Bahía Blanca | Jueves, 21 de agosto

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Una historia de superación: se fracturó las dos manos, estuvo un año sin atajar y hoy es el 1 de Huracán

El Globito del bule es el tercer equipo de Matías Salvarezza en la Liga del Sur. Formado en Liniers y con un equilibrio emocional muy distinto a otros arqueros, este bahiense categoría ’98 apuesta al fútbol para vivir y trascender.     

Fotos: Emilia Maineri-La Nueva. y Facebook Mati Salvarezza

Instagram: @sergiopeysse

Twitter: @elpeche1973

“Antes de pararte abajo del arco es primordial estar seguro de vos mismo, absorber la presión y saber que un error en vez de deprimirte te tiene que fortalecer, dentro y fuera de la cancha”.

A los 27 años, Matías Salvarezza entiende perfectamente que el equilibrio emocional y complementar el entrenamiento que se hace en el club con tareas específicas y ejercicios puntales que te lleven a seguir descubriendo los secretos del puesto, son retos que debe asumir un arquero si pretende trascender en un fútbol moderno y extremadamente competitivo como es el de la Liga del Sur.

“Esperé mucho este regreso, hacía tiempo que no me sentía tan a gusto en un campo de juego. Ser el 1 del equipo y que te consideren importante me hace feliz”, resume el cuidapalos bahiense que cumplió su segundo encuentro en la valla de Huracán, que el domingo venció 1-0 a Bella Vista en el bule por la fecha 2 del Clausura de la A liguista.

“Ya había atajado ante San Francisco, en la jornada que abrió este certamen, pero perdimos 3-0 y tanto el equipo como yo nos dimos cuenta de que el verdadero Huracán no era ese y que para resurgir debíamos experimentar un cambio desde lo más profundo, y es el que empezamos a experimentar en el triunfo frente a Bella Vista”, resumió este golero que atravesó etapa por etapa (Escuelita, infantiles y menores) en Liniers, hasta debutar en Primera el 14 de abril de 2018, 2-0 ante Pacífico en el torneo Unificado.

“En el medio fui a Olimpo, a las menores de AFA, fueron tres años (2014, 2015 y 2016) magníficos, porque aprendí mucho y formé el físico para convertirme en lo que soy hoy”, sostiene mientras hace memoria: “antes de esta vuelta, mi último partido había sido en la Loma, justamente ante Bella Vista, en octubre de 2024, con La Armonía”.

Sin lugar en el “Chivo”, en 2022 emigró a Atlético Monte Hermoso (campeón de la Liga de Coronel Dorrego); el 2023, fuera de acción y con más tiempo en los centros de rehabilitación que con la pelota en la mano, se le hizo interminable, y en 2024 defendió el marco de La Armonía antes del descenso al Promocional.

--¿Qué lesión tuviste para estar sin jugar una temporada entera?

--No lo vas a poder creer, pero en un lapso corto de tiempo me fracturé las dos manos, primero la derecha y después un dedo (anular) de la izquierda.

“El año lo arranqué en Bella Vista, con la pretemporada, pero la dirigencia que estaba en ese momento no cumplió con las formas del arreglo a la que habíamos llegado antes de que yo me sume y por eso me volví a Liniers. Y ahí pasó lo peor, porque lesiones (más que nada en los hombros, esguinces o luxaciones) tuve varias, pero como las que sufrí en las manos nunca”.

Y siguió sin necesidad de escuchar la próxima pregunta: “Al tercer día de estar entrenando en Liniers, en un reducido, un compañero, sin ninguna intención, me pisó la mano derecha y sufrí la quebradura del primer hueso metarcapiano”.

“Estuve dos meses recuperándome y volví con todas las ganas, pero un pelotazo me partió en dos el dedo anular de la otra mano y hasta junio no pude volver a ponerme los guantes; solo trotar y patear”, reconoció el campeón con el albinegro en 2019 y 2022, año que también consiguió el ascenso al Federal A conformando aquel plantel que hizo historia y que conducía técnicamente Nicolás Ballestero.

“En ese momento decidí parar, no apurarme, pasar el mal trago y proyectarme para 2024. Fue como una pandemia, estuve más tiempo encerrado que en el club y perdí un año entero de competencia. Gané tranquilidad, es cierto, maduré, pero creo que me pasó cuando mejor estaba”, desató “Mati”, un claro ejemplo de superación personal.

--Las fracturas te dejaron algún tipo de secuela?

--No, solo que antes de cada partido me tengo que entablillar el dedo para protegerlo de golpes fuertes. Fue un hecho desgraciado que, por suerte, lo borró de mi cabeza antes de entrar a jugar o de ponerme a entrenar.

 

Un arco “pesado”

“Fue hermoso volver a sentir la adrenalina de entrar a jugar un partido oficial, de tener a la gente atrás tuyo gritando y alentando y a mi familia en la tribuna tan feliz como yo”, fue la apreciación de un pibe que sabe lo que es pelearla desde abajo.

--¿Por qué le ganaron a Bella Vista?

--Porque delante mío hay dos centrales que son unos animales y porque el equipo luchó todo el partido para que el rival no se sienta cómodo ni pueda imponer su juego.

  --¿Cuál es la sensación de tener que reemplazar a un referente histórico del Globo como Ezequiel Alonso?

   --El arco de Huracán es muy pesado, no es para cualquiera. Es un lujo entrenar todos los días con Ezequiel, quien me apoyó desde el primer momento y siempre desea que me vaya bien. Le toque a quien le toque, acá primero está Huracán, y esa es la bandera que llevan y te hacen respetar futbolistas símbolos de la institución como Eze y algunos más que hace tiempo que están.

“Estamos enfocados en apuntalar la campaña, Huracán está acostumbrado a codearse con los primeros puestos, tiene equipo y potencial para ser protagonista, pero bueno, la fortaleza mental y el crecimiento en el juego lo tiene que demostrar todos los partidos. Ante Bella Vista nos dimos cuenta que estamos bien parados, que esa es nuestra realidad. Jugando al fútbol vamos a lograr grandes logros, o al menos lo que nos proponemos”, subrayó este técnico en Seguridad e Higiene que decidió que el 2025, a causa de los horarios y de los viajes a Ingeniero White, sea exclusivo para el fútbol.