“Las brujas no existen, pero que las hay, las hay…”
La columna semanal del corresponsal de La Nueva. en la capital de la provincia.
Las líneas discursivas pueden ser decisivas para conseguir el mayor caudal de votos posibles, en la recta final de la campaña para la legislativas bonaerenses. Será una votación extraña, comparada con otras elecciones. Ahora, los estrategas parecen depender más de lo que traccione la boleta municipal que de la lista de candidatos a diputados o senadores a nivel seccional.
Ante este nuevo capítulo electoral, la política necesita ir creando clima a modo de potenciar la energía ciudadana. Por ahora, al menos, se percibe una campaña cada vez más intensa por redes pero con propuestas concretas de “bajas calorías”, comparada con otros tiempos. Se sabe: los problemas sociales no se resuelven con fotos o marketing.
Ante eso, la táctica discursiva desplegada por el gobernador Axel Kicillof contiene fuertes cuestionamientos al ajuste económico de Nación, con las consecuentes caída del consumo y falta de inversión en obra pública en la Provincia.
Con certeza, Kicillof no da señales de retroceder o de poder imaginar, siquiera por un segundo, que podría arrodillarse ante el gobierno libertario. En todo caso, cree que la gestión presidencial puede intentar ahogar financieramente la administración bonaerense, pero no podrá cambiar su decisión política de contrarrestar los efectos de la motosierra.
“Estamos orgullosos de poder decir que desde el día uno plantamos bandera contra las medidas económicas del Gobierno nacional”, remarcó en un plenario de ministros, intendentes, y funcionarios.
En líneas generales, el Gobernador busca escenificar un escenario de paridad electoral con los libertarios en las urnas, pero creyendo a priori que el peronismo logrará desnivelar el resultado final en el conurbano.
No pocos referentes territoriales de la unidad forzada en la que convive Fuerza Patria creen advertir dentro del electorado bonaerense “muchos arrepentidos silenciosos que votaron a Milei”.
En tanto, buscando ganar musculatura política, La Libertad Avanza apunta a nacionalizar la campaña provincial utilizando como comodín el factor “arrastre de votos” de Milei, una estrategia similar a la utilizada para los comicios porteños, la cual le trajo buenos resultados electorales.
Por eso y con la premisa de hacer hincapié en la estabilidad económica y plebiscitar la gestión presidencial, los libertarios tienen la mirada puesta en el despliegue territorial y la fiscalización de una elección a la que llegan con una apreciable dosis de confianza. Para no salirse del libreto, el crecimiento del delito como terreno fértil para el discurso de “cárcel o bala”, que agita el diputado José Luis Espert, se anota deliberadamente como cuestión proselitista sabiendo que el mayor impacto crítico puede recibirlo el oficialismo kirchnerista.
Para los libertarios todo puede resultar ganancia. Saben que, cualquiera sea el resultado de las urnas, podrán festejar la posibilidad de sumar representantes puros a los recintos de senadores y diputados de la PBA, situación que posicionaría políticamente al mileísmo como la principal fuerza de oposición legislativa desalojando de ese rol a los amarillos del PRO.
En un contexto de progresivos cruces verbales entre Provincia y Nación, Kicillof y un par de ministros saltaron a denunciar el inicio formal de una presunta campaña sucia, en medio de “operaciones de prensa” e "intentos de hackeo" en los sistemas de la Junta Electoral bonaerense y la Casa de Gobierno.
“Como decía mi abuela, las brujas no existen, pero que las hay, las hay”, ironizó el ministro de Seguridad, Javier Alonso, poco después de que su par de Gobierno, Carlos Bianco, vinculara esas supuestas maniobras a la campaña, aunque le fue imposible corroborar si existe alguna “mano negra”.
En todo caso, sonó a un vuelto propio de la política. Es que, además, Alonso reflotó el tema de los 24 policías cesanteados tras comprobarse que se dedicaban a escribir pedidos de informes, con membrete de La Libertad Avanza, a diferentes funcionarios municipales y bonaerenses mientras estaban en cumplimiento de servicio.
En ese contexto cuestionó que la ministra de Seguridad nacional, Patricia Bullrich, se involucre “tanto” en un procedimiento interno de la Provincia. Casualidad o no, unas horas más tarde, la diputada bullrichista Florencia Retamoso salió con los tapones de punta a culpar a la gestión Kicillof de promover maniobras de “espionaje ilegal, persecución política y abuso de poder” contra efectivos de la Bonaerense.
“La estrategia de la polarización les conviene a libertarios y kirchneristas y, por momentos, parece una de pelea de Titanes en el Ring”, bromean veteranos parlamentarios de la UCR bajando las escalinatas de la Cámara de Diputados, donde días atrás un desorientado zorro gris fue capturado por personal de seguridad sobre la avenida 53.