Samid: “Les molestó que un carnicero le empatara a tres campeones mundiales”
"El rey de la carne" repasó sus logros en el ajedrez frente a tres campeones mundiales. La importancia de esta disciplina para su vida y los negocios. Su faceta tuitera, la cárcel y el paso por el Bailando 2015. Su conexión con nuestra ciudad: "Los de Bahía Blanca son distintos".
Periodista de La Nueva desde 1995, especializado en rugby y básquetbol; con colaboraciones en casi todas las secciones de la redacción (locales, policiales, regionales, Ritmo Joven, revista Nueva, Espectáculos)
(Nota de la edición impresa)
Se sabe más de José Alberto Samid (77 años) por la piña en vivo a Mauro Viale en 2002 y por ser considerado “El rey de la carne”. Pero este empresario identificado con el peronismo, que vivió polémicas en TV y hoy las genera en la red social X, que participó en el Bailando 2015 y quien rindió cuentas en la Justicia (“Ningún problema tengo ahora”, le dice a “La Nueva.”), es un gran ajedrecista.
Haber empatado con los campeones mundiales Anatoli Kárpov (dos veces, en 1982 y en 2010) y Garri Kaspárov (2010) y con el gran maestro Vaselin Topalov (2013) en partidas simultáneas, son logros que recibieron el reconocimiento del ajedrez nacional e internacional.
Samid también pasó por otras disciplinas como el polideportivo en Vélez Sarsfield de chico y años más tarde como delantero en la Tercera de Nueva Chicago (“A mí, si me la dejás picando en el área chica la meto adentro”, se agranda). Pero del ajedrez, nunca se fue.
Todavía despunta el vicio en el club Estudiantil Porteño de Ramos Mejía y en su casa con unas computadoras que compró para jugar de manera virtual.
-¿Cómo comenzó el Samid ajedrecista?
-De casualidad. Cuando tenía 9 años, aproximadamente, en aquel tiempo los diarios La Nación y Clarín publicaban las partidas, las jugadas, algo que no se hace más. Resulta que vinieron a vivir al barrio una familia de polacos con cinco hijos, cuatro varones y una mujer. El padre era un profesor de ajedrez que escapó de su país por quilombos con los rusos. Los chicos empezaron en el colegio que iba yo y así conecté con ellos. Empecé a ir a la casa y el padre nos enseñó el ajedrez. Los cuatro varones querían jugar siempre conmigo, no entre ellos je. El padre nos iba enseñando más. Empezamos a analizar las partidas y las jugadas de los diarios. En aquel tiempo venían campeones mundiales a jugar simultáneas y este polaco nos enseñó cómo había que jugarles. Y cuando tuve la oportunidad de jugarlas, le empaté un par de veces a Karpóv, a Kasparov y a Topalov. En todos los casos la Asociación Argentina de Ajedrez me reconoció los resultados y me entregaron diplomas. También la FIDE reconoció que le empaté a los campeones mundiales.
-Sin embargo, se cuestionó la validez o veracidad de esas “tablas” en las simultáneas. Dicen que en esa modalidad los campeones no ponen todo...
-Nosotros los argentinos tenemos doble versión. Se dice que el hijo de Menem no murió por un accidente sino que lo mataron de un tiro… Siempre se cuestiona todo. La verdad, yo no les doy pelota. Creo en la teoría de que Jesucristo, cuando bajó a tierra, convenció al 40 por ciento. El 60 por ciento lo crucificó. Siempre habrá quien no esté de acuerdo… Les molestó que un carnicero le empatara a tres campeones mundiales. Imaginate… Es la envidia y todo lo que existe en el ser humano. Lo anormal sería que todos lo hubieran festejado. Todo lo que hice fue público, ante 20 o 30 personas O más.
-¿Cree que esos logros tuvieron, entonces, el reconocimiento que merecían?
-Nunca traté de usufructuar estas cosas. Nunca lo hablé ni hice comentarios. Lo cuento porque me lo preguntan. Tuve suerte nada más. Nunca me creí un fenómeno, soy un amateur. Sigo permanentemente ayudando a los chicos de acá, que buscan el campeonato Argentino. Colaboro. Los ayudo nada más. No tengo tiempo para prepararlos o estar metido de lleno. Colaboré con algunos torneos, uno que se hizo en Luján, otro en Ciudadela. Si puedo estar voy y participo, me juego alguna partida.
