Mauro Richotti: el momento de Pacífico, sus enojos, la paciencia de su pareja y las charlas de cerrajería
El entrenador del verde habló del presente en el torneo de básquetbol de Primera, de su personalidad, de su relación con Carlitos Spaccesi y tiró alguna anécdota.
Pacífico ganó los dos partidos del segundo tramo del torneo de Primera del básquetbol local y el último fue nada menos que ante Olimpo, quien se se quedó con la primera parte.
Horas después, Mauro Richotti fue hasta Olimpo y compartió cancha con su colega y rival de anoche, Juan Cruz Santini, dirigiendo la Selección U15 de Bahía.
"Tenemos una amistad de por medio y lo dejé trabajando a él", bromeó Mauro, quien se metió en la sala de etrenadores del Norberto Tomás para hablar en "El Diario Deportivo", que se emite de lunes a viernes, de 14 a 15, por La Nueva Play.
"Por suerte estamos bastante acomodados. Hay que aprovechar las oportunidades y los momentos. Arrancamos bien la segunda parte. El objetivo sigue siendo el mismo: entrar entre los ocho, competir y después ver", sintetizó, respecto del verde.
Pacífico mantuvo la base, perdiendo únicamente a Francisco Micheli.
"Hay jugadores del mismo puesto para reemplazar a Fran (Micheli). Algunos se potenciaron y ayer tanto Iñaki (Errazu) como Juan Redivo (Redivo) anduvieron bien; te abren la cancha, tienen gol, facilitaron el proceso del juego", analizó.
De todos modos, Richotti destacó el crecimiento en el otro costado de la cancha: "Crecimos defensivamente sobre el final del primer tramo y cuando volvimos del mini receso hasta la mejoramos".
En la primera parte quedaron eliminados en semifinales por Napostá.
"Fue doloroso, porque perdimos dos partidos por uno, el primero con un doble al final y el segundo con algunas cositas (sic) que no vienen al caso", dijo.
Y abrió una puerta: "Yo soy el más eufórico de todos".
"He probado diferentes cosas: como sentarme y dejar que el equipo fluya, y no nos fue bien. Y ahora en la segunda etapa sumamos un sicólogo deportivo y no quiero que me vea más loco a mí que a los jugadores. Entonces, inconscientemente, también me controlo", confesó.
Su temperamento en algunos aspectos no siempre lo favorece.
"Quizás estoy más exigido de lo normal. Considero que los extremos no son buenos, y trato de hacer mi trabajo lo mejor posible; siempre quiero ganar a cualquier cosa y cuando es por los puntos y por plata, es peor. Sé que muchas veces me perjudica", admitió.
A propósito, en su propia casa tiene alguien que sabe muy bien desde qué lugar acompañarlo y ayudarlo.
"Mi pareja es sicóloga. Las cosas, pobre, que se tiene que aguantar cuando llego a casa, je. Igual ya sabe, deja pasar el día para decirme algo", contó con algo de culpa.
También se refirió a su relación con los árbitros.
"Todas las cosas que discuto adentro de la cancha, después las miro en el video, y si tengo que pedir disculpas lo hago, cosa que no me ha pasado, porque se han equivocado con Pacífico y, salvo Marjorie (Stuardo), el primer juego contra Alem, nunca me dijeron nada", apuntó.
Así y todo, según su registro mental, aseguró que esta temporada recibió apenas una falta técnica.
Además de dirigir, Mauro trabaja en la cerrajería con un histórico entrenador: Carlos Spaccesi, con quien, según contó, generalmente charlan de básquet después de los partidos.
"Antes de los partidos siempre dice 'éxitos esta noche'. Después, cuando te va bien la charla no se extiende tanto, porque a uno le parece que hizo todo bien, todo perfecto, je", entendió.
Trabajar en la calle, muchas veces sin saber quién es el cliente, genera situaciones de todo tipo.
"Te puede pasar que vas a una casa y te dicen 'te conozco de algún lado'... Entonces les digo 'estoy en el básquet...'. Y cuando vamos con Carlitos es peor, a veces es hasta gracioso, je, je...", aseguró,
A propósito, también surgen las anécdotas: "El otro día Carlitos fue a una casa y la señora le dijo que el entrenador de la Selección de Bahía (es decir, el propio Mauro) era un burro, porque el hijo era buen defensor y no lo habían citado, je, je, je...".
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