En el mes de la Prevención del Suicidio, ¿qué se hace en Bahía?
Según la Organización Mundial de la Salud, cada año más de 700.000 personas pierden la vida por suicidio en el mundo, lo que lo convierte en una de las principales problemáticas de salud pública a nivel global.
Recibido en 1993, acumula 28 años de trayectoria en el periodismo local. Ex jefe de la sección Deportes y La Ciudad y actual secretario de Redacción de La Nueva. Ex profesor de los dos institutos de Periodismo de la ciudad. Especialista en temas deportivos, sociales y gremiales.
Cada 10 de septiembre, el mundo se une para conmemorar el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, una iniciativa impulsada por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Este día busca generar conciencia y promover estrategias de acompañamiento y contención ante una de las principales problemáticas de salud pública a nivel global, que cada año cobra la vida de más de 700.000 personas en el mundo.
En este contexto, Bahía Blanca le ha dado preponderancia a las políticas públicas en salud mental, mientras que los datos a nivel nacional revelan la complejidad y urgencia de abordar esta problemática, especialmente entre jóvenes y varones.
“Cada vez más personas comienzan a comprender que la salud emocional merece la misma atención que la salud física. Así como los chequeos médicos periódicos permiten prevenir enfermedades como la hipertensión, la diabetes o los problemas cardíacos, es esencial implementar también herramientas que ayuden a identificar síntomas de depresión, ansiedad o estrés crónico. Prestar atención al bienestar psicológico no solo es un acto de autocuidado, sino también una forma de fortalecer la salud integral” señaló la licenciada en Psicología Daniela Torres (MP 1404).
El compromiso de Bahía
En una fecha tan significativa, Bahía Blanca reafirma su compromiso con la salud mental, considerándola el "corazón invisible del bienestar".
El municipio, a través de su Programa Integral de Salud Mental, Consumo Problemático y Adicciones, lanzado el 29 de julio de 2024, brindó acompañamiento a más de 1300 vecinos, demostrando una respuesta activa a la creciente demanda local.
El intendente Federico Susbielles enfatizó la necesidad de atender tanto lo urgente como lo importante, destacando el rol estratégico de esta política pública para garantizar el acceso al cuidado desde una perspectiva comunitaria, intersectorial y territorial.
"Las crisis, las adicciones, no tienen horarios y se disparan en cualquier momento y el municipio tenía que estar atento a esta situación", opinó el jefe comunal.
El programa municipal opera bajo diversas líneas de acción, diseñadas para responder a la naturaleza impredecible de las crisis y adicciones:
1) Equipos Territoriales de Salud Mental Comunitaria (ETSM): Cuatro equipos especializados intervienen en distintas áreas de salud de la ciudad. Entre el 1 de octubre de 2024 y el 30 de junio del corriente año, han atendido a 1376 personas y registrado 3518 consultas. Sus prácticas incluyen visitas en internaciones, grupos terapéuticos y una fuerte presencia en el territorio, con una impronta integral y comunitaria.
2) #Hablemos: A cargo de Adrián Di Renzo, este programa ha realizado 50 charlas y disertaciones sobre prevención de adicciones en clubes deportivos, escuelas, sociedades de fomento y otras instituciones.
3) Apostar No Es Jugar: Enfocado en la prevención y el abordaje de la ludopatía online en niños, niñas y adolescentes, este programa ofrece charlas de concientización y jornadas "JugarxJugar" para revalorizar el juego saludable y recreativo.
4) Unidad Residencial de Efectores de Salud Mental y Consumos Problemáticos: La ciudad avanza en la construcción de su primera Unidad Residencial en un sector del Hospital Penna, con un 40% de avance. Este espacio crucial brindará contención y asistencia a personas con adicciones y consumo problemático.
En números
Los datos locales de Bahía Blanca hasta junio de 2025 revelan que los motivos más frecuentes para buscar orientación en salud mental fueron depresión o angustia (39,26%), ansiedad (35,96%) y consumo de sustancias (33,04%).
Un dato particularmente revelador es que el 52,4% de las personas encuestadas no había tenido contacto previo con servicios de salud mental, lo que subraya la importancia del programa municipal en llegar a quienes antes no contaban con una red de apoyo.
Además, el consumo de sustancias fue la principal motivación (38,07%) para quienes buscaron ayuda para terceros, generalmente familiares directos.
La ciudad cuenta con ordenanzas específicas (19.284 y 21.870) y estrategias de prevención y abordaje integral de intentos de suicidio, con una tasa de suicidios consumados de 7 cada 100.000 habitantes en 2024, tres puntos por debajo del período anterior.
Para quienes necesiten ayuda, el Departamento de Salud Mental ofrece varias líneas de contacto, así como una línea de atención provincial y un correo para solicitar capacitaciones.
El panorama nacional
A nivel nacional, el suicidio sigue siendo un problema de salud pública complejo y multicausal, que requiere acciones sostenidas y una estrategia de prevención integral.
El Ministerio de Salud de la Nación, a través de su Boletín Epidemiológico Nacional (BEN), ha informado que desde abril de 2023, los intentos de suicidio son de notificación obligatoria en el Sistema Nacional de Vigilancia Sanitaria (SNVS), lo que permite cuantificar y mejorar la respuesta del sistema.
