamente no perdimos (21-4).

 

2-El retiro de Juan Espil

 

   Entre los partidos inolvidables de Bahía Basket, con el que se despidió Juan Espil del público bahiense, el viernes 13 de abril, definitivamente aparece entre los primeros.

   “Fue memorable. Interiormente sabía que podía ser mi último partido”, recordó, en referencia al cuarto, ante Peñarol en el Casanova, con la serie 2-1 a favor de los marplatenses.

   Bahía perdía, al final del primer cuarto, 33 a 12 (¡por 21!).

Juan Espil y su recuerdo de la despedida en Bahía.

 

   “Empezamos muy mal. Y hasta se cortó la luz. Me acuerdo que en ese momento, me hicieron una nota en LU2, je. Increíble”, recordó.

   Eso sucedió restando 4m22s para el final del tercer cuarto y el Casanova se mantuvo a oscuras durante 17 minutos.

El público le demostró su afecto a Juan.

 

   Pero, de a poco, Bahía terminó con todas las luces.

   “Metí algunos triples para darlo vuelta y lo terminamos ganando (90 a 81)”, repasó Juan, que tenía 44 años.

"Fue sensancional", dijo Juan, respecto del histórico partido ante Peñarol.

 

   “Fue sensacional. Me fui del Casanova con toda la gente aplaudiéndome. Tengo una foto que me regaló Guille Giagante, haciendo una reverencia ante toda la gente. Si bien quedaba un partido, ganarle a Peñarol en Mar del Plata era muy difícil, se hacían muy fuertes”, admitió Juan.

   Y así fue. En Mar del Plata le puso final a su carrera.

 

3-El impacto de la LDD

 

   La creación de la Liga de Desarrollo resultó un polo de atracción para Bahía Basket, cuya metodología de trabajo se amoldaba a los objetivos que persigue esta competencia.

¡Cuántos nombres destacados! Primer título de LDD.

 

   Los tres títulos en las primeras tres ediciones resultan anecdóticos, no obstante, siempre significó un banco de prueba real para jóvenes que se potenciaron y más tarde trascendieron, al punto que varios de ellos hoy son jugadores de Liga y hasta integrantes de las listas de Selección mayor argentina.

El segundo, historia repetida.

 

   Por caso, Lucio Redivo, Facundo Corvalán, Gastón Whelan, Martín Fernández, Juan Pablo Vaulet, Máximo Fjellerup y Leandro Bolmaro, entre los más destacados.

 

4-La casa propia

 

   La primera casa de Bahía Basket fue el Polideportivo Norte. Allí donde desarrolló su propio espacio y comenzó a plasmar la idea del proyecto desde lo social, un aspecto que siempre fue de la mano con lo deportivo.

   “Rehabilitar ese lugar fue algo espectacular y emocionante”, aseguró Pepe.

Corvalán, Marini y Fjellerup, en el Poli.

 

   “Significó –agregó- acercarnos a un barrio que necesitaba un espacio saludable, que se logró reconstruyendo una nave destrozada y generando un espacio muy lindo para el deporte. Ahí podíamos entrenar y desarrollar a nivel social lo que más lógica tiene para nosotros que es hacerlo mediante el deporte. La idea es sumar nuevos proyectos sociales con este formato”.

   —¿Esa experiencia les sirvió para confiar en la idea original y replicarla como hicieron en La Piedad?

   —Sin dudas. Hoy lo hacemos en La Piedad y en el Poli ya llevamos seis años de vida propia. El proyecto sigue.

El "Mofle" Horvath trabajando en La Piedad.

 

   —¿De alguna manera esto es el ejemplo que se puede conjugar trabajo entre público y privado?

   —Sin dudas. El trabajo con la Municipalidad fue muy interesante. Salió muy bien y hoy, continuando con el apoyo del intendente Héctor Gay, es un espacio de salud que ganó la ciudad. Lo usan las selecciones de Bahía y también varios clubes. Además, en el barrio significó una transformación para muchas familias. Y, a la par, en lo deportivo, a nosotros nos dio independencia.

El Polideportivo, un lugar que volvió a cobrar vida.

 

   —¿Ahí empezaron a desarrollar con los jugadores el trabajo menos convencional?

