El panadero de Noroeste fue sometido por segunda vez a cirugía y advierten que las próximas horas son determinantes
La vocera del Hospital Municipal, Graciela González Prieto, brindó detalles de la compleja evolución médica del comerciante baleado, confirmando que se encuentra con pronóstico reservado y riesgo de perder la vida.
El estado de salud del panadero baleado en el barrio Noroeste sigue siendo complejo y debió ser sometido a una nueva cirujía. La doctora Graciela González Prieto, vocera del Hospital Municipal, detalló la gravedad de las heridas sufridas por Mariano Sánchez —dueño de la panadería El Crisol y una de las víctimas del violento episodio— y aseguró que actualmente "está ingresando a quirófano por segunda vez".
Según explicó, Sánchez presenta dos heridas de bala: una en el glúteo izquierdo, "tangencial, que solo requirió sutura", y otra en la región infraescapular, "debajo del homóplato izquierdo", que le provocó tres perforaciones en intestino delgado, requiriendo la resección de parte del mismo, y dos perforaciones en intestino grueso, que también fueron intervenidas mediante colostomía de descarga.
La vocera reveló que los médicos dejaron el abdomen abierto y contenido, debido a que observaron la presencia de sangre en la orina. Esto obligó a una intervención urgente por parte de un urólogo para evaluar posibles lesiones en el uréter —estructura que conecta el riñón con la vejiga—, ya que existe el riesgo de compromiso en ese conducto.
Además de las heridas abdominales, Sánchez presenta múltiples escoriaciones en rostro, cuello (incluida laceración en la oreja izquierda), torso y extremidades superiores. También se constató una lesión en la mano derecha, que afectó tendones.
Al ingresar al hospital, el paciente estaba sedado, con soporte hemodinámico, debido a una presión arterial muy baja y una mala perfusión, agregó Prieto.
Consultada sobre si el paciente llegó consciente al hospital, la doctora afirmó que sí, aunque explicando que presentaba "compromiso hemodinámico". Rápidamente se optó por inducirle sedación y trasladarlo a quirófano.
Este ingreso al quirófano representa la segunda intervención en pocas horas, y la médica advirtió que podrían ser necesarias más cirugías. "Cuando hay líquido libre en el abdomen —como sangre, contenido intestinal o incluso orina— uno deja el abdomen abierto y procede cada 24 o 48 horas a lavados para evitar infecciones. En algún momento, si logra estabilidad y control de las lesiones, se cierra", detalló.
En relación a las próximas horas, la médica fue contundente: "Son determinantes. Si logra sobrevivir horas, puede llegar a días. Son lesiones muy graves, por eso el pronóstico es reservado, con riesgo de vida por supuesto que sí".