Apuñaló a su mujer en presencia de sus dos pequeños hijos
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BUENOS AIRES (Télam) -- Un hombre de 61 años asesinó ayer a puñaladas a su mujer de 46, de quien estaba separado, y luego se suicidó arrojándose por una ventana desde un piso 12 en un edificio del barrio porteño de San Telmo, informaron fuentes policiales.
El crimen y posterior suicidio tuvo como testigos a los dos hijos de 6 y 10 años de la pareja que vivía en domicilios separados y actualmente estaba tramitando el divorcio ante la justicia.
Las fuentes relataron que el hombre tomó la decisión de tirarse al vació por una ventana, cuando la policía arribó al departamento alertada por los vecinos.
El drama familiar ocurrió a las 10.30 del viernes en el departamento 12 "C" de un edificio ubicado en avenida San Juan 216 del barrio porteño de San Telmo y las víctimas fueron identificadas como Marcelo Albarracín y Cecilia Chorroarín (46).
La principal hipótesis del caso es que los trámites de divorcio y la división de bienes fueron los motivos de la fuerte discusión que luego derivó en el crimen y el suicidio.
Un cuñado de Chorroarín manifestó que si bien la mujer había denunciado en dos ocasiones por amenazas a su ex pareja, "en ningún momento hubo agresiones físicas que hicieran prever esto".
El familiar sostuvo que Albarracín había pasado esa mañana por la casa donde su ex mujer vivía con sus hijos para dejar la cuota alimentaria de los chicos.
"Hubo una discusión, la apuñaló frente a los hijos, que vieron la escena, y cuando llegó la policía, se tiró por el hueco desde el piso "12", dijo el informante.
El hombre se tiró por una ventana que da a un pulmón del edificio y cayó sobre el techo de un patio interno donde suelen guardarse bicicletas.
Una vecina del departamento 12 "B", pegado al del hecho, le contó que hasta que llegara algún familiar los dos hijos de la pareja fueron llevados a la casa de la vecina que vive en el noveno "C", donde fueron contenidos.
El cuñado de la mujer indicó que la pareja estaba separada hace seis meses y bajo regimen judicial. Incluso manifestó que hace tres días ambos habían tenido una entrevista con el juez que tramitaba su divorcio y que habían sido sometidos a análisis psicológicos.
El cuñado de Chorroarín aseguró que en el seno de la pareja "las discusiones no pasaban por la tenencia de los chicos", ya que "habían quedado a cargo de la madre" y había un regimen de visitas periódicas para el padre.
Sólo mencionó que hubo dos episodios de amenazas que fueron denunciadas a la policía por su cuñada y que en alguna ocasión hubo conflicto por un "cambio de cerradura" en alguno de los departamentos del matrimonio.
"Yo creo que el tema pasa por un rapto de locura. La separación lo afectó mucho y se sentía abatido en su vida", opinó el cuñado.
Para la policía el caso está prácticamente cerrado como un drama familiar y en la tarde de ayer le tomó declaración testimonial a varios vecinos que escucharon lo sucedido, entre ellos a quien vive al lado, en el 12 "A".
La investigación está a cargo del juzgado de instrucción porteño número 23, de Oscar Ponce, quien deberá resolver cuándo y de qué forma le toma declaración a los dos testigos clave del caso, los niños de 10 y 6 años.