Calle Juan Molina: el jardín con aljibe y ombú, un templo en planta alta y un balcón musical
Una calle distinta, de mucho tránsito y movimiento. Un recorrido pleno de detalles y sorpresas.
Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
"La arquitectura es el espejo de la vida, solo hay que mirar un edificio para sentir la presencia del pasado, el espíritu del lugar, la cultura de un pueblo”. Arquitecto Mario Botta
Desde 1899 la calle lleva el nombre de Juan Molina (1836-1888), uno de los vecinos más destacados de la ciudad del siglo XIX. Hacendado, político y comerciante integró en varias oportunidades la junta vecinal que antecedió a la creación de un Departamento Ejecutivo y fue luego miembro de los primeros concejos deliberantes. Era hijo de Bernardo de Molina y nieto de Manuel de Molina, este último considerado el primer ingeniero y agrimensor de nuestra ciudad.
Es una calle distinta, atípica, con un intenso tránsito vehicular en parte resultado de ser una de las que permite cruzar las vías del ferrocarril Noroeste.
Recorrerla es descubrir en detalle el telón de fondo que forman los edificios, con sus estilos, usos, diseños y materiales. Una cualidad de la arquitectura que es servir también como una manera de contar la historia, un reflejo de cada época cuyas capas van sobreviviendo al paso del tiempo.
La modernidad hecha geometría
Nunca falta el art decó, barrial, distinguido, distinto. Geométrico y abstracto surgió en la década del 30 como símbolo de modernidad y glamour, un estilo que abarcó la arquitectura pero también la moda, las letras, las joyas, muebles, juguetes, automóviles y todo lo que admitiera ser diseñado.
Derivado de este estilo es el llamado “art decó náutico”, inspirado en los buques, el cual renuncia a todo tipo de decoración para adoptar paredes lisas y claras, más el recurso de curvar muros y generar balcones con barandas en aluminio o acero cromado. La carpintería también acompaña esa estética marítima con sus diseño y maneras de abrir.
Los chalecitos dibujados
Una curiosidad. El gusto por tener un chalecito en un terreno entre medianeras, donde no es posible generarlos. Se resuelve entonces ese gusto con una especie de “dibujo” sobre el frente, con una línea de tejas simulando ser una cubierta en pendiente, con revoque se recrean las maderas y una ventana circular ciega aporta un trabajo de herrería. Su remate no es recto sino que generalmente está resuelto con curvas cóncavas. Pintorescas en sus forma, un recurso habitual de encontrar.
El jardín del barrio
“Castillitos de muchas ventanas/con arena, aljibe y ombú/muchos nenes con la seño/mis amigos mi jardín”. Himno del Jardín 901, 1989
“The Tower” es el nombre grabado en uno de sus pilares de acceso al espacio que desde hace 70 años ocupa el Jardín de Infantes Nº 1.
Retirado del frente, el edificio es una suerte de castillo con aires medievales, con dos niveles en esquina que supieron estar rematados con torres almenadas, las cuales han resignado sus prismas inspirados en las antiguas fortalezas.
Fue construido a principios del siglo XX por una autoridad del ferrocarril del Bahía Blanca al Noroeste, y ocupado luego por distintas familias. Una de las fotografías que ilustra este comentario fue cedida por un bisnieto de William Harding Green, gerente del Noroeste, indicando que allí vivió durante algún tiempo.
Dos elementos se destacan en su patio delantero, el pintoresco aljibe, un recurso de principios del siglo XX para obtener agua de lluvia, y el centenario ombú, que se dice fue plantado en una olla por una monja, luego traslado a una ciudad marítima y finalmente colocado en el Jardín.
Country roads, take me home
En Juan Molina al 700 hay una vivienda que da la nota. En ese lugar, a mediados de la década del 30, comenzó su historia el Establecimiento Musical Panelli, cuando el abuelo de quienes hoy siguen adelante con ese negocio familiar comenzó a dar clases de acordeón, guitarra y bandoneón.
Un detalle constructivo confirma esa ubicación: la terminación dada al balcón de la planta alta, similar, en diseño y materiales, al del edificio que la casa ocupa desde 1969 en O’Higgins 249. Es un trabajo artesanal, una terminación vidriada, colores y texturas similares para ambas obras..
Gloria a Dios en las alturas
La parroquia Nuestra Señora del Luján es distinta a cualquier otra. Primero, porque el templo está en la planta alta, al cual se accede recorriendo una rampa. Segundo, porque fue la primera en la ciudad en ser diseñada de acuerdo a nuevos estándares del Vaticano en cuanto a espacialidad.
Luján comenzó su historia en 1939, como oratorio dependiente de Santa Teresita. El edificio actual fue inaugurado en 1969 y está cubierto con un conjunto de paraboloides hiperbólicos que permite disponer de una única nave, sin columnas intermedias.
Esas casas que siempre maravillan
“Mis pasos claudicaron/cuando iban a pisar el horizonte/y quedé entre las casas,/cuadriculadas en manzanas/diferentes e iguales/como si fueran todas ellas/monótonos recuerdos repetidos/de una sola manzana”. Jorge Luis Borges
No siempre tienen un estilo definido. Por eso es habitual utilizar el término “ecléctico” para definir esas fachadas de viviendas de las primeras décadas del siglo XX con detalles de estilos del pasado, los arcos de medio punto romanos-renacentistas, de la época clásica, molduras, decoraciones, ornamentos, puertas de gran altura, remates, terminación símil piedra.
De todo un poco, “como en botica”.
Paredones sobre la línea municipal que anticipan, en general, la presencia de una casa chorizo, conviven con los edificios multifamiliares que, a veces, suman diseño para mejorar el paisaje urbano.
Un recurso para jerarquizar el ingreso a la vivienda, con un pórtico con dos columnas toscanas –fuste liso, capitel dórico—sosteniendo una moldura. En la ventana, una partición en tres, propia de los modelos Tudor, con pilares que sin ser torneados juegan con anillos.
No se puede decir que hay un estilo arquitectónico surgido de la inseguridad, pero muchos frentes han modificado su estética a partir de la colocación de rejas protectoras. La casa abierta a la calle es parte de una sociedad que ya no existe.
Por último, dos cuestiones habituales. Pérdidas de agua y veredas en mal estado que llaman a convertirse en pequeños basurales. Hacen al paisaje urbano, lo afectan de la mala manera.
Final
Siempre hay algo más por ver. Los mismos ojos en los mismos lugares pueden advertir nuevas cosas cada día. Por eso, la yapa. Doble bóveda para una cubierta sobre vereda, herrería de ventanas y materiales y texturas. “Para ver claro basta con cambiar la dirección de la mirada”, escribió Antoine de Saint-Exupery.