Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

El compromiso de un padre y condenas por venta de drogas

Un hombre advirtió que su hijo estaba consumiendo sustancias y aportó información que permitió la detención de 4 personas acusadas de comercializar estupefacientes.

   Un vecino de Pedro Luro advirtió que su hijo, de repente, había cambiado su conducta. Y también percibió olores en su ropa que no eran comunes.

   Preocupado, quiso saber más y en un descuido del chico pudo revisar su celular. Observó que se comunicaba con una persona que, según comentarios, se dedicaba a vender drogas.

   Habló con el hijo y este confesó la situación, le contó quién le entregaba los estupefacientes. Incluso llegó a filmar una de las transacciones.

   El hombre entregó la información a la policía y permitió, junto a otras pruebas recolectadas durante la investigación, la detención de cuatro personas acusadas de comercializar drogas en esa localidad del partido de Villarino.

   En las últimas horas, y en el marco de un juicio abreviado, el juez Hugo Adrián De Rosa, del Tribunal en lo Criminal Nº 1, condenó a los imputados.

   Juan Ernesto Dorini, apodado “Yiyo”, recibió una pena de 6 años y 2 meses de prisión, mientras que Claudio Rubén Rodríguez, Horacio Ezequiel Peralta y Claudia Lorena Zambrana fueron sentenciados a 6 años.

   Previamente, el fiscal Mauricio Del Cero y los abogados defensores, con la aceptación de los imputados, habían acordado la sanción y la calificación legal de los hechos.

   Para el juez quedó acreditado que Dorini, Zambrana y Rodríguez, de manera conjunta, comercializaron estupefacientes (particularmente cocaína y marihuana) en dosis fraccionadas destinadas para la venta, durante el período comprendido al menos entre el 27 de abril de 2017 y el 8 de junio de 2019.

   Respecto de Peralta, se estableció que se unió a los otros imputados a partir del 29 de noviembre de 2018.

   También determinaron que la comercialización de los estupefacientes era realizada “tanto en sus domicilios particulares como bajo la modalidad de encuentros en lugares previamente acordados”.

   Por otra parte, se los imputó por la tenencia compartida de 8,3 gramos de cocaína (fraccionada en 10 envoltorios) y 30 gramos de marihuana (3 paquetes), incautados durante los allanamientos realizados a mediados del año pasado en la vivienda ubicada en la calle 101 y 35, y en el domicilio de 15, entre 12 y 10.

Denuncia y seguimiento

   En el fallo se mencionó que la investigación también tiene en sus orígenes la denuncia de un lurense, que manifestó tener conocimiento que Dorini “estaba distribuyendo drogas a los jóvenes de la localidad”.

   También indicó que en un momento el sospechoso trabajaba como remisero.

   En el marco de las tareas investigativas llevadas adelante por la policía de manera encubierta, determinaron que el sujeto solía concurrir al domicilio de Rodríguez y que allí se había establecido un punto de venta.

   Incluso, mencionaron que “Yiyo” se movilizaba en una bicicleta tipo mountain bike y que la dejaba a la vista cuando estaba en la casa del otro imputado, como “señal” para los consumidores de que se encontraba en ese lugar.

   Los efectivos describieron en la causa distintas situaciones advertidas y movimientos compatibles con la venta de drogas.

   Mencionaron además que durante algún tiempo Dorini alquilaba una habitación de hotel, donde solía permanecer Zambrana, quien mantenía una relación con el imputado y durante los fines de semana hacía las veces de “puntera” (vendedora) en un bar de la localidad.

   En la causa se encuentran agregados testimonios que dan cuenta que el sujeto viajaba a Bahía Blanca para aprovisionarse de estupefacientes.

   Uno de los policías declaró que, según lo investigado, Peralta -es primo de Dorini- lo reemplazaba cuando tenía algún inconveniente en la venta de la droga y el cobro.

Pruebas sólidas

   Al momento de resolver, el juez considero que “se presenta muy clara la forma en que los coimputados comercializaban los estupefacientes, los lugares donde lo efectuaban y el rol de cada uno de ellos”.

   Destacó que en los teléfonos celulares incautados durante los allanamientos hallaron “diversas comunicaciones entre los coimputados, referidas a la comercialización de estupefacientes como también comunicaciones con los consumidores efectuando distintas ventas sustancias prohibidas”.

   “Valorada la prueba antes indicada, entiendo que el cuadro cargoso resulta suficiente y de importancia a los fines de dar por acreditado el hecho endilgado”, agregó el doctor De Rosa.

   Por todo ello, los encontró culpables de los delitos de comercialización y tenencia de estupefacientes en dosis fraccionadas directamente para su consumo.

   El delito se consideró agravado por la intervención de 3 o más personas.