Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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El amarillo de Van Gogh y la música de Spinetta en los puentes del Napostá

El paseo cuenta con cuatro puentes, todos amarillos.

Fotos: Pablo Presti-La Nueva.

Por Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

   Un modesto cartel —demasiadas veces tapado con afiches impropios— indica tímidamente que el paseo a orillas del arroyo Napostá, entre Casanova y el parque de Mayo, tiene nombre propio. No cualquier nombre. Se llama Paseo de los puentes amarillos Luis Alberto Spinetta.

   La designación fue impuesta por ordenanza en 2016, a partir de un expediente iniciado en 2012, el año en que falleció el músico y compositor, autor de Muchacha ojos de papel.

   Por eso los cuatro puentes fueron repintados de amarillo. Un color que se contrapone con fuerza al verde de los árboles y al celeste del cielo. Un color que a su vez refiere al pintor Vincent Van Gogh, quien en 1888 realizó una serie de pinturas —al óleo y acuarelas— del puente Langlois, sobre el río Ródano, en la localidad de Arlés, al sur de Francia. Un puente de tipo holandés, de madera, levadizo, donde el amarillo, color amado por el pintor holandés, es protagonista.


Puente de Langlois en Arles, Vincent van Gogh, 1888

   Cuando en 1973 Spinetta compuso Cantata de los puentes amarillos, una extensa suite de nueve minutos, uno de sus inspiradores es precisamente Van Gogh, con su atormentada vida cargada de dramatismo. En este tramo del Napostá se han unido esos dos espíritus. El de Van Gogh, el de Spinetta. En uno de los más atractivos paisajes de la ciudad, en el Paseo de los puentes amarillos.

No! nunca la abandones

¡No! puentes amarillos

Mira el pájaro, se muere en su jaula

¡No! nunca la abandones.

Cantata de los puentes amarillos, Spinetta, 1973