Entre abril de 2023 y fines de abril de 2025, se notificaron 15.807 intentos de suicidio en todo el país, lo que representa un promedio de 22 episodios por día. Aunque las notificaciones han crecido, no es posible determinar cuánto se debe a una mayor detección o a un aumento real de los casos.
En 2022, se reportaron 3.382 muertes por suicidio, con una tasa de 7,2 por cada 100.000 habitantes, una de las más altas de América del Sur.
El impacto es especialmente grave entre adolescentes y jóvenes adultos: más del 30% de los casos se concentra en personas de 15 a 29 años. A nivel global, el suicidio es la tercera causa de muerte en este grupo etario.
Además, los varones presentan tasas de suicidio consistentemente más altas, triplicando las cifras observadas en mujeres. Si bien las mujeres predominan en el 60% de los intentos de suicidio notificados, los varones tienen un riesgo 5 veces mayor de que el intento sea mortal (11,1% en varones vs. 2,2% en mujeres). Curiosamente, el grupo de 15 a 19 años presenta las tasas más elevadas de intentos de suicidio, duplicando la tasa de varones para el mismo grupo etario.
En cuanto a las modalidades, la sobreingesta de medicamentos es la más utilizada para los intentos (46% del total), siendo casi el 60% en mujeres y el 27% en varones. En el sexo masculino, predomina el ahorcamiento, estrangulamiento o sofocación (39%).
La importancia de hablar
El suicidio no es un fenómeno aislado; responde a trayectorias de sufrimiento psíquico prolongado, desigualdad estructural y barreras de acceso a servicios de salud mental.
El doctor Enrique De Rosa Alabaster, médico psiquiatra y neurólogo, señala factores de riesgo como la desintegración del tejido social de sostén, familias atomizadas, trastornos mentales, el incremento en el uso de sustancias y la automedicación de psicofármacos, así como la inestabilidad económica y la dificultad para acceder a una asistencia real en salud mental.
El consumo problemático de sustancias, los antecedentes psiquiátricos y las situaciones de violencia también son factores de riesgo estructurales.
Un obstáculo persistente es el tabú que rodea al suicidio, la idea de que "de eso no se habla".
Sin embargo, comenzar a hablar es fundamental para permitir una escucha que posibilite la alerta temprana y derribar mitos como que "quienes hablan de suicidio no tienen la intención de cometerlo".
Mitos
Las conductas suicidas abarcan un amplio espectro: desde la ideación suicida, la elaboración de un plan, la obtención de los medios para hacerlo, hasta la posible consumación del acto. Si bien no pueden asociarse de manera lineal y consecutiva, es fundamental considerar el riesgo que cada una de estas manifestaciones conlleva más allá de la intencionalidad supuesta.
Esto permite derribar ciertos mitos, que proliferaron decadas atrás, como por ejemplo: “Quienes hablan de suicidio no tienen la intención de cometerlo”, “Hablar del suicidio es una mala idea y puede interpretarse como estímulo”.
De este modo allegados, familiares y especialistas pueden implicarse activamente en el acompañamiento del sufrimiento y la prevención de comportamientos de riesgo en el futuro.
Las señales de alerta
La detección precoz es una de las herramientas más efectivas para prevenir el suicidio. Las señales de alerta pueden manifestarse en el lenguaje, la conducta o los hábitos cotidianos. Entre las más frecuentes se incluyen:
--Cambios drásticos en el estado de ánimo: pasar de tristeza profunda a calma repentina, o mostrar irritabilidad constante.
--Aislamiento social: alejarse de familiares, amigos o actividades que antes disfrutaba.
--Cambios en hábitos de sueño y alimentación: dormir demasiado o muy poco, perder el apetito o comer en exceso.
--Manifestaciones verbales directas o indirectas sobre la intención de morir.
--Actos de despedida o entrega de objetos personales.
--Búsqueda de medios para autolesionarse.
“Reconocer estas y otras señales a tiempo es fundamental para salvar vidas, ya que permiten brindar apoyo inmediato a quienes atraviesan un momento crítico. Muchas veces, las personas que sufren en silencio no piden ayuda de manera directa, por lo que estar atentos a estos signos se convierte en una herramienta clave para la prevención. Identificarlos y actuar con empatía, ofreciendo escucha y acompañamiento, puede marcar la diferencia entre la desesperanza y la posibilidad de iniciar un proceso de recuperación” agregó la doctora Daniela Torres.
La presencia de estas señales no confirma una intención suicida, pero sí debe activar dispositivos de atención. Es fundamental fortalecer los equipos de atención primaria y crear entornos donde se pueda hablar del tema sin estigmas ni juicios.
El abordaje del suicidio requiere estrategias integradas, desde la prevención universal hasta la atención especializada.
La clave está en reducir barreras de acceso, formar al personal de salud, involucrar a las comunidades y desarmar el estigma que rodea al sufrimiento mental, para construir comunidades más resilientes, empáticas y saludables.
¿Dónde pedir ayuda?
En Argentina, el Ministerio de Salud cuenta con una línea telefónica nacional gratuita y confidencial (0800-999-0091), activa las 24 horas. También existe una línea de atención provincial: 0800 222 5462.
A nivel local, el Departamento de Salud Mental de Bahía Blanca está disponible en los números 4551159 / 2914261642 / 2914979607 o en Zelarrayán 850. Para solicitar charlas y capacitaciones en instituciones, enviar un mail a [email protected].