Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Acoso escolar: "Se nota mucho en los colegios privados"

Todos somos buenos por naturaleza. Nadie nace violento o criminal. Sin embargo, desde muy chicos absorbemos situaciones que van tallando nuestra personalidad y condicionan futuras conductas, tales como la falta de reconocimiento de uno de los padres, el divorcio, el fallecimiento de un abuelo o la enfermedad de un hermano.




 Todos somos buenos por naturaleza. Nadie nace violento o criminal. Sin embargo, desde muy chicos absorbemos situaciones que van tallando nuestra personalidad y condicionan futuras conductas, tales como la falta de reconocimiento de uno de los padres, el divorcio, el fallecimiento de un abuelo o la enfermedad de un hermano.
A partir de ese análisis, la doctora en psicología Viviana Torres, especialista en niños y adolescentes, aborda la creciente problemática del bullying o acoso escolar.
Mediante disertaciones abiertas, la especialista capacita a docentes con herramientas destinadas a la prevención de la problemática que, según advierte, creció especialmente en el ámbito de la educación privada, pese a que desde la dirección local de Psicología desmientan un incremento de casos.
"Lo primero que hay que dejar en claro es que el bullying no se limita a la actividad escolar. No respeta edades, puede darse desde los 4 años y hasta el fin de nuestras vidas. También podría suceder en el trabajo, en un grupo de amigos, en la universidad; se da en todas las comunidades. Entendemos al bullying dentro de un comportamiento violento desde lo físico, psicológico o emocional", dijo.
De todas maneras, Torres apunta a tratar a los jóvenes, primero por su conocimiento específico y, segundo, porque "si se focaliza, se los puede ayudar, ya que en este momento histórico manifiestan sus adversidades sin pudor ni frenos".
Los talleres gratuitos, como el que tuvo lugar la semana pasada, se realizan en Alvear 112, sede local de la ONG El Arte de Vivir, fundada y presidida a nivel mundial por Sri Sri Ravi Shankar.
"En el grupo hay muchos docentes y directores de escuela que van a `respirar', se les preguntó si querrían recibir algún tipo de información o técnica adicional y, mediante una carta, nos hicieron llegar la preocupación por el bullying y el estrés en los chicos", explicó.

"Muchas consultas". Torres no tiene estadísticas del flagelo porque se desempeña en el ámbito privado, aunque tampoco las hay en el sector público, ya que se entiende a la problemática como de origen multicausal y se la afronta de manera particular.










 No obstante, en 2008, un grupo de psicólogas locales realizó un relevamiento que daba cuenta de la existencia de un 20% del alumnado afectado por la cuestión.
"Yo no tengo datos, pero me parece que hoy el porcentaje es mayor. Recibí muchas consultas particulares y, cuando se llega a esa instancia, es que está impactando de manera más directa en la sociedad. Como en un tiempo los padres preguntaban por la hiperkinesia y el déficit de atención, hoy lo hacen por el bullying, las agresiones escolares, los hijos que no tienen amigos o la angustia que les representa la inminencia de exámenes", graficó.



 En ese mismo marco, aseguró Torres que el bullying "se nota mucho en los colegios privados, tanto en varones como mujeres".


 No tiene una explicación sobre el por qué, aunque infiere algunos motivos: "Veo que los equipos técnicos en las escuelas públicas son escasos y que en las privadas, a veces, no existen. Falta mucho asesoramiento".


 También advirtió que "otras veces organizan encuentros con padres, pero estos no van y no se alcanza a hacer una red de contención".


 Los casos, más allá de lo tangible, afectan lo psicológico: las víctimas padecen amedrentamiento, humillación y degradación.


 "A veces se le da poca importancia al sufrimiento de los chicos, parece que no es para tanto y otras veces no se tienen herramientas", opinó.


