Bahía Blanca | Lunes, 06 de mayo

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Luis Sandrini fue "El cañonero de Giles"

El 20 de este mes se cumplirán setenta años del estreno de El cañonero de Giles, dirigida por Manuel Romero sobre un guión de su autoría, y protagonizada por Luis Sandrini, que trata el tema del fútbol. El historiador Domingo Di Núbila la encuadró en la categoría de "fast films": películas manufacturadas con la intención de recaudar fortunas rápidamente, sobre la base del carisma y arrastre de Sandrini.




 El 20 de este mes se cumplirán setenta años del estreno de El cañonero de Giles, dirigida por Manuel Romero sobre un guión de su autoría, y protagonizada por Luis Sandrini, que trata el tema del fútbol.


 El historiador Domingo Di Núbila la encuadró en la categoría de "fast films": películas manufacturadas con la intención de recaudar fortunas rápidamente, sobre la base del carisma y arrastre de Sandrini.
La idea de filmar esta película y su título surgieron a partir del apodo de "El mortero de Rufino" impuesto por el periodismo deportivo a Bernabé Ferreyra, por sus goles como centrodelantero de River Plate. Ferreyra había nacido en la ciudad santafecina de Rufino.

La historia.





 En la ficción del filme, Sandrini se llama Lorenzo Fierro y es oriundo de San Andrés de Giles. En su infancia, fue mordido por un perro rabioso y desde entonces cada vez que escucha un ladrido se motiva de tal manera que se transforma en un "huracán". La preocupación del club era tener, durante los partidos, un perro cerca de la cancha para que sirviera de estímulo.
Lorenzo es comprado por el club Almagro de Buenos Aires, cuyos dirigentes le prometen el oro y el moro a cambio de sus goles. Muy pronto adquiere fama de crack y sus "cañonazos" lo convierten en el terror de los arqueros. Por su origen y su potencia, el periodismo lo apoda "El cañonero de Giles".



 Las escenas de fútbol se filmaron en el estadio de River Plate y los integrantes del equipo, encabezados por Bernabé Ferreyra, intervinieron como extras, incluyendo al arquero Albano Luayza, adquirido por la entidad "millonaria" a Independiente de Coronel Pringles, y que luego pasó por Peñarol de Montevideo, Rosario Puerto Belgrano y Sporting de Punta Alta, y el seleccionado de la Liga del Sur.
A pesar de su perfil de crack "lunático, impredecible e histérico", Lorenzo triunfa en Buenos Aires, se relaciona con una bataclana llamada Lola y se olvida de Anita, la novia de su pueblo natal, que es hija del sargento Morales, figura emblemática de la policía de la provincia de Buenos Aires.
Cuando Lorenzo comienza a aparecer en las "revistas del corazón" acompañado por Lola, Ana y su padre deciden viajar a Buenos Aires a pedirle cuentas, justo en el momento en que el crack es secuestrado por un club rival. Finalmente, Lorenzo es liberado por la acción de las fuerzas policiales.

Una denuncia.






 Romero incluyó en el filme una denuncia sobre las mafias y la corrupción que imperaban en el fútbol profesional y, a su vez, caricaturizó el despotismo de la policía, que utilizaba la tortura para forzar la confesión de los detenidos. Esto último impulsó al gobernador Manuel Fresco a prohibir la película en la provincia de Buenos Aires, aunque podo tiempo después revocó la medida. Para no ser menos, el intendente de San Andrés de Giles hizo lo propio en el área de su jurisdicción.
El cañonero de Giles fue interpretada por Luis Sandrini (Lorenzo), Luisa Vehil (Anita), Marcos Caplán (sargento Morales), Susy Derqui (Lola), Héctor Quintanilla, Héctor Calcagno y Mario Fortuna.
Por su forma fílmica, sirvió de modelo para las películas sobre fútbol que se rodaron con posterioridad, como Pelota de trapo (1948) de Leopoldo Torres Ríos, El hincha (1951) de Manuel Romero, con Enrique Santos Discépolo; El hijo del crack (1953) de Leopoldo Torres Ríos y Leopoldo Torre Nilsson, con Armando Bó; Fantoche (1957) de Román Viñoly Barreto, con Luis Sandrini; y El centroforward murió al amanecer (1960) de René Mugica, con Raúl Rossi.

Un pionero.

Manuel Romero es incluido entre los pioneros de la industria fílmica, que apuntaló en sus comienzos con una prodigalidad que hoy sorprende: 53 películas en algo más de veinte años de trabajo.








 Nació en Buenos Aires en 1891 y falleció en la misma ciudad en 1954. Ejerció el periodismo en la revista "Fray Mocho" a partir de 1913 y tiempo después comenzó a escribir sainetes y obras de revista.
El oficio del cine lo aprendió en los estudios franceses de Joinville, donde fue coguionista de Luces de Buenos Aires (1931), el primer filme sonoro de Carlos Gardel.



 Tras su regreso a Buenos Aires, se vinculó primero con los estudios SIDE y en 1936 con Lumiton, para la que filmó títulos como Los muchachos de antes no usaban gomina (1937), Tres anclados en París (1938), Carnaval de antaño (1940) y La vida es un tango (1939), que es una síntesis de uno de sus esquemas creativos: desarrollar en el tiempo de un filme una letra de tango, que generalmente le pertenece.
Pero si bien la ética tanguera es la línea más nombrada de Romero, también incursionó en otros géneros, como la comedia de toques sentimentales (La muchacha del circo), la comedia de enredos (La rubia del camino) y el policial (Fuera de la ley).



 Ritmo vivaz, comicidad directa, apelación al melodrama y escritura simultánea de varias líneas argumentales con un final sorpresivo, son algunas de las características del cine de Romero. Pero su cualidad más notable fue su intuición.