-La más reciente de esas partidas simultáneas contra un campeón fue en 2013, contra Topalov. ¿Ahí también enfrentó a Daniel Scioli?
-Jugué al ajedrez con muchas figuras, presidentes, gobernadores… Jugué con (Eduardo) Duhalde. La gente de la política se dedica al ajedrez. Fueron varias partidas. Jugué toda mi vida. Con Scioli tengo una rivalidad muy grande, jugamos siempre. Nos jugamos como 30 copas (trofeos), copa esto, copa lo otro… Por ahí hacemos cincuenta partidas para ver quién gana. Y por ahí yo le gano 25 y él 24. Nos juntamos cuando podemos, algún fin de semana. Hacemos partidas de modalidad de todo tipo, generalmente a tiempo de 15 minutos cada una. En mi club, por ejemplo, jugábamos a partir de las dos de la tarde hasta las seis. ¡Nos matábamos!.
-¿Qué puntos en común encuentra entre ajedrez y política?
-El ajedrez me ayudó en la vida. Si pudiera poner una materia obligatoria en la primaria sería el ajedrez. En cualquier otro deporte tenés que resolver en el momento. En cambio en ajedrez tenés que resolver una jugada que de surgimiento de acá a cuatro (jugadas). Es decir, tengo una novia y bueno planifico en comprar una casita y así. En la vida tenés que pensar o proyectar así. Es medio así la cosa. A mí el ajedrez me ayudó en la vida, para desarrollarme económicamente y familiarmente, porque tengo 6 hijos. Me ayudó: lo apliqué en mi vida personal y en los negocios. Mirá: yo por dónde había un agujero no pasaba. Fui boyscout y bombero voluntario. Fui administrador de consorcio, estuve en la cooperadora policial, fui presidente de Deportivo Morón, fui secretario de Obras Públicas en el gobierno de (Juan Carlos) Rousselot. Fui asesor presidencial y diputado provincial. Tuve 400 carnicerías. Soy agricultor, soy ganadero, estuve en cana en Marcos Paz y en Ezeiza por haber defendido la mesa de los argentinos. Son algunas de las cosas que hice en mi vida. Y jugué al ajedrez…
-También pasó por el Bailando 2015.
-Me invitaron. En ese momento estaba en la cooperadora de un hospital muy importante de Ciudad Evita. Había que juntar guita y comprar un montón de cosas para el Hospital de Niños de La Matanza. En ese momento Tinelli me pidió de ir al Bailando. Lo saqué zumbando, pero cuando lo conté en el hospital me pidieron que fuera. `Ahí te dan cosas, necesitamos un tomógrafo que vale no sé cuántos millones y puede salvar la vida de muchos pibes´, me dijeron. Y bueno. Mis hijos, que la mayoría son profesionales, me querían matar… Pero acepté ir por ese tema. Me convencieron los amigos de la comisión del hospital.
-Está muy activo en la red social X. ¿Qué hay de esa faceta tuitera? Están los que lo bancan y los que lo liquidan, como es habitual ahí.
-Estoy muy actualizado. O trato. Escribo de una cosa u otra, pero generalmente al otro día me olvido de lo que puse. Estoy cerca de los 80, casi al lado. Es una faceta nueva con la que estoy contento. No hace mucho que le meto.
-¿Conectó con Bahía Blanca alguna vez?
-Participé en política de toda la vida. Comencé con (Italo) Luder. Con él viajamos en su momento muchas veces a Bahía Blanca. Después con el tiempo me hice de amigos, buena relación, me encanta Bahía Blanca. Ciudad pujante, muy parecida a Mar del Plata salvo por el turismo. Bahía es extraordinaria. Los de Bahía Blanca son distintos. Es una ciudad particular. No sé qué fue lo que le ha dado esa particularidad, porque cada lugar tiene su particularidad ¿No? La gente puede ser. He comprado mucha hacienda en Bahía. He faenado mucha hacienda en mi vida, cerca de unas 20 millones de cabezas.