Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

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Norman Fernández: una historia (a diario) que se extendió por más de 52 años

Ingresó a La Nueva Provincia en 1963. Fue redactor, jefe de noticias y de redacción y asistente de dirección. En 2024 el Concejo Deliberante lo nombró Personalidad Destacada de la ciudad.

El diario del anuncio de las elecciones del domingo 7 de julio de 1963. Fue su primer día de trabajo. / Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva.
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Audionota: Romina Farías

El periodista Norman Fernández pasó 52 de sus 83 años —cumplirá uno más el mes que viene— trabajando en el diario La Nueva Provincia, hoy La Nueva. Más que una vida, considerando que también tuvo una activa participación en LU2 Radio Bahía Blanca (siempre perteneció al mismo grupo empresarial), así como en Telenueva Canal 9.

Los cambios en el periodismo no han sido pocos desde aquel domingo 7 de julio de 1963, cuando desarrolló su primera tarea como empleado del medio, justamente en el día de las elecciones que llevaron a la presidencia de la Nación a Arturo Humberto Illia.

Su historia —y la visión del paso del tiempo— no es una más.

“Mi vínculo con el diario comenzó cuando era un joven cronista de LU3 Radio del Sur. Cacho (Néstor) Barbieri me llamó un día para ofrecerme la posibilidad de entrar a trabajar en el informativo de LU2 y, además, en la redacción de La Nueva Provincia. Fue en 1963”, recordó.

“Ingresé como un simple redactor. Después pasé a ser jefe de noticias, luego jefe de redacción y terminé como asistente de la dirección, trabajando al lado de la señora (Diana Julio) de Massot. Y estuve hasta fines de diciembre de 2015, lo que suma 52 años. De LU2 ya me había retirado unos años antes por otras actividades y compromisos”, añadió.

Una de las primeras tareas asignadas por Mario Gabrielli, quien había sido su maestro en LU3 y estaba en el diario desde un año antes, fue la campaña de solidaridad para asistir al Patronato de la Infancia (motorizada por el propio Barbieri).

“Ese mismo año, en octubre, Gabrielli armó el equipo para la exposición rural de Bordeu y me incluyó. A partir de entonces me vinculé al periodismo agropecuario, algo que sigo haciendo hasta el día de hoy. De hecho, he cubierto 62 ediciones consecutivas de Bordeu y espero volver este año. En cambio, a la muestra de Palermo, donde llegué a cubrir más de 50 ediciones, ya no voy. Se requiere de un esfuerzo físico que mis piernas ya no me lo permiten”, admitió.

Fernández ha recibido numerosas distinciones en este último tiempo. En tal sentido, una de las más destacadas se realizó el 7 de junio de 2024, en coincidencia con el día del periodista, cuando fue declarado Personalidad Destacada de Bahía Blanca por el Concejo Deliberante en razón de sus 70 años de trayectoria.

—Ud. ha trabajado tanto en periodismo gráfico como en radio, más allá de participaciones en tevé. ¿Cuáles son las diferencias entre ambos?

—El periodismo gráfico es el más completo. No es lo mismo escribir una nota para un diario, o una revista, que hacer un comentario para la radio, donde las improvisaciones no se pueden corregir. En el diario hay que ser preciso con los verbos, tiempos, pronombres, artículos y números.

El periodismo agropecuario, su otra gran pasión. Aquí, junto al criador Jorge (El Ruso) Meier, de Dufaur, en la rural de Bordeu.

“Siempre sostengo que un periodista gráfico está en condiciones de hacer periodismo radial, pero no todo el que hace radio puede desempeñarse en periodismo gráfico, porque escribir requiere una idea clara de la gramática, de la sintaxis y de la estructura, algo que pude incorporar junto a maestros como Esteban (Juan Carlos) Dobal y Gabrielli y, luego, terminé de aprender en La Nueva Provincia”.

—¿Cuál es la clave a tener en cuenta cuando el periodista se sienta a escribir?

