Bahía Blanca | Lunes, 30 de junio

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Luego del silencio respetuoso y el grito de desahogo, Villa Mitre terminó festejando con su gente

En un partido chato y que recién tuvo emociones en el cierre, el tricolor venció a Kimberley con la Ley del Ex: 1-0 con gol de Iriarte.

Fotos: Andrea Castaño-La Nueva.

El estruendo de desahogo que se escuchó en El Fortín con el pitazo final, explica y resume bastante bien el trabajado y costoso triunfo de Villa Mitre ante Kimberley por 1 a 0.

En un partido chato y en el que se jugó poco al fútbol, las emociones llegaron sobre el epílogo, con un cierre que incluyó un gol, un par de atajadas buenísimas y hasta algunas escaramuzas.

La entrada se pagó recién en el cierre y, sobre todo, gracias a una gran jugada de Enzo González que Leonel Iriarte le puso el moño para hacer su primer gol con la camiseta tricolor y cumplir así con la ¡inexorable! Ley del Ex. 

Pero antes de esos minutos vibrantes y justo cuando la gente de la Villa empezó a levantar a los suyos para echar el resto final, la verdad que se vio poco y nada en Maipú y Necochea.

El partido fue chato, deslucido y con vaivenes que mantuvieron la pelota bien lejos de los arcos mientras se la iban prestando.

El primer tiempo dejó muy poco para resaltar, ya que mayormente fue desordenado y desprolijo.

A los dos equipos le costó ser precisos y asociarse para lograr generar una jugada elaborada que le permita llegar con peso al área rival y empezar a hacer méritos para abrir el marcador.

En ese contexto, el equipo bahiense no pudo adueñarse del trámite y, sobre todo, mostrar una faceta ofensiva avasallante, algo habitual en sus encuentros de local.

Mientras tanto, un Kimberley ordenado y combativo intentaba soltarse cuando la recuperaba y sumaba gente en ataque, sobre todo desde la movilidad de Miori y el buen pie de Goiburu.

No obstante y pese a la falta de jugadas asociadas, Villa Mitre fue el único que pudo generar algo de peligro. Fiel a lo que era el partido, lo hizo a los empujones y con dos acciones poco claras.

La primera llegó recién a los 20 minutos, cuando Vivani (hoy titular en ofensiva con Peralta) presionó a Rinaldi (luego amonestado), se la robó desde el piso y Mujica aprovechó llegando desde atrás.

El olavarriense, que hoy jugó con su perfil natural ocupando el lugar del expulsado Maximiliano López, remató de derecha en la medialuna y obligó a la primera buena intervención de Casas.

El disparó sirvió para preocupar a la visita y, también, sacudir un poco la modorra en una tarde otoñal maravillosa afuera, pero que adentro entregaba poco desde el juego.

La otra chane de la Villa la tuvo Peralta diez minutos después, quien ensayó una chilena en el área chica –luego de un par de cabezazos tras una pelota parada– pero encontró bien parado al golero visitante, quien embolsó sin problemas.

Sacando esas dos chances de riesgo, el resto del primer tiempo corrió sin mayores sobresaltos, con muchas imprecisiones y poco y nada de juego. Quedaba esperar que el complemento mejore. A esta altura, alcanzaba con poco para lograrlo.

Al regreso de los vestuarios, desde el vamos se mostró otra faceta del tricolor, que adelantó sus líneas y, con más empuje que juego, acorraló a los marplantenses bien sobre el final de la cancha.

En ese intangible que tiene el fútbol, la sensación en la cancha era que el gol estaba al caer y que, una vez más, Villa Mitre iba a ganar en su cancha. Aunque las chances de peligro no sobraban ni eran claras. Pasaba por otro lado el sentir en el ambiente.

Lo cierto es que esa sensación se fue desvaneciendo de a poco, la visita se terminó acomodando y resignando en gran parte la faceta ofensiva, y los minutos se iban escurriendo como el sol de la tarde y sin que pasara demasiado.

Entre los cambios, el corte del juego y el cansancio, los dos equipos se desordenaron un poco y el encuentro cayó definitivamente en un pozo que parecía que no iba a salir.

Pero estos partidos de poco fútbol casi siempre lo destraba una pelota parada o una acción individual.

En este caso sucedió lo segundo y llegó recién a los 86 minutos, cuando el guapo de Enzo González echó el resto físico a puro amague y armó una linda acción personal por derecha, entró al área y se la pasó atrás a Leonel Iriarte.

El carhuense, fiel a su estilo llegador y con facilidad para el gol, no dudó y definió cruzado al segundo palo de Casas para que El Fortín se desahogue, mientras él se quedó inmutable y festejó con un respetuoso silencio ante su exequipo.

Y en un partido que poco había pasado, todo sucedió en los segundos del cierre.

Porque a ese gol agónico de Iriarte, le siguió una atajada colosal de Agüero, que casi no había tenido trabajo pero respondió cuando lo llamaron. El golero tricolor reaccionó de gran manera tras una palomita de Hernán Sosa llegando al área chica, luego de dos cierres defectuosos de Zadel, y mandó la pelota al córner.

En ese rato también hubo un par de escaramuzas que no pasaron a mayores y hasta un mano a mano de Enzo González, que obligó a una estupenda reacción de Casas.

Lo cierto es que los minutos finales pasaron rápido y terminaron con un estruendo de desahogo de la gente de Villa Mitre, que terminó festejando con los jugadores al ritmo del ya característico ¡"Dale dale ve, dale dale ve..."!

*La síntesis

Villa Mitre (1)

Agüero 7

Tanner 5
Manchafico (c) 5
Zadel 5
Moreno 6

Formigo 5
Cavagnero 5
E. González 7
Mujica 5

Vivani 5
Peralta 5

DT. C. Mungo

Kimberley (0)

Casas 6

Di Bello 5
Rinaldi  6
Bacigalupe 5
H. Sosa 5

Ullúa 5
Vázquez 5
Goiburu (c) 5
Miori 5

A. Pereyra 5
R. Ríos 5

DT. M. Mignini

PT. no hubo goles.
ST. gol de Iriarte (VM), a los 41m.

Cambios. 55m. Algozino (5) por Mujica, 70m. Iriarte (6) por Formigo y 75m. Bellone y De Hoyos por Cavagnero y Vivani, en Villa Mitre; 61m. Cos y Verón por A. Pereyra y Goiburu, 69m. Ávila por Río y 78m. Rojas y Loscalso por Vázquez y Miori, en Kimberley/

Amonestados. Cavagnero (51m.), en Villa Mitre; Rinaldi (20m.) y Vázquez (77m.), en Kimberley.

Árbitro. Marcos Liuzzi (5).

Cancha. Villa Mitre (buena).