Bahía Blanca | Martes, 24 de junio

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La historia del tortugo que fue rescatado en Bahía y liberado 40 años después

El tortugo Jorge, que pasó 38 años en el acuario de Mendoza, volvió al océano tras un extenso proceso de rehabilitación. 

Después de más de 40 años de cautiverio, el querido y popular tortugo Jorge volvió a su hábitat natural el viernes 11 de abril. 

El tortugo marino fue reinsertado en las aguas de Mar del Plata, luego de completar un proceso de rehabilitación que duró casi 4 años.

El traslado al océano se realizó en un barco de Prefectura Naval, donde el tortugo fue introducido en el agua con la ayuda de un equipo de buzos.

Su reinserción se llevó a cabo de forma segura, siguiendo los protocolos requeridos para estos procedimientos.

El tortugo fue encontrado por pescadores a principios de 1984, en una playa cercana a Bahía Blanca. Estaba entumecido por el frío y herida, y en ese momento el Instituto Oceanográfico Argentino, con sede en nuestra ciudad, lo identificó como de la especie Caretta caretta, una tortuga tropical común de mares cálidos pero inusual en el Mar Argentino.

En ese momento, no se consideró devolverla al mar, dado que la devolución de animales tropicales poiquilotermos (de sangre fría) a medios muy fríos no se aconseja para la especie.

El Acuario Municipal de Mendoza era el único capaz de recibirlo, por lo que fue despachado vía aérea en seco, dentro una caja de madera construida especialmente para el animal. 

Con rastreador

Antes de la liberación, a Jorge se le colocó un rastreador satelital desarrollado por investigadores del Conicet, quienes proporcionaron los transmisores.

La Municipalidad de la ciudad de Mendoza aportará el servicio de satélite para poder monitorear al animal. Estas señales se podrán registrar cuando Jorge salga a la superficie.

“Dependiendo del comportamiento del animal, la antena puede transmitir datos de posicionamiento que pueden brindar información útil para tener un dato más científico sobre la migración de estas tortugas. Tendremos que tener paciencia porque, si bien el sistema se chequeó hasta último momento y transmitió y marcó las posiciones a la perfección, depende de que Jorge saque su caparazón a la superficie. Con la marea tan movida eso se dificulta y las primeras señales pueden demorar”, explicaron los especialistas.

El tortugo Jorge llegó a Mendoza en marzo de 1984, proveniente de Bahía Blanca y con 30 años (aproximadamente). Durante 38 años vivió en un estanque de este paseo (hoy cerrado y reconvertido en centro de conservación de biodiversidad), hasta que en octubre de 2022 fue trasladado al Centro de Rehabilitación de Fauna Marina en Mar del Plata.

Al llegar a Mar del Plata, Jorge fue trasladado a un espacio más amplio, donde recuperó fuerzas y comenzó su entrenamiento para sumergirse. Inicialmente, la profundidad del agua era de un metro y medio, ya que las tortugas necesitan salir a la superficie para respirar. Jorge se adaptó rápidamente a este procedimiento y al agua salada, a la que había sido expuesto gradualmente en Mendoza.

Para estimular su instinto de caza, se introdujeron cangrejos en su hábitat. Posteriormente, se añadieron “chuchos” (pequeñas rayas), lo que lo obligó a competir por su alimento. A pesar de las dificultades, Jorge demostró que su instinto de caza estaba intacto.

Simultáneamente, como parte del enriquecimiento ambiental, se aumentó la capacidad de agua de su recinto a 150.000 litros, lo que equivale a 3 metros de profundidad.

“Jorge” fue transportado en una caja especialmente diseñada para él hasta el Guardacostas GC-72 “Buenos Aires” de la Prefectura, que lo trasladó unas 10 millas náuticas mar adentro (unos 18 kilómetros de distancia respecto a la costa de la ciudad balnearia).

Al arribar al sitio indicado por los especialistas del CRFMA del Aquarium, el recipiente que contenía a la tortuga fue bajado al mar con la pluma (una grúa que se utiliza para izar y arriar cargas) del guardacostas y allí era esperado por un nadador de rescate de la Prefectura y uno del Aquarium, quienes recibieron la caja y concretaron el regreso del animal a su hábitat natural.

De acuerdo a la última posición recibida por el telémetro de rastreo satelital que lleva encima, Jorge se e encontraba frente a la zona de norte de Pinamar. Así, se comprobó que inició la migración hacia Brasil, de donde es originario.