Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Explosión en Dow: lo que todavía no se sabe y sería bueno saber

Pasan las horas y se disipa la información falsa del incidente, pero no por eso florece la verdad de varios puntos.

Fotos: Emmanuel Briane - La Nueva.

Pasaron las horas después de la explosión en Dow que tuvo en vilo a toda la ciudad la madrugada del viernes y, mientras se celebra que el episodio no haya arrojado muertos ni heridos, las víctimas que todavía piden asistencia parecen ser las certezas y las explicaciones.

Más allá de lo que se supo en las horas posteriores al estruendo de las 00.21 del 28 de junio, lo que importa ahora es lo que todavía nadie dijo:

¿Por qué se demoraron tanto en la comunicación oficial del incidente más allá de que la ley lo permita?¿Cuál fue el problema técnico puntual que produjo la explosión? ¿En qué porcentaje la falla se debió a uno o varios errores humanos?

Además, según el testimonio de los propios vecinos whitenses, siempre afectados por estas cuestiones que ponen en jaque la seguridad y la tranquilidad medioambiental, ¿por qué las sirenas comunitarias no se encendieron, mientras que otros episodios menores –aseguran-- sí son merecedores de su activación?

Por otro lado, considerando la versión oficial de las autoridades, según la cual la población no corrió peligro en ningún momento a causa del incidente, ¿puede un hecho así, inofensivo pero con un estruendo de tal magnitud que se oyó a más de 10 kilómetros de distancia, servir para alertarnos como ciudadanos de que vivimos en un lugar en el que se debería exigir más a la hora de que velen por nuestra seguridad y nuestra calidad de vida?

Por último, más allá del monitoreo y la supervisión constante del Comité Técnico Ejecutivo (CTE) sobre las empresas del Polo, ¿cuál es el límite entre la esfera privada de una planta petroquímica –con varios incidentes acumulados en pocos años-- y la esfera pública que hace a la salud y a la integridad física de los habitantes de una ciudad, como para que los medios no puedan acceder o directamente no haya imágenes del sector afectado de la planta que permitan, con la opinión de los especialistas mediante, hacer un juicio objetivo de los daños y del real riesgo al que estuvimos expuestos?

Nadie se acostumbra

Pese a convivir desde hace décadas con un polo industrial y petroquímico, los vecinos de Ingeniero White no pueden --¿quién podría-- acostumbrarse a los olores, los vapores y las explosiones.

“Mis hijos se escondieron abajo de la cama y con mi marido salimos a la calle a ver qué pasaba”, dijo Micaela, una chica que vive en pleno corazón de la localidad.

“Fue una explosión diferente a todas. Tuve que tomar una pastillita para poder volver a dormir”, lamentó una mujer.

“En mi casa se sintió como si un auto se hubiese estrellado contra el portón. Lo primero que hice fue salir a ver si había fuego en las plantas o qué pasaba con las chimeneas”, dijo Guillermo, quien vive a 1.000 metros de la planta de Dow.

Explosión en el Polo