   —Es que con dos horitas de entrenamiento a la mañana y otra hora y media a la noche nos alcanzaba para un equipo de Liga. Pero el corazón de Bahía Basket es la cancha de entrenamiento. Y ahí teníamos, además, el vestuario, un mini gimnasio, la sala de video... En la transformación del proyecto necesitábamos horas de entrenamiento y eso nos lo permitió. El Poli fue un gran hito.

 

5-La Liga Sudamericana

 

   Como cada paso que dio, la primera experiencia a nivel internacional de Bahía Basket generaba incógnita.

   En Chile, perdió en el debut frente a Hebraica (Uruguay) 74 a 68, aunque respondió en los dos siguientes: 78-63 a Universidad San Simón (Bolivia) y 99-64 contra Deportivo Valdivia.

Fjellerup y otra conversión ante Valdivia.

 

   “Era el primer torneo internacional para la mayoría de nosotros, en mi caso como entrenador. Desde el inicio en Chile, haber clasificado ya significaba un desafío todo lo que se venía”, recordó Sebastián Ginóbili.

   El segundo paso era un cuadrangular en La Banda, del cual clasificaba uno y cuyos rivales eran el local Olímpico, Guaros (Venezuela) y UniCEUB (Brasil).

   “Teníamos muchas ganas, pero entendíamos que éramos la cenicienta”, admitió el DT.

   Primer partido y triunfo ante los brasileños, 71 a 58.

   “El equipo jugó muy bien desde el inicio del cuadrangular”, dijo Sepo.

   El segundo se desarrolló en un contexto difícil.

   “Antes del juego hubo tres jugadores intoxicados (Fjellerup, Juan Pablo Vaulet y Johnson) y no podían jugar. Teníamos todo para ganar y nada por perder. Se unieron todos. Lo dimos vuelta, los pusimos nerviosos y, la verdad, cuando terminó el partido (victoria 80 a 72 frente al local) nos mirábamos en el vestuario y no podíamos creer que habíamos clasificado”, confesó.

Redivo, camino al cesto en una noche inolvidable en La Banda.

 

   “Al otro día recuperamos los jugadores y enfrentamos a los venezolanos que ya estaban eliminados. Fue una sorpresa y gran alegría en todo sentido”, reconoció.

   “No nos pesó la responsabilidad. Entendimos que la forma de jugar era como lo veníamos haciendo en la Liga y disfrutando. Fue un momento top de mi experiencia en Bahía Basket”, resaltó Sepo.

   Después, Bahía jugó la serie final contra Mogi (Brasil), cediendo los dos de visitante (77-72 y 80-77) y en el Casanova (84-81).

 

6-Liga de las Américas

 

   Las dos primeras paradas en esta competición fueron en Ponce (Puerto Rico).

   “Enfrentamos presupuestos mucho más altos que el nuestro y de visitantes, pero teníamos muy en claro lo que queríamos”, señaló Hernán Jasen.

   El cuadrangular inicial los ilusionó y clasificó directamente a semifinales, tras ganarle a Cocodrilos (77-75), Academia (94-67) y el local Leones (96-92).

Una derrota ante Leones obligó a ganar. Y el equipo respondió con altura.

 

   La segunda vez en Ponce resultó totalmente diferente, apasionante. Porque la derrota en el debut contra el local Leones (95-82) lo condicionó.

   “El cuadrangular que nos clasificó a la Final Four fue durísimo. Empezamos perdiendo contra Ponce (95-82) y terminamos ganándole a San Lorenzo (contundente y sorpresivo 89 a 69) y Hebraica (73-69), en un partido increíble. La mejor experiencia que viví estando en Bahía Basket”, aseguró Pancho.

   ¿Qué más se le podía pedir a esta altura a este equipo? Fueron a Barquisimeto (Venezuela). Estaban a dos triunfos del título. ¡De no creer!

El pasaje a la final estaba concretado en Venezuela. Era momento de festejar.

 

   Y estos pibes, que se estaban haciendo hombres, quedaron a una victoria, después de sorprender a Fuerza Regia (México), por 74 a 65.

   “Hay que remarcar que jugamos una final de la Liga de las Américas, donde hay tantísimos clubes en el continente que lo buscan. Nos hicimos fuertes en Puerto Rico y Venezuela. Mostramos mucho carácter, a pesar de la juventud de la mayoría. Los chicos estaban súper preparados para afrontarla”, resaltó Pancho.

