Distintas películas políticas con finales fortuitos
La columna semanal del corresponsal de La Nueva. en la capital de la provincia.
La tirantez interna que viene atravesando el oficialismo bonaerense no sólo afecta la gestión cotidiana del Ejecutivo de calle 6 sino que además complica todo el andamiaje legislativo. Definitivamente es la antesala de una campaña electoral que promete un alto voltaje a lo largo de toda la Provincia.
A medida que pasan los días la condena judicial sobre la expresidenta Cristina Kirchner parece ser el punto de partida para la unidad forzada del PJ, rompiendo incluso los límites partidarios y abriendo la puerta a otros espacios contrarios al gobierno de Javier Milei.
Como se sabe, el gobernador Axel Kicillof le viene imputando a la Casa Rosada que busca “fundir” a la Provincia, Días atrás, de hecho, volvió a la carga contra el “ajuste y motosierra” de Milei, a quien acusó por la “quita ilegal” de fondos, además de paralizar toda la obra pública en el distrito.
También señaló que la administración bonaerense tiene que “sostener” la inversión en seguridad con “recursos propios” debido al recorte de partidas presupuestarias que instrumentó el modelo nacional en una área sensible para los municipios frente a la crisis estructural de inseguridad.
Es obvio que la caída de la coparticipación federal , una iniciativa con sello libertario, no sólo impacta en la caja recaudadora bonaerense sino que además repercute y ahorca las gestiones comunales.
Mientras tanto, el pedido de endeudamiento de Kicillof -por el equivalente de $1.045 millones para oxigenar las finanzas- que incluye además una condonación de deudas que tomaron los municipios en tiempos de pandemia para reforzar sus sistemas de salud, volvió a ganar fuerza en la agenda. El denominado “mini presupuesto” está pendiente hasta que el oficialismo logre la misión de construir los dos tercios de los votos para su aprobación.
En medio de esas tensas negociaciones bajo cuerda, la oposición parlamentaria -que se mostró muy crítica con el proyecto de reelecciones indefinidas- encontró en el pedido de tratamiento de esa herramienta financiera una nueva hendija para reabrir la frustrada negociación para la cobertura de cargos vacantes en el directorio del Banco Provincia y otras entes estatales. “Si no le gustan mis principios, tengo otros", chicanean desde el peronismo, parafraseando la ironía atribuida al recordado Groucho Marx.
Claro que, otra vez, la dinámica legislativa quedó en el ojo de la tormenta pública. La evidente desconexión política con la realidad cotidiana habilitó el inoportuno debate sobre reelecciones indefinidas de legisladores, concejales y consejeros escolares de la provincia de Buenos Aires.
El proyecto de ley del kirchnerismo logró un ajustado triunfo en el Senado con distintos argumentos técnicos y filosóficos, tras una votación que precisó del desempate de la vicegobernadora Verónica Magario.
De ese modo, la iniciativa se terminó aprobando gracias a los votos positivos de 19 de los 21 legisladores peronistas y kirchneristas, de dos libertarios dialoguistas y, sorpresivamente, del exsenador de Cambiemos Marcelo Daletto, que responde políticamente al histórico armador Emilio Monzó.
“Los liberales sostenemos que limitar o prohibir es exactamente lo opuesto a las ideas de la libertad”, fue la explicación que dieron los “libertarios blue” al momento de justificar su postura a favor de las reelecciones eternas, en medio de la votación nominal que tuvo la férrea negativa de los senadores del PRO, la UCR+Cambio Federal y el bloque oficial de La Libertad Avanza.
El voto positivo del kirchnerismo estaba cantado. El tema también en estos casos es que cualquier legislador curtido en artimañas parlamentarias sabe que quienes se sientan en sus bancas permite obtener el quórum necesario para iniciar las sesiones y facilitar así el tratamiento de cualquier expediente por más polémico que sea.
Así las cosas, a la controvertida propuesta todavía le falta transitar un largo y difícil camino de negociaciones dentro de un fragmentado bloque de Unión por la Patria, en el cual el massismo ya anticipa una votación negativa en Diputados.
“No podemos ser cómplices de aquellos que cascotean la actividad política por ciertos conceptos de moda antidemocraticos. Los problemas reales de los bonaerenses no se solucionan restringiendo la reelección del gobernador, intendentes, legisladores y concejales”, se escuchó en algunas trincheras del PJ.
Ante un desdoblamiento electoral como el que se viene en las ocho secciones electorales del distrito, la principal pulseada será por sumar legisladores y concejales, por lo que el poder territorial de los intendentes comienza a ser un factor de suma relevancia.
Los alcaldes tienen su propia lógica dentro del tablero provincial y juegan a sostener su porción de poder municipal a la vez que hacen todo lo posible por evitar el fuego amigo, ya que las internas arden con los intereses electorales de cada espacio.
En ese contexto los libertarios pretenden alcanzar un acuerdo opositor contra la gestión de Kicillof, pero manejando el armado de listas en cada uno de los municipios, incluso en aquellos controlados por el PRO, además de teñir decididamente de violeta las boletas de ese acuerdo. Esa postura inflexible se ganó, al menos por ahora, el rechazo de varios jefes comunales, que exigen tener voz y voto en la conformación de nóminas locales.
Queda mucho por resolver y los tiempos electorales parecen acelerarse cada vez más