Los primeros pasos del edificio Pizá Roca
Uno de los primeros edificios destinados a oficinas comenzó siendo mucho menos ambicioso
Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
Hace 86 años, en agosto de 1939, se dio a conocer el proyecto para construir un edificio de viviendas y oficinas en la flamante esquina de avenida Colón y Luis María Drago.
La apertura en 1935 de la nueva cortada Drago, entre Moreno y O’Higgins, dio lugar a la generación de cuatro nuevas esquinas, las cuales rápidamente fueron ocupadas por edificios de renta, destinados a locales comerciales, oficinas y departamentos.
En particular sobre la avenida Colón recién en 1939 se presentó una propuesta edilicia, en el terreno propiedad de Carmen Costa de Pizá, un edificio en planta baja y dos pisos, que contendría cuatro casas de familia y dependencias para profesionales. La mujer ya había concretado una construcción similar en Drago y O’Higgins, cuya planta baja fue ocupada por Casa Muñoz.
En este caso, la obra respondía a un diseño del arquitecto Manuel Mayer Méndez y seguía lineamientos más relacionados con la arquitectura moderna, con muros carentes de ornamentación, más austeros. Como constructora participaría la firma E. Y P. Cabré.
“El emprendimiento pone de manifiesto la confianza de los inversores en el porvenir de la ciudad”, comentó este diario.
Lo cierto es que este emprendimiento finalmente no se concretó y pasaron 20 años hasta que, en 1958, se dio inicio a un edificio mucho más ambicioso bautizado Pizá Roca, con varios locales comerciales en planta baja y el resto destinado a contener 140 oficinas.
El edificio fue financiado por Rafael Pizá Roca y Juan Villa Ferrán, dos profesionales radicados en Barcelona pero con lazos familiares en Bahía Blanca. Se mantuvieron el mismo proyectista y constructor.
El edificio, de 60 metros de frente y líneas art decó, fue inaugurado el 11 de abril de 1961.