   Lo logrado en esta etapa no pasó desapercibido para uno de los mejores jugadores que dio la ciudad.

   “Es de los momentos que guardo entre los mejores, comparado con haber jugado en la Selección argentina o Estudiantes de Madrid. Me agarró de grande y disfrutaba muchísimo. Se formó un grupo fantástico de personas y disfrutábamos estar juntos; se hizo corto el año a pesar de los viajes”, contó.

Antes de la final, la arenga de Sepo Ginóbili.

 

   En la final, la derrota (88-65) contra el local Guaros y ante un Domo Bolivariano que explotaba, no fue más que un dignísimo cierre a una temporada de excelencia.

 

7-El ascenso a nivel local

 

   Cumpliendo con el reglamento de la Asociación Bahiense, en 2019 Bahía Basket debía participar en los torneos superiores, en este caso comenzando en Segunda.

   “Fue una prueba mental para el equipo. Sabíamos que desde lo deportivo estábamos un paso adelante del resto. En los partidos cerrados, la presión era nuestra; foules no cobrados o mano dura, teníamos que aprender que era así, respetando el juego como en el resto de las competencias”, explicó Federico Elías.

Los campeones del torneo de Segunda.

 

   Lo cierto que Bahía supo incorporar a su plan de trabajo semanal la competencia local y terminó, como se presumía, marcando diferencia y ascendiendo a Primera.

   “Creo que el equipo estuvo muy bien de la cabeza; lo demostramos en el tercer partido con Argentino, que entramos al último cuarto 15 puntos abajo, con la gente alentando más que nunca por ellos y lo dimos vuelta. Creo que ese partido fue bisagra, pudiendo demostrar todo lo que entrenábamos y para qué estábamos en ese torneo”, entendió el tirador.

Federico Elías se llevó una de las redes del Tomás.

 

   Bahía ganó el torneo sin sobresaltos.

   “Significó un desahogo y lo merecíamos por todas las horas de trabajo que había atrás. Nunca había vivido esto y fue lindo disfrutarlo en medio de la temporada de Liga. Nos potenció para las otras competencias”, opinó.

 

Párrafo aparte

 

   Los siguientes momentos de Bahía Basket están directamente relacionado con lo que fue un proyecto y terminó siendo realidad: el Dow Center.

   El propio Pepe Sánchez respondió a los siguientes tres puntos vinculados a una obra donde, finalmente, cristalizó el proyecto.

 

8-La presentación

 

   —¿Cómo fue el proceso previo, en silencio, y el día que pudiste confirmar públicamente la construcción del Dow?

   —La gente de Dow confió en este sueño, con Gastón Remy a la cabeza, que era presidente y hoy continúa con Diego Ordoñez a la cabeza. Para mí era importante poder hacer una presentación cuando los cimientos del proyecto estuvieran seteados, porque presentar un proyecto y después no poder concretarlo no va con mi personalidad. Fue sentar las bases para empezar a contar una historia bastante diferente de lo que podía ser la construcción de un estadio. Era todo un desafío contar lo que sería el Dow Center.

El día que Pepe pudo contar el proyecto del Dow Center.

 

   —Bueno, hoy se sigue descubriendo lo que puede desarrollarse ahí más allá de un partido de básquet.

   —Exactamente. Se va transformando. Hoy me gusta utilizar más la palabra campus y no centro de entrenamiento, porque cuando podamos activar la parte exterior, será un lugar lleno de vida, más relacionado a lo que es un campus universitario en miniatura que un propio estadio. Para mí marcó un antes y un después.

Como siempre, el dueño de la pelota.

 

   —¿Tu desafío era plasmar una visión sin que, literalmente, se considere increíble concretar?

   —Tal cual. Te doy un ejemplo. En mi visión primaria, la parte del gimnasio (I feel good) iba toda abierta, sin paredes y conectaba con la cancha. ¿Por qué? Lo vi en varios centros de entrenamiento de la NBA y me pareció espectacular. Conectás la energía de los que están jugando en la cancha, con los que están en el gimnasio. Pero claro, como no tengo ni idea de gimnasios, cuando nos asesoramos nos dijeron que era inviable y pusimos paredes... Bueno, esas paredes ahora desaparecen, je. Hicimos una pequeña experiencia dejando una parte abierta y es un ejemplo de que se puede agregar a nuestra cultura. A veces, nosotros mismos nos subestimamos. La gente se suma a la cultura interna.

