El Hospital Municipal Leónidas Lucero ya tiene su quirófano de “película”

Redacción de La Nueva.

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   Un nutrido grupo de trabajadores municipales del Hospital Leónidas Lucero se encolumnó detrás de la iniciativa de unos compañeros de tareas para redecorar el quirófano infantil y hacer más amena y distendida la llegada y permanencia de los más pequeños en esa área.

   Así, las paredes ya no lucen blancas, sino que los niños, cuando van camino a la intervención quirúrgica en una pista creada con su correspondiente semáforo, pueden observar vinilos alusivos a diferentes películas animadas, mientras manejan un auto eléctrico a control remoto.

   El acceso al área principal ya no es una simple puerta vaivén, sino que los reciben los personajes de Toy Story. Y dentro, emergen distintos personajes mientras el equipo médico realiza su trabajo específico.

   Este proyecto, que cobró relevancia nacional en los últimos días, fue impulsado y desarrollado por más de 30 integrantes del equipo del quirófano, de obras e infraestructura y maestranza, solventándolo en gran parte con sus propios recursos.

   El ideólogo fue Pablo Aispuro, técnico anestesista, quien pronto encontró acompañamiento en Fernanda Petetta, médica anestesista del servicio.

   “Y después se sumaron todos. Somos más de 30 personas las que trabajamos en este proyecto”, contó Pablo, quien remarcó que las labores se efectuaron fuera de horarios laborales para no entorpecer el normal funcionamiento del área.

   La iniciativa surgió hace ya un par de años, cuando Aispuro comenzó a utilizar herramientas de globología para distender a los pequeños pacientes en un momento plagado de incertidumbres, como es ingresar a un quirófano.

   “Empecé haciendo animales o espadas con globos y a eso le agregamos antifaces de superhéroes, hechos a mano por otra compañera (Adriana Cejas). Después sumamos las batas con colores de equipos de fútbol”, agregó.

   De las charlas con Petetta surgió la idea de ser más innovadores aún y redecorar el área de cirugías, que encontró rápido eco en sus propios compañeros y luego el apoyo del equipo directivo del nosocomio.

   “Empezamos a buscar vinilos. El primero fue el de Toy Story que está dentro del quirófano y lo compramos en Buenos Aires. Lo fuimos pegando nosotros, buscando instructivos en youtube”, señaló Fernanda.

   Y agregó: “Subimos un par de fotos al Facebook y allí comenzó una movida solidaria tremenda, que nos sorprendió. Por ejemplo, una gráfica de Bahía nos donó otros vinilos para el pasillo de acceso”.

   La difusión también posibilitó el obsequio del auto a control remoto, de uno de los tantos “héroes anónimos”.

   “Allí nos planteamos la posibilidad de armar una pista, para que el niño llegue sentado en un autito hasta el quirófano”.

   La movida no tiene precedentes en la Provincia.

   “No esperábamos tanta repercusión, como también la reacción de los chicos al ingresar. Prácticamente no se dan cuenta que dejan atrás a sus padres y están entrando a una operación. Que lleguen distendidos facilita muchísimo el trabajo”, añadió Adriana Cejas, otra de las participantes activa del numeroso grupo.

   “También la cara de los padres nos demuestran la confianza que nos tienen. La aceptación fue total”, esgrimió Vanesa Cianci, instrumentadora.

   Dicen que la iniciativa los unió aún más como grupo de trabajo.

    “Siempre se dice que los trabajadores municipales tienen puesta la camiseta de trabajo permanentemente. Y aquí se plasmó en un hecho excelente. Ninguno del grupo escatimó esfuerzos para llevarlo a cabo. Todos pusimos nuestro granito de arena”, manifestó Lorena Arenot,  enfermera e instrumentadora.

   El proyecto no finaliza aquí. Prometen que habrá mayores novedades en un corto tiempo.

   “Todavía podemos innovar aún más. No podemos decir mucho, pero todo gira en brindar una mejor atención”, cerró Pablo Aispuro.