Bahía Blanca | Sabado, 13 de septiembre

Bahía Blanca | Sabado, 13 de septiembre

Bahía Blanca | Sabado, 13 de septiembre

"No soy matón y nunca me llevé el mundo por delante"

"¿Yo matón? Nooo, nada que ver. Siempre voy al frente, pero no me paso de mis límites". Pablo Monsalvo sonrió más de una vez cuando se enteró de la fama que tiene dentro del plantel de Olimpo, que sin lesionados y con una pretemporada de 11 días en Mar del Plata, ya está en nuestra ciudad y hoy volverá a los entrenamientos.
"No soy matón y nunca me llevé el mundo por delante". Aplausos. La Nueva. Bahía Blanca


 "¿Yo matón? Nooo, nada que ver. Siempre voy al frente, pero no me paso de mis límites".


 Pablo Monsalvo sonrió más de una vez cuando se enteró de la fama que tiene dentro del plantel de Olimpo, que sin lesionados y con una pretemporada de 11 días en Mar del Plata, ya está en nuestra ciudad y hoy volverá a los entrenamientos.


 "Estoy seguro que eso te lo dijo mi amigo y compañero de habitación Leandro Fleitas", tiró enseguida.


 --Se dice el pecado pero no el pecador.


 --Está bien. Pero me encuentro muy lejos de ser un matón y nunca me llevé el mundo por delante. Soy una persona de carácter fuerte, pero reacciono recién cuando me hacen algo; soy muy tranquilo. Tampoco me creo un líder ni un cabecilla.


 --¿Sos impulsivo?


 --No tanto. Soy serio, pero me prendo sin problemas en la mayoría de las j...


 --Algunos de tus compañeros han dicho: "mejor no pelearse con Monsalvo".


 --Será porque no me gusta perder a nada y en todo pongo lo que hay que poner. Juego en serio a lo que sea, y hago lo que sea por ganar. Soy fuerte, pero no atropellado ni mal intencionado.


 --¿Con qué compañeros hablás de tu vida privada?


 --En el grupo hablo mucho de fútbol porque en mi casa no lo puedo hacer, mi señora (Cecilia) no entiende nada. Con ella toco todos los puntos que me preocupan, de mi vida, de mi familia y ahora de mi convivencia, ya que hace poco que nos fuimos a vivir juntos.


 --Entonces no te puedo preguntar nada de tu intimidad; ¿o sí?


 --No tengo drama de referirme a mi vida, a lo que fui y a lo que soy. Aunque ahora te puedo hablar sólo de mi hijo Tomás, quien me tiene "enbobado". Todavía no cumplió un mes, pero está hermoso.


 --¿Es como dicen todos, que la llegada de un hijo te cambia la vida?


 --Sí, te da vuelta, vivís sólo para él. Desde el momento en que me enteré que mi señora estaba embarazada me empecé a ilusionar con algo maravilloso, por eso estoy tratando de disfrutar de este momento.


 "Además, Tomás vino con el pan abajo del brazo, porque, más allá de ser mi primer hijo, nació a los pocos días de haber sido campeones".


 --Tendría que ser hincha de Olimpo.


 --Yyy... no sé. Lo que si es seguro es que en el segundo partido del Clausura, ante Almagro en nuestra cancha, va a entrar conmigo en brazos con una camiseta que atrás diga su nombre.


 --¿Cuánto se deja de lado cuando se empieza a ser padre de familia?


 --Llevo una vida normal, siempre reconocí mis limitaciones por ser futbolista. Los asados y las reuniones con amigos van a seguir, pero ahora hasta la una o dos de la mañana...(risas).


 --¿Cuánto tiene que ver esa fama de "matón" con el hecho de haber jugado en Huracán?


 --De nada. Todo tiene que ver con la personalidad de cada uno, y por ahí mi cara de serio me delata. Pero si estoy serio es porque pienso en algo, en lo que me salió mal. Tal vez reacciono en alguna broma, pero es porque estoy en otra y no porque me molesta.


 "No tengo ni busco problemas con nadie. Trato de ser lo más sincero y frontal posible. Es más, me considero una persona muy simple".

No es un pueblo "fantasma"




 --¿Cómo es Roque Pérez, el lugar donde naciste?


 --Un pueblo de 11.000 habitantes, donde todos se conocen. Es mucho más chico que Bahía, pero con la misma tranquilidad. A la una de la tarde cierran todos los negocios y la siesta es sagrada.


 --Parece un pueblo de Santiago del Estero.


