Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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Preguntas sin respuesta

“La frágil memoria colectiva seleccionó nuevamente a sus detractores y sus resultados serán análogos: clientelismo y pobreza". Escribe Ernesto Tolcachier.

   El presente nos sorprende con  una nueva hazaña de depreciación, fruto de una  ambición sin límites, donde saqueadores profesionales extraen rentas de un mal llamado “aporte solidario”, compulsivo y obligatorio. Además, es confiscatorio para las empresas y para las personas que ya pagaron un impuesto extraordinario cuando blanquearon sus tenencias y pagan ahora sobre sus ganancias. 

   Parecen ignorar nuestros funcionarios que “la confiscación de bienes queda borrada para siempre del código  penal argentino”, como dice la Constitución en su artículo 17. Además de confiscatorio  es inconstitucional e injusto, ya que grava con una doble imposición de bienes productos de la propiedad. 

   Con este engendro, se está dando un adiós a la inversión tan necesaria en este momento.  Sus efectos no serán otros que negativos, al recaer sobre una gran parte del sector productivo del país. Recordemos que Argentina actualmente posee una presión fiscal del 42% del PBI, una de las más elevadas del  mundo. Y  a estos desaciertos de la liturgia peronista celebrando  con bombos y platillos el llamado impuesto a la riqueza, ninguna pancarta se refirió al ajuste y su plan económico: extracción compulsiva de recursos a los que los votaron con el fin de abastecer a la propia clientela, y para ello el concurso de operadores mediocres y sin principios. 

   ¿Y los abuelos, los mentados por el peronismo cuando no estaban en el gobierno? Si se cumpliera la ley de Movilidad 27.426 les correspondería un 42%. Estos insensibles miserables los condenaron a ser víctimas del ajuste con sus haberes acumulados en el año 2020 de diciembre a diciembre de entre 24,4 y 35,5 % para los mínimos. Y pensar que algunos cínicos lo denominan “el gobierno de los derechos humanos”. Menos dinero para los abuelos, eternos postergados de los “intocables” autores de los abusos y arbitrariedades.

   La frágil memoria colectiva seleccionó nuevamente a sus detractores y  sus resultados serán análogos. Más clientelismo, pobreza, transgresiones inexcusables, como la desnutrición crónica en niños, sobre todo en las provincias con sistemas feudales, escaso control de la sociedad civil y gobernantes reelegidos indefinidamente y avalados por el Poder Ejecutivo. Se viene produciendo una cantidad incesante de fallecimientos por desnutrición agravados por la pandemia, con escasas defensas. 

   Pero esto no termina  aquí. Ahora, la justicia. Su intento de acorralar la justicia para consagrar la inmunidad de la vicepresidenta:  a)  Jueces Federales adictos, para lo cual se desplaza a los actuantes; b) nombramiento de un procurador, violando los requisitos numéricos actuales y, por lo tanto, improcedente y arbitrario; c)  propiciar una Corte Suprema de mas miembros nombrados entre las tinieblas. Finalmente, esta combinación de desastre económico y catástrofe sanitaria, la nueva hazaña de los saqueadores para un futuro sombrío.                                              

   Ortega y Gasset identificaba  nuestras características como “la nostalgia del rebaño”; por eso muchos pueblos andan buscando “un pastor y un mastín”.

   Mi reflexión final: anhelo un cambio que nos permita vivir en el universo abierto del espíritu liberal en esa idea radical sobre la vida y el intransferible destino de su individualidad, para concretar nuestros sueños en ese nuevo paradigma de prosperidad.