Bahía Blanca | Sabado, 16 de agosto

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La estación ferroviaria de avenida Cerri y un potencial único

Su virtual cierre obliga a tomar decisiones sobre el posible futuro de un bien tan preciado y relevante como es el edificio de la estación Sud. ¿Qué se puede hacer en ese lugar?

El reciente retiro de José González como jefe de la estación ferroviaria Bahía Blanca Sud de avenida Cerri al 700 ha sido de alguna manera el cierre simbólico de ese histórico sitio como lugar de arribo y partida de trenes de pasajeros. Por un lado, porque Ferrocarriles Argentinos SE, empresa estatal responsable del servicio, decidió no designar un reemplazante para ese cargo. 

Por otro lado, hace dos años que está suspendido el único servicio que funcionaba entre nuestra ciudad y Plaza Constitución, el cual difícilmente se recupere por cuanto la justicia ha establecido, luego de dos descarrilamientos ocurridos a la altura de Olavarría, que tanto el Estado como la empresa FerroExpreso, concesionaria de los rieles, deben realizar las adecuaciones de infraestructura y trenes que garanticen la seguridad de los usuarios.

La inversión que requiere el tramo de casi 700 kilómetros es millonaria y nadie ha dado señales de estar dispuestos a realizarla.

A pesar de esa condición, la inundación que sufrió Bahía Blanca el pasado 7 de marzo hizo caso omiso al riesgo de significa usar este recorrido y habilitó la marcha de un tren solidario que partió desde Constitución con 14 vagones cargados de provisiones con destino a nuestra ciudad.  

Viajando a una velocidad promedio de 20 km/h y luego de 34 horas, la formación se detuvo a la altura de La Vitícola, 70 kilómetros antes de llegar a nuestra ciudad, ya que el agua había afectado de manera severa el tramo restante.

El hecho generó la reacción de concejales de la localidad de Azul, que plantearon "la necesidad de contar con ese servicio de larga distancia", considerando que, por un lado, el transporte de cargas sigue funcionando y que una emergencia dejó en claro “el rol fundamental del ferrocarril al llegar con donaciones a la zona de la catástrofe”.

"Durante el trayecto hubo paradas en estaciones intermedias, donde los vecinos sumaron sus donaciones, demostrando el valor estratégico y solidario del ferrocarril como medio de transporte y de ayuda humanitaria".

El proyecto de Azul solicita a Ferrocarriles Argentinos la restitución del ramal Constitución-Bahía Blanca y que tanto esa entidad como la secretaría de Transporte de la Nación y a la empresa concesionaria “articulen medidas concretas para su recuperación".

El lugar

“Del otro lado de la reja está la realidad, de/este lado de la reja también está/ la realidad; la única irreal/es la reja”. (Paco Urondo).

Más allá de proyectos, planteos, declaraciones y buenas intenciones, la realidad indica que el ferrocarril como transporte de pasajeros entre Buenos Aires y Bahía Blanca no volverá.

Asumir esta realidad, más allá de que a futuro se modifique, obliga a tomar decisiones sobre el posible futuro de un bien tan preciado y relevante como es el edificio de la estación Sud, de manera de evitar que caiga en el penoso abandono que en el tiempo ha afectado a decenas de inmuebles locales que fueran del ferrocarril.

Es un edificio en buen estado, ya que en 2022 y fuera de toda lógica, la Administración de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) realizó su puesta su valor con una inversión de 750 mil dólares, que incluyó la renovación de cubiertas, el diseño de nuevos sanitarios y la adecuación de varios de sus locales. 

El inmueble tiene un potencial enorme, tanto por su superficie de 720 m2 en planta baja y 200 m2 en planta alta y un playón anterior, como por su ubicación, a pocas cuadras del centro, frente a una gran avenida, en un sector que hace décadas busca revitalizarse, ya sea sobre avenida Cerri como en Parchappe, zona de grandes galpones y terrenos que el futuro Código de Planeamiento Urbano considera permitir la construcción de edificios en altura.

Tres voces

Jorge Herrera, quien preside la Asociación de Amigos de Avenida Parchappe que ha logrado transformar toda la franja de terreno sobre esa avenida en un verdadero paseo comunitario, señala que esa entidad no está en situación de gestionar el edificio.

“Tenemos una limitación con la cantidad de gente que participa de este tipo de tareas, ya que más allá del apoyo barrial y la colaboración constante, somos pocos los que podemos dedicar tiempo a esto. Quizá la gente de Cultura de la municipalidad o las escuelas de Arte sean adecuadas para realizar algún planteo de uso. Es además un espacio donde se cruzan incumbencias provinciales y nacionales, con organismos a los cuales es muy difícil llegar y obtener respuestas”, detalló.

Desde la municipalidad, por su parte, confirmaron a este medio que hace tiempo vienen realizando gestiones relacionadas con un posible manejo del lugar.

“Hace meses se está en diálogo con el gobierno nacional pata tener la guarda de la estación. Esa es la intención de la comuna, tenerlo bajo nuestra órbita y después darle un destino”, señalaron desde el área de prensa.

Otra alternativa que se puede pensar es por parte de las universidades locales, lo cual aseguraría no sólo el uso de las instalaciones sino que generaría un movimiento por demás interesante para revitalizar el sitio.

Sin embargo, tanto la Universidad Nacional del Sur como la Tecnológica tienen sus proyectos de crecimiento definidos en otros sitios. En el campus de Altos del Palihue, en el caso de la UNS, y en instalaciones de Vialidad Nacional de calle Montevideo al 300 la UTN. 

El ingeniero Alejandro Staffa, decano de esta última casa, señaló además que hace poco le fueron transferidas unas parcelas de calle Montevideo y Beruti (ex Villa Quilmes), donde tienen proyectado construir laboratorios de ingeniería para educación y vinculación con la industria.

Por otra parte, el profesional tiene una mirada particular sobre el edificio de avenida Cerri.

“La perspectiva sobre la estación debiera ser de largo plazo, cuando las políticas de transporte vuelvan a ser una prioridad. No soy partidario de alternativas no ferroviarias para ese sitio. La ciudad, la provincia y la nación debieran comprometerse en la recuperación del ferrocarril como medio de transporte de pasajeros y cargas prioritario por sobre el carretero”, indicó.

Final

Bahía Blanca sabe de memoria la pérdida de bienes ferroviarios que ha sufrido a lo largo de su historia, en particular con sus estaciones.

Tanto las de Ingeniero White como la de Noroeste fueron incendiadas; la de Spurr –en Villa Rosas— está en completo abandono; han sido demolidas las de Villa Olga y Loma Paraguaya y están usurpadas Villa Bordeu y Garro.

La única que ha logrado salvarse parcialmente (se han demolidos su zona de andenes y el galpón de cargas) es el edificio del ferrocarril Rosario Puerto Belgrano, primero utilizado como terminal de ómnibus y hoy con dependencias municipales.

La estación Sud es uno de los edificios más valiosos del patrimonio bahiense y a pesar de ser una estación de paso tiene todas las características de una estación terminal.

Custodiarla, preservarla y encontrarle un nuevo destino es la mínima responsabilidad que debieran asumir las autoridades para evitar no dejarla caer en el olvido y a merced de los vándalos.