Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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La Iglesia no descarta una venganza contra Maccarone

Un alto vocero de la Iglesia no descartó ayer una "venganza" de sectores desplazados del poder en Santiago del Estero contra el renunciante arzobispo Juan Carlos Maccarone. En tanto, el gobierno se mostró cauto pero lamentó la renuncia del prelado, acosado por un video que lo mostraría manteniendo relaciones íntimas con un joven.
Los obispos, desconcertados y con dolor, dieron ayer inicio a la Conferencia Episcopal Argentina. (NA)


 BUENOS AIRES (DyN y NA) -- Un alto vocero de la Iglesia no descartó ayer una "venganza" de sectores desplazados del poder en Santiago del Estero contra el renunciante arzobispo Juan Carlos Maccarone.


 En tanto, el gobierno se mostró cauto pero lamentó la renuncia del prelado, acosado por un video que lo mostraría manteniendo relaciones íntimas con un joven.


 Guillermo Marcó, vocero del arzobispado porteño, consideró que la renuncia de Maccarone pudo ser fruto de una "venganza política por su lucha a favor de los más necesitados en una provincia con una impunidad y con un nivel de corrupción que mantuvo a la gente en la pobreza más extrema".


 Mientras, desde el gobierno, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández consideró "llamativo" el modo en que trascendió el caso Maccarone y admitió que "se me hace difícil opinar mucho sobre esto".


 El Ejecutivo nacional tenía buena sintonía con Maccarone, al punto de que el presidente Kirchner decidió participar en la catedral de Santiago del Estero, del tedéum por el 9 de Julio último, evitando así concurrir en la ciudad de Buenos Aires a una homilía, mucho más dura, del cardenal Jorge Bergoglio.


 "No es la primera vez que pasan cosas de este tipo", recordó el funcionario, y admitió que "parece muy penoso que se difundan hechos de la esfera privada de la gente".


 Por su parte, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, reconoció haberse sentido "afectado en lo personal", subrayando tener el mejor concepto de monseñor Maccarone.


 El titular de la cartera política consideró que el caso "preocupa desde el punto de vista personal" más que institucional, y recordó en ese sentido que "la mayoría somos católicos y creo que nos afecta en lo personal", aunque aclaró que se trata de un tema del que "nunca hablaría como gobierno".


 Fernández, quien conoció a Maccarone en la época que fue convencional constituyente por la provincia de Buenos Aires, manifestó: "Tengo mi mejor concepto de él", recordando que "él mismo se ha alejado de la Iglesia", para minimizar el impacto del escándalo.


 Guillermo Marcó, por su parte, negó que la dimisión del religioso pudiera estar vinculada a una interna entre sectores progresistas y conservadores de la Iglesia destinada a impedir que Maccarone ocupe el arzobispado de Rosario.


 El obispo de Lomas de Zamora, monseñor Agustín Radrizzani, se sumó al apoyo de Maccarone y destacó su tarea al frente de la diócesis de Chascomús, en la provincia de Buenos Aires.


 La dirigente opositora Elisa Carrió, reconocida católica, expresó también su "profunda pena" por el caso y se manifestó convencida de que Maccarone fue víctima de una persecución.


 Calificó de "hombre bueno" al prelado, aunque admitió que su conducta "no es justificable para un obispo". No obstante insistió que "está muy clara la índole de la persecución".


 Finalmente, el juez santiagueño Juan Carlos Storniolo, asesor en derechos humanos del obispado de Santiago del Estero, afirmó que algunos sectores "quieren hacer volver el miedo" a la Provincia, pero pronosticó que se producirá un efecto contrario.


 "Si han apuntado, a Maccarone, para amedrentar al pueblo santiagueño, creo que se están equivocando", advirtió.