Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Amor libre. Otra forma de relación de pareja

  • "Cualquier forma de amor que encuentres, vívelo”.
  • Anaïs Nin, escritora y ensayista estadounidense

   La frase puede resultar chocante para muchos, ya que no todas las formas de amor son coincidentes con nuestras creencias o costumbres culturales. Las formas de amar y experimentar el amor son diversas y el amor libre es una de ellas.

   Podemos estar de acuerdo o no, pero hay que hablar y escuchar o, al menos, hacer el intento de comprender que no siempre todo encaja dentro de la norma.

   Hablar del tema no obliga a nadie a adoptar una postura con la que no está de acuerdo. Por el contrario, permite desarrollar un pensamiento crítico para respetar sin juzgar ni discriminar a quienes pueden experimentan el amor más allá de la forma esperada por la mayoría. 

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   Nuestra sociedad privilegia la pareja monogámica, por lo cual resulta muy difícil comprender, o aceptar, los diferentes tipos de vínculos amorosos que las personas pueden establecer. 

   Más allá de ello, en los últimos tiempos parece haber mayor apertura y ya se habla del poliamor, las parejas abiertas, swinger, entres otras formas de vincularse sexual o afectivamente. 

   El concepto de amor libre no es nuevo y no siempre es abordado en profundidad. Incluso, a veces se lo suele considerar opuesto al concepto de amor romántico, y se lo relaciona con promiscuidad o falta de respeto por el otro miembro de la pareja. 

   Pero, según lo explican quienes adoptan esta forma de expresión amorosa, el amor libre surge como una posibilidad de ampliar los vínculos sexo-afectivos de manera honesta y consensuada.

   Se pone énfasis en no considerar a las personas como propiedad de otra, o como dueña de sus sentimientos o pensamientos. 

   En este tipo de relaciones es muy importante el consentimiento del otro. Si no hay un acuerdo mutuo, se estaría frente a una situación de abuso de confianza y respeto. 

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    Para quienes prefieren las relaciones monógamas, esto podría llegar a ser imposible de admitir, lo cual es también absolutamente respetable. Ninguna persona está obligada a aceptar algo con lo que no se sienta cómoda. 

   Aunque podría resultar contradictorio para algunos, en las relaciones de amor libre la honestidad juega un papel primordial. No se trataría de una relación amorosa libre si esto no se aclara desde un principio o si una de las dos partes es forzada a aceptarla. 

   Quienes se sienten más a gusto con este tipo de vínculos refieren que no están dispuestas, o dispuestos, a sentirse que son propiedad de otra persona, ni considerar a la otra persona de su propiedad. 

   Por lo tanto, los celos quedan fuera de juego, al igual que la desconfianza o los controles, ya que el amor libre se basa en la confianza y en acuerdos que, justamente, se construyen y no están preestablecidos. 

   Vivir los vínculos sexo-afectivos de una forma diversa, distinta a la de la mayoría, puede resultar una decisión que muy costosa. Es una elección, y a la vez convicción, que no todas las personas pueden adoptar. 

   Las relaciones basadas en el amor romántico suelen caer en el error de considerar al otro como un objeto de su propiedad. De ahí que muchas veces los celos y los controles  pueden llegar a ser tan exagerados que terminan coartando las libertades del otro. Este puede ser uno de los motivos por el cual algunas personas adoptan otro tipo de vínculos. 

   Relacionarse de manera genuina, sin presiones ni opresiones hacia el otro, permite construir un vínculo saludable para la pareja, tanto en una relación de amor libre, romántico, monógamo u de otro tipo.

   Todas las formas de relacionarnos merecen el mismo respeto, más allá de nuestras creencias y preferencias personales. 

   Aceptar la diversidad y respetar las elecciones de cada uno permite construir vínculos personales más libres de tabúes y de temores. Por eso como dijo Anais Nin "Cualquier forma de amor que encuentres, vívelo”.