 --No, pero es así. Por momentos no vuela ni una mosca. Es una forma de vida muy distinta a una ciudad grande. De noche podés salir a cualquier hora o dejar la casa abierta que no pasa nada.


 -¿Sos el único "famoso" del pueblo?


 --No, ahí nacieron el arquero Rubén Cousillas y el volante campeón con argentina en 1978, Julio Ricardo Villa.

"Villavicencio, un fenómeno"




 --Al principio, el hincha de Olimpo no estaba conforme con tus rendimientos o el puesto donde jugabas. ¿Ahora todo cambió?


 --No sé. Siempre traté de dejar todo, a veces me salió bien y otras mal. Cada hincha tiene derecho a pensar y decir lo que quiera, aunque yo me mato por mi equipo. Por ahí convencí a los simpatizantes de Olimpo en los últimos partidos, donde mejor me fue.


 --Hablando seguro no los convenciste.


 --No, eso seguro que no...(risas). Puedo ser matón o temperamental, pero soy muy tímido para dar notas. Mi señora me pide que hable con la prensa porque los periodistas están trabajando al igual que nosotros. Pero no busco a nadie para que me hagan un reportaje, accedo cuando me lo piden.


 --¿Qué jugadores de Olimpo te sorprendieron?


 --El que no me deja de sorprender es Villavicencio. El "Negro" le levanta el ánimo hasta un muerto, siempre está sonriendo, de buen humor y no es pesimista. Te da fuerzas, es muy importante para el grupo, ya sea en un partido, en un entrenamiento o en una concentración.


 --¿Leandro Fleitas es tu mejor amigo?


 --Es un hincha h..., se la pasa rompiendo todo el día, no sé cómo no se cansa. Encima no se mete con los grandes, sino que las liga todas "Quiroguita" (Franco Quiroga). Lo carga todo el tiempo porque no le dice nada.


 --A Sergio Escudero ya no le van a poder decir más nada.


 --No, ahora lo atacamos por el hecho de que está a otro nivel.


 --De todos los sobrenombres que dan vueltas por el plantel, ¿cuántos son de tu autoría?


 --Dos. El de Escudero, que no lo puedo hacer público, y el de Quiroga, que le puse "pelota de rugby" por la pera larga que tiene. Todos los demás apodos son obra de Blanco y "Villa".

Sin miedo a nada




 --Saliste campeón con Olimpo, ¿tu cuenta pendiente es volver a jugar en Primera?


 --Sí, y lo quiero hacer con Olimpo. Todavía no conseguimos nada pese a que muchos digan que ya estamos casi ascendidos. Logramos el 50 por ciento del objetivo, nada más. Ojalá podamos llevar a Olimpo al sitial que merece. Es un club que me sorprendió en varios aspectos, sobre todo el organizativo. Acá hacen muy bien las cuentas.


 --En tu vida, ¿qué te falta conseguir?


 --Ahora mi objetivo es educar de la mejor manera a mi hijo, que no le falte nada y que pueda tener el mejor futuro. Hice hasta tercer año de la secundaria, y no quiero que a él le pase lo mismo. Deseo que tenga un título o que pueda trabajar dignamente.


 --¿A qué le tenés miedo?


 --A nada. Mi papá (Raúl) siempre me dijo: "si no hiciste nada no tenés porqué tener miedo". Algunas cosas me preocupan, pero no me atemorizan. Si me molesta algo de alguien voy de frente y le hablo. Resuelvo los problemas con quien tiene que ser, no doy vueltas. ¿A la muerte? No, estoy convencido de que me va a tocar en algún momento, como a todos.


 --¿Nunca le pegaste a nadie sin mediar palabras?


 --Pelearse no conduce a nada. Sólo dos veces me agarré a las piñas y fue porque me provocaron. Una fue en la escuela primaria, en séptimo grado, y otra fue en el club de Roque Pérez. En las dos salí ganando, pero aclaro que no me gusta pelear, pese a que de chico mi tío, que es policía, me enseñó a defenderme.


 --¿Qué es lo que más detestás?


 --Ver a tantos chicos pidiendo en la calle. Me da mucha impotencia que con ellos no se pueda hacer nada y que cada vez sean más.


 --¿Después del fútbol qué?


 --No sé todavía. Soy chico, me quedan muchos años en actividad. Cuando esté cerca del retiro lo pensaré. Ahora estoy disfrutando mucho de mi nueva vida, de la convivencia, de ser padre.

Sergio Daniel Peyssé/Enviado especial