 

9-El primer entrenamiento

 

   —No te mostraste públicamente en el Dow en la primera práctica. ¿Estuviste?

   —Sí, estuve por ahí. Y fue muy, muy emocionante.

Sepo y su emoción por lo que estaba viviendo.

 

   —Me quedó grabado, hablando con Sepo, que se entrecortó cuando, como bahiense y hombre de básquet definía lo que significaba el lugar.

   —Me acuerdo dos cosas puntuales: la cara de los chicos, que era como haber entrado a Disney, como dice Scola y, por otro lado, en eso me reflejo en Sepo, sentir que se estaba continuando con la historia del básquet de Bahía. Verlo materializado fue decir: “está en el lugar que corresponde”.

El equipo, ya disfrutando de su nueva casa.

 

   —¿Por qué no en otro lado?

   —Porque justamente el lugar era acá. Era consciente de que estábamos agregando otra página a la historia del básquet bahiense.

 

10-La Selección

 

   —¿La concentración de la Selección argentina antes del Panamericano y el Mundial era la prueba piloto?

   —Tengo el recuerdo de toda la semana; fue increíble, de largas charlas con Oveja (Hernández), Luis (Scola)... Y un mes y medio después estaban jugando la final del Mundo.

Una de las tantas charlas de Oveja y Pepe.

 

  —Y seguían elogiando el inicio.

   —Creo que estuvo a la altura de lo que fue una gran preparación. La otra vez escuchaba a Luis (Scola) y decía que había sido la mejor preparación para un torneo y eso está buenísimo.

Scola se sorprendió de las instalaciones.

 

   —¿Y el partido donde por primera vez se abrieron las puertas al público?

   —El día del partido fue muy emocionante. Además, ver a Lucio (Redivo), Maxi (Fjellerup), Leo Bolmaro fue todo muy loco. Habían estado con nosotros.

Susbielles fue clave para que la Selección concentre en Bahía.

 

   —Vos sabías bien las bondades del Dow, pero según dijo Oveja, a él tuvieron que convencerlo. ¿Te costó que viniera la Selección?

   —Cuando lo empecé a hablar con “Chubi” (Susbielles) -entonces presidente de la Confederación-, la anécdota es que vino a verlo y dio el ok para la concentración. Pero, claro, tenía que convencer a todos los que no lo habían visto. Las objeciones eran tener que vivir adentro de la cancha de básquet y demás. Fue como tener que romper hielo. Creo que ahí “Chubi” jugó un papel clave para que la Selección venga a concentrar a Bahía. Siempre se lo estaré agradecido.

   —¿Fue, definitivamente, concretar y reunir en un lugar todo lo que estaba en tu cabeza desde hacía mucho tiempo?

  —Sin dudas: energía, movimiento y romper con muchas barreras. Y muy rápido tomó vida propia. Además, se le agregó algo de mucho valor a la ciudad. No es casualidad lo que vivimos esta temporada con Bahía Basket.

¿Lo seguirá viendo de afuera Pepe o se meterá a la cancha?

 

   —Todo esto que hablaste fue desde tu lugar de presidente de Bahía Basket. ¿No te gustaría disfrutarlo desde el Pepe Sánchez jugador? Nunca dijiste que te retirabas...

   —Bueno... La verdad que últimamente entrené mucho.

   —¡Epa! ¡Me sorprendés! ¿Y?

   —Me siento cero kilómetro.

   —A los 43 años llevás una vida muy saludable, entrenás, cada vez estás más conectado al básquetbol y cuando diste un paso al costado fue, básicamente, porque lo decidió tu espalda. Insisto, ¿existe alguna posibilidad real de que vuelvas a disfrutar como jugador y por los puntos en el Dow Center?

   —Eeeh...

  —¡Dudaste! Es una señal...

  —Tengo muchas ganas de ver cómo es jugar después de ocho años... Es muy probable, je, je, je...

   ¿Será cierto? Por las dudas, vayan reservando una butaca en el Dow Center...