—Es esencial diferenciar y saber para quién se escribe. El periodismo escrito requiere una elaboración y preparación distintas porque el lector de un diario, o de una revista, necesita saber todos los detalles posibles. Por eso, una crónica de diario puede tener 10 párrafos, pero en la radio hay que ajustarse a la síntesis. En un informativo radial no se puede decir lo mismo que en una noticia para un diario. La habilidad del redactor radial reside en reescribir y sintetizar en dos o tres párrafos lo que un diario sería en diez.

—¿Cómo observa la transformación del periodismo gráfico a partir de la llegada de las nuevas tecnologías?

—En mis tiempos los cambios eran mucho más lentos; hoy vienen en forma atropellada. Empecé en la época del linotipo y del plomo y eso duró muchos años. Luego llegó el sistema offset. Mientras estuve activo el gran avance fue la llegada de la computadora y todo lo que significó en la redacción. Confieso que me asustó porque pensé que tendría que aprender todo de nuevo y por eso me costó adaptarme.

“El periodismo gráfico es el más completo. No es lo mismo escribir una nota para el diario que improvisar un comentario para la radio”, dijo Fernández.

“Ya no era un chico cuando arribaron esos cambios y allá por 2012-2015 me sentí un poco fuera de lugar, que ya no era para mí, sino para gente más joven. Y en verdad no tenía ganas de aprender algo distinto para una tarea que había hecho de una forma durante décadas. Y por eso me retiré. No obstante admiro todos los cambios tecnológicos y a sus creadores, ya que hoy también estoy sujeto a ellos cuando quiero leer noticias en internet”.

—¿Cuál es la diferencia entre leer un diario en papel y en formato digital?

—Cuando alguien me dice que lee los diarios en internet yo le digo: “Usted no lee los diarios. Los diarios se leen en papel”. Sé que a la gente le cuesta entenderlo, pero no es lo mismo. El diario en papel contiene el 100 % de lo que es el diario. La versión digital no es el 100 % porque, incluso, la diagramación y la presentación de las noticias en papel ayudan a la comprensión del lector. Además, el diario en papel incluye noticias que la versión digital no. Entonces, si no se compra en el kiosco, uno debería decir que recorre los diarios y lee algunas cosas, pero no que lee los diarios.

—¿Cuál es su opinión respecto del periodismo bahiense?

—Ha crecido en cantidad, pero no de la misma manera en calidad. En mis comienzos éramos pocos medios: La Nueva Provincia, El Atlántico, LU2, LU3 y LU7. Después se incorporó Radio Nacional, pero LU7 desapareció y comenzaron a florecer las FM, que ofrecieron una posibilidad laboral para entrar en la actividad. Sin embargo, hacer periodismo no es tan sencillo como sentarse frente a un micrófono y hablar. Nuestra generación no tuvo la oportunidad de capacitarse en una universidad, por lo que aprendíamos junto a los de mayor experiencia. Para ser periodista, uno debe tener vocación y deseo de sacrificarse, de aprender y de seguir los pasos de los maestros.

Junto a uno de sus maestros, Mario Gabrielli, en la redacción de La Nueva Provincia.

“Con la aparición de las FM, mucha gente se consideraba periodista sólo por salir a hablar y por comprarse un grabador e ir a una conferencia de prensa. Creo que muy pocos han puesto el empeño y el sacrificio necesarios para aprender como lo hicimos nosotros junto a aquellos maestros como los citados Dobal y Gabrielli.

“Es cierto que resulta más sencillo conseguir clientes para un espacio publicitario y salir al aire. Pero para ser periodista hay que recorrer un gran trecho basado en la profunda vocación, la responsabilidad y la convicción de estar cada vez más comprometido con los fenómenos sociales y culturales. El periodista juega un papel primordial, cada vez más importante, porque a través de los medios, la información llega a más gente”.

—El diario cumplió 127 años este viernes 1, ¿hay un legado que se mantiene?

—Por supuesto. Obligatoriamente se debería decir que sí. La Nueva Provincia se fundó en 1898 porque Enrique Julio, su creador, un maestro catamarqueño radicado en la ciudad, quería generar una campaña para que Bahía Blanca fuera la capital de una nueva provincia. El nombre del diario fue elegido con ese objetivo y fue la bandera que levantó Julio, que tuvo continuadores durante muchas décadas y que, aún hoy, hay gente que sigue luchando por esa idea.