 Para que se trate de bullying escolar, se deben dar estas condiciones:
* El agresor (o agresores) establece una relación dominio-sumisión sobre la víctima.
* El ataque supone un dolor que excede el momento de la agresión y que se sostiene en el tiempo, ya que crea en el damnificado la posibilidad de futuros hechos.
* Hay hostigamientos físicos (golpear, robar o romper pertenencias) y sociales ("ningunear", aislar o difundir rumores en su contra).

Redes sociales. La incidencia del Facebook es concreta. Mediante esa vía virtual, los jóvenes no sólo exhiben su costado positivo, sino también su tristeza, incertidumbre e intolerancia.







 "Cuando nos encontramos con chicos angustiados, excedidos en lo emocional, que tienen miedo de fracasar en los estudios, de que los papás los quieran menos o de que los amigos los dejen, se rebelan en la escuela o a través de la computadora. Y dicen cosas muy feas", sostuvo.


 Pese a ser harto conocido, el consejo básico de la especialista es que la PC "esté en un lugar público de la casa".


 "Sirve para no demorar un eventual tratamiento y saber si tu hijo está sufriendo o está haciendo sufrir a otros. Entre padres e hijos debe existir un nivel de comunicación que impida llegar a ese extremo", afirmó.


 El cariño y los límites son caminos complementarios para afianzar el vínculo.


 "Hay que mostrarle qué es lo importante y qué no lo es y desdramatizar, porque si el papá empieza a enojarse, a retarlo, logra un efecto contrario. Hay que mostrarle que todo pasa, que no tiene que hacerse tanto problema".


 Ejemplo: "Alguien le puede decir a un chico que su pelo es horrible, que tiene unos rulos feos como los de su mamá, papá o hermano y está todo bien. Tiene que reírse de lo que le digan y además evitar que los padres `se enganchen' y terminen peleando con sus pares, con lo cual se dispararía la angustia".


 A los docentes, Torres les recomienda, como primera medida, observar detenidamente y observarse, para no cargarse de prejuicios.


 "Sabemos que cuando en un grupo se selecciona a un chico para hacerlo foco de las agresiones, también ya fue señalado por un adulto, a veces un docente o un padre. En eso hay que ser conscientes y mirarse uno mismo. Después hay que relajarse y atender la problemática, porque muchas veces se dice `ya se les va a pasar, son chicos' y se hace una bola gigante.


 "La escuela puede ayudar a que un chico haga un amigo cada día, mediante juegos, despertando el interés por el otro, para que la empatía sea sana. Los chicos lo traen incorporado, sólo hay que ayudar a que lo muestren", cerró.


JUAN PABLO GORBAL



Risa

400
veces por día, aproximadamente, tiene que reír un chico. "Si ríe poco, se enoja mucho y protesta por todo, es el momento de ayudarlo", afirmó Torres.


Quién es















 La doctora Viviana Torres es especialista en clínica de niños y adolescentes, magister en problemas y patologías del desvalimiento y doctora en psicología. Desde 1985 trabaja de manera interdisciplinaria en la atención clínica de bebés, niños, adolescentes y padres, con interacción directa entre psicoanálisis y educación. Recibió el título de Doctor Honoris Causa que otorga el Consejo Iberoamericano en honor a la calidad educativa, Lima, Perú. Es autora de varios libros.



Niegan crecimiento desde el Estado








 En la dirección local de Psicología no tienen la misma mirada que la doctora Torres.


 Creen, de hecho, que "no hay crecimiento" de la problemática del bullying en nuestra ciudad, no sólo en el ámbito público sino tampoco en el privado.


 "En principio, este tipo de temas no se trabajan con estadísticas, ya que son situaciones multicausales, de alta complejidad, que no responden a un patrón definido", comentó una alta fuente del organismo, que prefirió reserva de identidad.


 Consultada sobre la cantidad de casos, respondió de manera contundente que "no han crecido" y advirtió que "se interactúa" entre la gestión pública y la privada, con lo cual tienen conocimiento de ambas esferas.


 "Es uno de los problemas, pero no es el más preocupante hoy por hoy", aseguró.