Una nueva muestra de la "batalla de los sexos"
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El género despierta en el espectador un horizonte de expectativas. Cuanto más definido, mayor es la atracción que ejerce y el rechazo que produce. Para evitar estos efectos y ampliar el espectro de espectadores, los directores hallaron la variante de la combinación de géneros. Pero la comedia romántica continúa siendo uno de los géneros más puros. El secreto radica en hallar una buena historia y matizarla con ingredientes atractivos, extraídos de la realidad. Generalmente un juego de opuestos que incida sobre el imaginario del espectador, que suele desear lo mejor para los protagonistas.
Los de esta comedia se llaman Andie y Ben. Ella es periodista graduada en la Universidad de Columbia y está pagando su derecho de piso en la redacción de una revista para mujeres. Aunque aspira escribir sobre política y medio ambiente, por ahora debe restringirse a los temas que le impone la jefa de redacción.
Ben trabaja como ejecutivo en una agencia de publicidad. El filme lo asume en momentos en que pelea por la conducción de la cuenta del más importante vendedor de diamantes de Estados Unidos. El dueño de la agencia le propone una apuesta: le dará la cuenta si demuestra que es capaz de enamorar a una mujer en diez días.
A Andie, a su vez, le adjudican la tarea de escribir sobre el tema del título. Debe enamorar a un hombre y luego poner en marcha todas aquellas acciones que llevan a las mujeres a espantar a los hombres que aman. Frente a sus amigas, ella asume el trabajo como una apuesta y un desafío personal.
El conflicto surge cuando Ben selecciona como destinataria de su "amor" a Andie, y ésta elige a Ben como conejito para su experiencia.
La doble apuesta hace que los personajes sean siempre más rivales que amantes. Y el espectador, al conocer el objetivo de los protagonistas, que ellos ignoran, se convierte en cómplice de sus "emboscadas".
La historia resulta tan absurda como imposible. Pero esto es cine y una comedia romántica, donde es posible casi todo. En el fondo, el filme se convierte en una variante de la ya famosa "batalla de los sexos". Explora, por supuesto, la cuestión de "la dilatación de la espera", tema ya expuesto en Un día en el paraíso. Juega a la turbulencia, al choque de caracteres, a la ironía e inclusive al sarcasmo, para, finalmente, verificar que se trata de seres humanos.
Hombre y mujer, para más datos, apuestos y vitales, que al mismo tiempo que procuran ganar sus apuestas, buscan torcerles el pescuezo al azar y al destino. Y como esta última tarea posee un fuerte grado de inconsciencia, también será una fuente de nuevos enredos.
El director Donald Petrie es un artesano del montón y por ende su puesta en escena resulta bastante convencional. Cuenta con la ayuda de una partitura funcional, una atractiva ambientación y dos buenos comediantes: McConaughey y Kate Hudson, quien está dando nacimiento a una nueva estrella en el firmamento de Hollywood.
Es cierto que Hollywood repite la receta, pero lo hace porque no hay nuevas historias en la comedia romántica. Si en el pasado Myrna Loy y William Powell nos vendieron las bondades del reencuentro en 12 filmes, ¿por qué cambiar la fórmula?
En la comedia romántica americana, como en casi todo el cine de Hollywood, existe un correlato entre la puesta en escena, el sistema narrativo y ciertos valores vigentes o que se procuran imponer. Un dato obvio en este filme es que, pese al ingrediente de seducción puesto en acción, se trata de una comedia asexuada y apolítica.
Calificación: 7
Agustín Neifert/"La Nueva Provincia"