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“Hay que recordar que, en 1900, dos años después de la aparición del diario, Carlos Pellegrini (NdR: presidente de la Nación entre 1890 y 1892) presentó un proyecto en el Senado para crear una nueva provincia con capital en Bahía Blanca. El cuerpo lo aprobó con votos de Bartolomé Mitre y Joaquín V. González, entre otros, pero no pasó en Diputados. Pellegrini sostenía que había sido un error instalar la capital de la provincia de Buenos Aires en La Plata, a sólo 56 kilómetros de Buenos Aires; decía que al final sería absorbida, algo que los hechos le terminaron dando la razón. Lamentablemente, desde entonces ningún gobierno ha tomado en serio la imperiosa reestructuración de la provincia de Buenos Aires. Incluso, un detalle poco conocido es que La Plata es la única capital de provincia que no tiene aeropuerto, justamente, porque se encuentra muy cerca de CABA”.

Riglos, los hermanos y la radio

“Mi familia llegó a la ciudad a fines de noviembre de 1943. Yo tenía dos años en ese momento, ya que nací en septiembre del 41”, recordó Fernández.

“Mi papá tenía un hotel muy modesto en Miguel Riglos, una localidad de la provincia de La Pampa (NdR: a 280 kilómetros de Bahía Blanca) y como mis dos hermanos mayores habían terminado la primaria y en Riglos no había secundario, se decidió que debíamos ir a un lugar donde pudieran continuar los estudios. Y así optaron por Bahía Blanca. Una vez aquí mi padre alquiló una pensión que funcionaba en la esquina de Chiclana y Lavalle, donde hoy está el Tribunal Oral Federal. La cita no es casual: una de mis hijas, María de Jesús, trabaja hoy en ese mismo edificio”, contó.

—Sus hermanos mayores también se habían relacionado con la radio…

—Sí, Federico y Segundo se vincularon unos años después de llegar a Bahía Blanca y, por ósmosis, ahí fui yo. Cuando era un chiquilín iba los fines de semana a LU3 para acompañarlos. La verdad es que no tenía mucho que hacer y, además, me empezaba a gustar la radio. Un día me ofrecieron la oportunidad de hacer las estadísticas de un partido de básquet en LU3. Lo recuerdo: Alem y Estrella, en el barrio San Martín, en diciembre del 53. Sólo tenía 12 años. Después de esa experiencia, en octubre del 54 fui invitado para un partido en Tandil.

La distinción del CD como Personalidad Destacada. Fue el 7 de junio de 2024 y aparecen el intendente Federico Susbielles, Marité Gonard, su nieto Manuel y el ex jefe comunal Héctor Gay (der.).

“Luego me dieron un paréntesis hasta fines de 1956. En ese momento, cuando estaba en cuarto año del secundario, me ofrecieron la posibilidad de trabajar los sábados y los domingos en el informativo, reemplazando o cubriendo los francos de Dobal y Gabrielli. En 1958 las radios se privatizaron y me tomaron como efectivo con apenas 17 años; me sumé al informativo. A pesar de haberme anotado en la universidad, sólo fui dos días; la radio ya me había atrapado para siempre.

“¿Si es mi pasión? Sí. Cuando tenía 15 o 16 años me quedaba sintonizando onda corta hasta las 3 o 4 de la mañana. Escuchaba La Voz de América, la BBC de Londres y radios Pekín, Moscú, Suecia y otras. Era una locura para mí; escribía a las radios y me mandaban material. Y sigo haciendo radio y escuchando radio; soy un oyente constante”.

Con su esposa Clelia Martínez (recientemente fallecida) tuvieron cuatro hijos: María Luján, diseñadora de jardines; María de Jesús, licenciada en Relaciones Internacionales; Federico, oficial de Agronegocios en casa central del Banco Provincia y María Nazareth, traductora de inglés.