Bahía Blanca | Lunes, 30 de junio

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Reforma: Macri cedió algo, pero tendrá su ley de voto electronico

   Confidentes presidenciales decían ayer a media mañana en los jardines de la residencia de Olivos un rato después de la reunión de Mauricio Macri y Rogelio Frigerio con gobernadores peronistas para analizar la reforma política e instaurar el uso del voto electrónico: "Hicimos una carambola a tres bandas".

   Seguramente se referían al resultado del encuentro de más de una hora en el principal despacho del chalet de Villate y Winneberg. A saber: el gobierno logró el apoyo de ocho mandatarios del Partido Justicialista y de un independiente para sancionar en el Senado la ley que termina con el tradicional y siempre sospechado voto de papel; en segundo lugar el presidente cedió aunque no tanto en uno de los principales reclamos de la oposición, que es el tema del gradualismo en la aplicación de la ley.

   Macri aspiraba a que la Boleta Única Electrónica se utilice en los 24 distritos electorales durante las elecciones legislativas de 2017. El texto de la futura ley habilitará a algún caso aislado que por razones de tiempo u otros inconvenientes deba votar con el viejo sistema. Todo el resto lo hará con la BUE que ya rige en Salta y la Ciudad Autónoma.

   La bola que consagró la carambola según la mirada de los confidentes es que con los apoyos recibidos ayer, Macri logró dividir un poco más al peronismo. Un objetivo sin prisa pero sin pausa que persigue sin demasiada alharaca para que no se note, pero que tiene el claro objetivo de conseguir que el principal partido de la oposición llegue partido en varios pedazos a las elecciones de octubre del año que viene.

   En líneas generales los gobernadores que estuvieron en Olivos ratificaron en la conferencia de prensa aquella impresión de triunfalismo que imperaba en los voceros presidenciales.

   Con matices, dijeron que la reforma electoral es necesaria para terminar con el viejo y siempre sospechado sistema de boletas de papel; que igual el nuevo sistema propuesto por el Poder Ejecutivo no impide el conteo manual en segunda instancia de las boletas electrónicas por parte de los fiscales; que el traspaso del control del escrutinio desde el ministerio del Interior a la Cámara Nacional Electoral le otorga al sistema una segunda instancia de transparencia al margen de la emisión de la BUE, y que el gradualismo que reclamaban en todo caso se aplicará en casos de probada dificultad para adecuarse a los nuevos tiempos.

   Macri pudo haberse llevado más que una carambola a tres bandas. El elogio de la gobernadora de Tierra del Fuego, Roxana Bertone, a las políticas que está instrumentando el gobierno y "al simple hecho de ser escuchados en nuestras necesidades", seguramente rémora de otros tiempos no tan democráticos, fue compartido por el resto de los mandatarios que asintieron durante la rueda de prensa que encabezó Frigerio.

   Que no pudo menos que asentir con una semi sonrisa cuando la fueguina dijo con todas las letras: "soy peronista pero no me ata ningún pasado". Para qué aclarar.

   Junto a Bertone, es cierto, hubo gobernadores peronistas sino "amigos" del macrismo, al menos de los más condescendientes con el gobierno y en especial con Frigerio, el hombre que los escucha semana a semana y que siempre tiene una solución (fondos) para los problemas de gestión de cada uno de ellos.

   Domingo Peppo (Chaco), Juan Schiaretti (Córdoba), Juan Urtubey (Salta), Mario Das Neves (Chubut), el vicegobernador Adán Bahl (Entre Ríos), Hugo Passalacqua (Misiones) Alberto Weretilneck (Río Negro) y el independiente Omar Gutiérrez ( MPN-Neuquén), dijeron presente. Faltaron Lucía Corpacci (Catamarca) y Sergio Casas (La Rioja), que también apoyan, lo que sumado a los votos de Cambiemos garantiza, salvo imponderables, que Macri tendrá su ley.