Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

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El día que una ballena se convirtió en jabón en Bahía

Mario Minervino / mminervino@,lanueva.com

 

En julio de 1941 la llegada de una ballena a la zona de Ingeniero White causó conmoción en la ciudad, al punto que cientos de curiosos se acercaron a la ría tratando de verla. 

Tras la sorpresiva incursión, la ballena "desapareció" tan misteriosamente como había llegado. Pero hubo quienes se interesaron por buscarla (y cazarla), hasta que finalmente la encontraron en Puerto Belgrano, donde apareció herida tras chocar contra una draga. Era un ejemplar de 15 metros de largo y 1,50 de diámetro. Pesaba, mojado, 22 mil kilos.

Y si había dudas sobre el origen y las causas del deceso del animal, no ocurrió lo mismo con su destino: de inmediato se interesaron por su cuerpo los dueños de la fábrica de jabones El Puma --ubicada a pocos metros de la estación ferroviaria del Rosario Puerto Belgrano-- y Vicente Maghetti, que fabricaba aceite en proximidades del balneario Maldonado.

Concretada la compra, la ballena fue embarcada en un vagón chata del Ferrocarril Rosario-Puerto Belgrano, utilizándose para cargarla una grúa de 30 toneladas.

Poco antes de las 15, el convoy llegó a la terminal, donde una muchedumbre se acercó con la curiosidad propia del inédito acontecimiento.

Ni imaginar la conmoción de propios y ajenos cuando avezados hombres del cuchillo comenzaron la tarea de cortarla, sacando panes de grasa que depositaban en tambores colocados sobre camiones.

Nadie, por entonces, prestó mayor atención al detalle de que las ballenas no pasaban por su mejor momento y que los 300 mil ejemplares existentes en 1800 se habían reducido, caza indiscriminada mediante, a menos de 10 mil. Descontando jabones y aceites.