Reglas de convivencia
Es desolador el panorama del centro de la ciudad, en la calurosa tarde del domingo 17 de diciembre de 1995. En la primera cuadra de calle Belgrano, los pibes Emanuel Ginóbili y Hernán Jasen, dos juveniles de Andino, se juntan con Mauro Campaña y Pablo Gil, de Estudiantes, para cumplir con el requerimiento periodístico.
Después de dejar --con algo de timidez-- sus impresiones respecto de los primeros pasos en la Liga Nacional de Básquetbol ("ya estoy adaptado al medio, aunque extraño a mi familia. Sé que tengo que pagar el derecho de piso", dice Ginóbili), los juveniles se divierten haciéndose caballito ante el pedido del fotógrafo.
Y, aunque a la noche sus equipos serán rivales, ellos saben que tienen mínimas posibilidades de cruzarse. Apenas juegan. Pero están felices.
Llegado el momento de la despedida, ¡oh! sorpresa.
"¡Uy, que b..., me olvidé las zapatillas en lo de mis Viejos!", advierte "Manu". En su primer regreso a Bahía, había aprovechado las pastas caseras en Vergara 14, antes de la obligada siesta con el resto del plantel.
La delegación riojana ya finalizó la merienda y se está preparando para partir hacia el Casanova. Al pibe lo invade la desesperación.
"Te las voy a buscar", sugirió el cronista. Allí su mamá Raquel las tenía listas. Aunque sólo ingresó 24 segundos en la victoria de Andino, por 116 a 106.
Esta situación parece que fue ayer. Y, en verdad, no hace tanto tiempo, aunque las cosas hayan cambiado radicalmente.
"Una hora y media antes del partido se abrirán las puertas del vestuario". El indicador para la prensa en el SBC Center de San Antonio advierte el momento en el que se puede dialogar con los protagonistas, entre los que está, claro, el representante bahiense.
Son las reglas NBA. Hay que cumplirlas. Y máxime en medio de las finales.
Después de la gloria, el regreso a su ciudad. El sorpresivo arribo el día previo al anunciado pone de manifiesto lo que significa el tiempo para él. Además de desnudar que no quiere contacto con nadie más que sus afectos. Las directivas son expresas.
"Este será el único contacto con la prensa", aclara Ariel Biagetti, jefe de prensa de la Municipalidad, antes de que aparezca "Manu" en el escenario del Teatro Municipal. Mientras un servicio de seguridad contratado especialmente por su familia le cuida sus espaldas.
Las cosas cambiaron. La distancia obligada que toma el propio "Manu" parece haberlo hecho más frío. Pero el éxito individual, y más por tratarse de la NBA, va acompañado de ciertas limitaciones.
No hay dudas que cada uno, desde su lugar, día a día va aprendiendo a convivir con ellas. Aunque no todos lo entiendan así.
Cada cual tiene derecho a pensar lo que quiera. Lo que sí, hay que entender que las reglas de "juego" no son las mismas en la NBA que en el básquetbol Fiba. Y menos después de haber ganado un anillo...