El escándalo de la avenida Alem: La calle que torcieron los vecinos
Una revisión de los mojones originales estableció que los propietarios habían avanzado sobre el trazado de la calle
Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
En 1909 la avenida Alem comenzaba a salir de su anonimato. Hasta pocos años antes había sido una calle “que no conducía a ningún lado”, ubicada en la parte de atrás de una ciudad que concentraba su movimiento alrededor de la plaza Rivadavia.
Conocida hasta fines del siglo XIX como Calle de las quintas, fue la habilitación del parque Municipal, un amplio espacio público ubicado en el centro del (fallido) barrio parque Adornado, lo que le dio impulso y vida. En poco tiempo se convirtió en la Palermo bahiense, un paseo que las familias transitaban en carruaje o caminando, para mirar y ser vistos.
Fue al advertir ese uso y el potencial que tenía que la municipalidad decidió realizar el ensanche de la calzada y de las veredas, para lo cual era necesario que los frentistas donaran una porción de sus terrenos o proceder a su expropiación.
Fue en ese marco que el jefe de la oficina de obras públicas, ingeniero Vicente Almandos Almonacid, comenzó a verificar el trazado de la línea municipal, para lo cual comenzó buscando los mojones de hierro que en 1885 había colocado el agrimensor Pedro Pico al realizar la mensura de la ciudad.
Almonacid, que había llegado un par de años a nuestra ciudad como profesor del colegio Nacional, había demostrado su habilidad en el tema al haber resuelto un conflicto de medidas entre particulares y la empresa del Ferrocarril Sud.
Por eso no sorprendió que a los pocos días hiciera dos anuncios: por un lado, la detección de esas referencias colocadas 25 años antes. Por otro, denunciar que algunos propietarios no habían respetado los límites de sus terrenos, avanzando sobre la calle y provocando al menos “dos quiebres ilegales” de la avenida. “Alem era completamente derecha y no quebrada como la vemos ahora”, aseguró Almonacid. Se abría un escándalo.
Olaciregui, enojado
Almonacid planteó la situación ante el Concejo Deliberante, remarcando la importancia de recuperar el trazado original de la calle. Pero los concejales tuvieron una postura crítica al planteo al advertir que el mismo abriría un escándalo de títulos y propiedades que afectaría a muchos vecinos destacados.
El presidente del Concejo, Ramón Olaciregui, fue el portavoz de esa postura. “Alem siempre ese trazado”, aseguró. Pero claro, la evidencia de Almonacid se basaba no solo en los fierros de Pico, sino en el plano que el agrimensor había realizado en 1885, donde claramente se veía que la arteria era derecha en todo su recorrido.
“Si se verifica esta situación habrá reclamos de propietarios y del municipio, porque la calle se ha desviado urdiendo las propiedades de uno y otro en cada curvatura. Esto hace presumir expropiaciones e indemnizaciones, una verdadera revolución de legajos y títulos”, publicó un diario de la época.
También se hizo público un dibujo ilustrativo de los dos trazados, el legal y el forzado, el cual daba por tierra con la defensa de Olaciregui que, de acuerdo a una publicación, había incluso “abollado” al concejal Tardieu por dar lugar a la denuncia de Almonacid.
Pero además había un tema adicional: se había contratado la pavimentación de la avenida, con lo cual un posible “semillero de pleitos por reivindicación de tierras” complicaría el inicio de esa obra.
“Pareciera que el espíritu de Alem (por el político radical que le dio nombre a la arteria), quiere vengarse de los agravios, amparando con su venerable memoria estas cosas”, se mencionó.
Lo cierto es que el asunto entró rápidamente en un cajón. No hay demasiados detalles de cómo se las ingenió el cuerpo legislativo para desarticular el planteo de Almonacid, ni tampoco cual fue el plano que presentó Olaciregui mostrando que la avenida siempre tuvo un recorrido irregular.
Almonacid tampoco insistió mucho y se concentró en otro reclamo: que los impulsores del barrio Adornado procedieran a la reapertura del arroyo Maldonado que habían cerrado entre el partidor y la avenida Alem, hecho que agravaba las inundaciones en las villas por los desbordes del Napostá. Tampoco en eso fue escuchado.
Finalmente se marchó de una ciudad a la que regresaría 20 años después, como héroe de la primera guerra mundial de la fuerza aérea francesa y director de la compañía aérea Aeroposta Argentina. Pero eso, eso es parte de otra historia.
El plano de Pico (quien quiera ver que vea)
La reciente digitalización de casi 200 mil planos de mensura que llevan delante de manera conjunta el Consejo Profesional de Agrimensura de Buenos Aires (CPA) y el Registro de la Propiedad provincial, permitió acceder al histórico plano de Pedro Pico de 1885. “Quien quiera ver que vea”, adaptando la letra de la canción de Litto Nebbia, y saque sus conclusiones sobre el recorrido primero y original de la más pintoresca y transitada de las avenidas bahienses.