Bahía Blanca | Lunes, 08 de septiembre

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Bahía Blanca | Lunes, 08 de septiembre

Una elección legislativa que trasciende la agenda bonaerense

El resultado de las legislativas bonaerenses, desde la óptica del corresponsal de La Nueva. en la capital de la provincia.

Pese a que la mayoría de los análisis apuntarán a los efectos políticos y económicos sobre el escenario nacional, la “goleada electoral” que le propinó la coalición de “Fuerza Patria” del oficialismo gobernante por amplia sumatoria de votos en casi toda la provincia de Buenos Aires dejó tambaleando al armado libertario del presidente Javier Milei vendiendo cara su derrota.

Aunque no es un tema menor, en segundo término, queda por delante la conformación de la Legislatura bonaerense para los próximos dos años. Naturalmente, el resultado del desdoblamiento electoral bonaerense permite indicar que fue acertada la decisión del gobernador Axel Kicillof, cuando sin retrodecer políticamente resolvió “plebiscitar” su gestión bonaerense – al igual que casi medio centenar de intendentes municipales del PJ --  ante el fuerte de recorte económico que aplicó el Gobierno nacional sobre la Provincia. 

Tal vez, el electorado bonaerense votó con el bolsillo, producto del deterioro del poder adquisitivo. Por supuesto, ganó el aparato territorial por ejemplo en el Conurbano, que concentra el 71% del electorado y donde el peronismo históricamente conserva ventaja. Los alcaldes hicieron un valioso aporte permitiendo la activa participación de la población durante el acto eleccionario. En cambio, en varias ciudades del interior, LLA logró imponer la estrategia de la “motosierra” y el relato del crecimiento económico.

La contundente victoria electoral de Fuerza Patria puede reforzar la gravitación del PJ bonaerense y del propio Kicillof como actor protagónico, más allá del liderazgo partidario de la expresidenta Cristina Kirchner, hoy cumpliendo prisión domiciliaria por decisión judicial ante una causa de corrupción. Además, el Gobernador dejó en posición adelantada a los interlocutores habituales de La Cámpora, la agrupación interna que conduce Máximo Kirchner.

Apenas el atardecer platense le bajaba la persiana a la jornada de votación, dentro de la Gobernación de calle 6 se respiraba “buena onda”, casi un anticipo del escrutinio provisorio de la Junta Electoral con competencia electoral en tierras bonaerenses. “En la Provincia venimos remando de atrás”, admitían desde la cúpula partidaria de La Libertad Avanza un par de semanas atrás. No fue casual, que en ese momento la plana mayor violeta salió a decir que la elección bonaerense debería medirse “por la cantidad de secciones ganadas” y no por la sumatoria global de votos.

Para los libertarios, la votación en algunas secciones electorales también les permitió alcanzar una  “ganancia electoral”. De antemano, se sabía que, cualquiera fuese el veredicto de las urnas, podrían festejar la posibilidad de sumar legisladores”puros” con el sello de la Casa Rosada, a los recintos de senadores y diputados de la Provincia. 

El comando de campaña de LLA apostó a nacionalizar la elección y para eso hasta se permitió “jugar” la figura del propio Presidente para bajar a distintas zonas del hostil territorio bonaerense junto a sus ocho candidatos violetas seccionales en más de una oportunidad. En algunas apariciones, fue recibido con protestas sociales que derivaron en acciones violentas en su contra, y hasta llegaron a arrojarle una piedra en señal de desaprobación.

Tampoco puede quedar al margen del análisis político el impacto de los audios del extitular de la agencia nacional de discapacidad, Diego Spagnuolo, cuando admitió la existencia de supuestos pedidos de coimas instrumentados por la Secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, lo que dio lugar a una “crisis interna” dentro de la gestión en Casa Rosada.

Ese escándalo público también dejó una imagen clara: el Presidente procurando disimular los ruidos domésticos apelando a la confrontación y a la descalificación sistemática de sus adversarios políticos del kirchnerismo peronista.