Bahía Blanca | Sabado, 18 de mayo

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Las Pastillas cortó el hilo por lo más fino

Pasadas las 18 del viernes último los 30 grados de temperatura pesaban. Pity (voz) y Diego Bozalla (guitarra) llegaron a probar sonido al Teatro Rossini y, en primer lugar, decidieron abrir la puerta del fondo del escenario de par en par, tras la imposible tarea de buscar un poco de aire fresco.




 Pasadas las 18 del viernes último los 30 grados de temperatura pesaban.


 Pity (voz) y Diego Bozalla (guitarra) llegaron a probar sonido al Teatro Rossini y, en primer lugar, decidieron abrir la puerta del fondo del escenario de par en par, tras la imposible tarea de buscar un poco de aire fresco.


 Entonces se pudieron sentar en las escaleras del patio, destaparon una botella de agua mineral y saludaron a todos y cada uno con la misma humildad.


 "El Condado nos cambió la cabeza", fue la primera respuesta del cantante para explicar el éxito rápido y furioso que consiguieron en tan sólo dos años.


 Resulta que Las Pastillas del Abuelo era una banda que tocaba, como mucho, para 300 personas en Capital Federal. Pero cuando terminaba 2005 decidieron meter 400 en El Condado y recibieron el doble. Parecía un golpe de knock out ya que debieron suspender la fecha.


 "No podía ser que se quedara gente afuera y con entradas", aclaró el guitarrista.


 Reprogramaron todo y fue una fiesta. A partir de allí, como dijo Pity, la historia dio un giro.


 Aunque no sonaron en el circuito Cemento-Marquee-Niceto, se cansaron de llenar El Teatro. Y sin tranzar con Pop Art pudieron meter su nombre en la grilla del Pepsi Music, explotar en el Cosquín Rock y hasta programar una extensa gira en 2008 que comenzó el viernes pasado en nuestra ciudad y siguió anoche en Carhué.


 Presentando sus dos discos Por Colectora (2005) y Las Pastillas del Abuelo (2006), en Bahía cortaron el hilo por lo más fino. La fiesta y la diversión fueron su estandarte.


 La lista de temas incluyó a sus caballitos de batalla Skalipso, Lo Más Fino, Cubano y Vuelta de Tuerca, aunque dejó afuera al súper promocionado El Sensei.


 Abrieron con Escaleras y continuaron con Estomago, Osiris, Doctora, Candombe de Resaca, Casada y Viejo.


 A mitad de tiempo llegaron algunos acústicos en donde Pity y Bozalla aprovecharon para jugar con el público. Los hicieron sentar, pararse, saltar y hasta cedieron el micrófono para que canten los que estaban contra la baranda.


 "No saben lo lindo que son esos aplausos para nosotros", concluyó.


 Volvieron a sonar con todo con Oportunistas y no bajaron nunca más el ritmo intenso (Postura, Peldaño y Enano).


  Ahora los espera Carlos Paz y una intensa gira por la costa con principio en Villa Gesell y Mar del Plata.



Savoretti, impecable. Luego de generar una buena relación de camaradería con Las Pastillas durante la prueba de sonido, Savoretti y Los Indescriptibles cumplieron con el show soporte. Realizaron ocho temas tocados "al palo", conscientes del público con el que se enfrentaban.






 No obstante, se escucharon varias voces entre la multitud que corearon sus temas, aplaudieron y hasta se animaron a saltar.


 Los canciones que sonaron fueron El Secreto, El Dogo Argentino, Inmortal, La Máquina del Mal, Mariposa de Estación, Que esperabas de mí y Discos de Serrat.



Barba y rock.








 Diego Bozalla (barba tupida y entera) es el guitarrista de la banda del Abuelo y el más carismático a juzgar por sus compañeros.


 "Me gusta mucho el rock sinfónico de los años 60 y 70. Pero hay muchas otras cosas también. Cuando comenzás a estudiar música te enloquecés y te gustan un montón de cosas", explicó.


 Además, se animó a dar su opinión sobre las más de 700 personas que presenciaron el show.


 "Me llevo una gran imagen de Bahía. Sabíamos que había muchas ganas de que vengamos y nosotros también queríamos venir. Se jugaron por la banda y cantaron hasta el final", concluyó.