Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Un merecido homenaje al último guardián de Villa Epecuén 

Pablo Novak fue reconocido por el municipio como Embajador Cultural y Turístico de Adolfo Alsina.

 

Pablo Novak, junto a su bicicleta, con la que diariamente recorre las calles de Epecuén. Fotos: Pablo Presti y Prensa Adolfo Alsina

   La relación de las ruinas de Epecuén y Pablo Novak traspasaron hace años los límites geográficos de nuestro país.

   La historia de la villa inundada a fines de 1985 se cruza constantemente con la de su único habitante, un hombre entrado en años que con su vieja bicicleta sin frenos y un par de perros, permanece viviendo en el lugar los 365 días del año.

   Objetivo constante de periodistas y fotógrafos, las redes sociales terminaron convirtiéndole en una persona de fama mundial, sobre todo después del film que filmara el ciclista Danny McAskill hace algunos años en lugar.

   En ese video, que hoy solo en YouTube tiene más de 15 millones de reproducciones, se lo puede ver a Novak en su bicicleta, recorriendo las ruinas y contando -brevemente- la trágica historia de la villa. Después de eso, llegarían más cronistas y youtubers de todo el planeta a hablar con él

   Incluso, en los próximos días él mismo será uno de los protagonistas principales de un documental que la productora BBC grabará en nuestro país, en el que se focalizará sobre la historia de la Villa Epecuén.

   El 29 de este mes -traductor mediante- periodistas del BBC's Travel Show le pedirán que relate, una vez más, sus vivencias en las ruinas. El programa  cuenta con una audiencia aproximada de 80 millones de personas alrededor del mundo.

   Conocedor como pocos de los secretos de las ruinas que quedaron una vez que se retiraron las aguas, Pablo Novak recibió el merecido homenaje por haber sido el último habitante y guardián del lugar durante las últimas décadas, y -justamente en su cumpleaños número 90- fue declarado  Embajador Cultural y Turístico de Adolfo Alsina.

   Este reconocimiento, de acuerdo al decreto emitido por el intendente de Adolfo Alsina, Javier Andres, señala que la figura de Novak ha colaborado a dar reconocimiento mundial al lago Epecuén.

   Además, recuerda que  “después de la trágica inundación, Novak ha concurrido sistemáticamente a visitar las ruinas y ha adquirido el reconocimiento mediático de 'Último habitante de Epecuén'”.

   Asimismo, destaca que su historia “ha logrado atraer a medios del país y del mundo” y que “su fama se ha convertido en un icono de nuestra villa turística despertando el interés de turistas y medios de comunicación”.

   Por ello, señala la normativa municipal, se lo declara Embajador Cultural y Turístico de Adolfo Alsina.

 

"¿Cómo voy a estar en otro lugar?"

 

   Novak siempre contó que volvía a vivir a Epecuén porque, en pocas palabras, es un lugar que lo hace feliz.

   Nacido en la villa en 1930, toda su vida transcurrió en ella. Su familia paterna tenía una fábrica de ladrillos, por lo que cada vez que le preguntan señala que gran parte de las construcciones son fruto del trabajo del clan Novak.

   Recuerda una villa floreciente, con unos 2 mil habitantes al momento en la década de 1940. En el medio, él fue creciendo, se casó y tuvo diez hijos.

   Años después, llegaría la trágica inundación. Nadie pensaba que el agua que el lago que le daba vida pudiera tapar toda la villa, pero  finalmente ocurrió.

   Todos partieron hacia Carhué, incluso aquellos que hubo que buscar y convencer cuando ya tenían el agua en sus puertas.

   Él también se fue, pero volvió al poco tiempo. Su mujer y sus hijos quedaron en Carhué, pero él necesitaba regresar. Se instaló con una casilla y una vaca sobre una de las calles que no habían sido tapadas por el agua.

   "Me da un poco de tristeza ver lo que quedó, pero también recuerdo los momentos de alegría. ¿Cómo voy a estar en otro lugar? Yo hice todo acá", cuenta.