Bahía Blanca | Viernes, 05 de diciembre

Bahía Blanca | Viernes, 05 de diciembre

Bahía Blanca | Viernes, 05 de diciembre

"Escuchame antes y no después": la mirada de un papá y técnico bahiense sobre bullying

El director técnico nacional de fútbol, Julio Daniel Verdino, con experiencia en nuestra ciudad en el fútbol formativo se encuentra desarrollando un proyecto que busca combatir este flagelo pero desde una mirada distinta: redirigiendo el foco de atención en quienes lo realizan. 

El entrenador Julio Verdino y una propuesta basada en su experiencia como formador de jóvenes y niños que busca generar impacto para erradicar el bullying.

En la búsqueda de abrir nuevas miradas que generen acciones para erradicar el bullying el DT Julio Daniel Verdino, ex jugador de fútbol y con experiencia en el ámbito formativo en nuestra ciudad está reuniendo información y testimonios de chicos víctimas de este flagelo –por supuesto, con nombres simbólicos-- con una idea concreta: realizar un libro que promueva un cambio y proponga soluciones distintas y eficaces para esta problemática.

“Hasta ahora el foco siempre se pone en el chico que recibe el bullying, en la víctima. Hay charlas sobre esto y hay profesionales que vienen tratando el tema desde hace más de 30 años, pero sigue habiendo bullying”, dijo.

Verdino plantea la necesidad de tomar decisiones que tengan un impacto real en la vida de las personas afectadas, que no sean  meros debates sobre el tema, como por ejemplo, que haya consecuencias en los colegios para quienes hacen bullying. En este sentido, busca contactar a profesionales de distintas disciplinas afines a esta mirada.

 “Mi pregunta es ¿qué pasa hoy con el que hace bullying? Mi postura es que se le debe dar a este punto la importancia que amerita. Que tenemos que lograr una normativa que nos permita que existan consecuencias y que la mirada no esté siempre sobre la víctima”, añadió.

Asimismo destacó que, hoy por hoy, con las redes sociales, el acoso no se limita a la escuela sino que es algo continuo.

“Un chico que está tratando de superar una situación muchas veces ni siquiera puede tener la libertad de publicar algo que le está pasando en su vida, como un logro, porque lo bajan como de un tobogán”, dice.

“Y digo por un tobogán porque no es lo mismo que bajar por un ascensor. En el ascensor vos subís y  bajás de la misma manera, sin hacer esfuerzo. Pero en el tobogán, el chico que busca superarse sube con un montón de esfuerzo y de inconvenientes, con sus manos y con  sus piernas, y alguien que no tiene nada de empatía, y a quien teóricamente no le pasa nada, lo baja en un segundo y de otra manera”, reflexiona.

En este momento, está buscando padrinos para lograr la materialización del libro y hasta formar una ONG que debata y promueva verdaderas soluciones.

--¿Cómo definirías a este libro y sobre todo a su título, tan fuerte…? 

--“Escuchame antes y no después”, es el testimonio plasmado en un libro de un padre que transmite lo que siente cuando su hijo menor recibe bullying. Es un  título muy duro, muy fuerte, pero real. Le puse “Escuchame antes:…”, porque como padre tengo a mi hijo con vida y con 17 años. Y luego agregué “…y no después”, porque no quiero ser uno más de los que hable del suicido de su hijo o de que cometió una masacre. Abrazo con el alma a todos los que pasaron por este momento tan difícil.

--¿Cómo nació la idea del libro y por qué creés que es importante y necesario este abordaje?

-- La idea del libro nació de una certeza. Porque mi hijo tiene un montón de cosas con las que lucha desde el día en que nació, en los hospitales, y con las que sigue luchando aún hoy, pero justamente este problema del bullying no es de él. Y lo remarco. Hasta la misma palabra lo dice. No es un problema suyo sino del que lo hace. Pero sumado a todos los problemas que arrastra desde el día en que nació también se tiene que hacer cargo de algo que evidentemente no le corresponde.

Pensé en el libro porque cada vez que mi hijo salía del colegio o andaba en casa o lo veía desbordado sin encontrar respuestas en ninguna persona me daba mucha impotencia: enojo, dolor, tristeza. Muchas emociones juntas. Y a todo esto se le suma a escuchar que el problema era de mi hijo. Él es el que tiene que ir al psicólogo, el que tiene que estar en casa contenido, etc. 

En el colegio, en cada reunión que tenía la respuesta siempre fue la misma: que ellos no podían hacer nada fuera del horario del colegio. Una ayuda, sí, pero lo básico: nos decían que hay que ir al psicólogo, que hay que contenerlo y ayudarlo para que siga sociabilizando con los chicos. Y mi pregunta era ¿sociabilizando con quién? ¿Con los que le hacen bullying todo el día y lo siguen gastando después en las redes?

--Siendo formador de niños y jóvenes te habrán tocado casos de bullying ¿cómo viviste esas experiencias?

--Mi experiencia como director técnico de fútbol y como coordinador de escuela de fútbol y director técnico de juveniles es que siempre pude hacer algo fuera de mi horario escuchando a padres, jóvenes y chicos que por alguna otra situación ajena al deporte recibían algún tipo de bullying o desprecio.  Y sí podíamos hacer algo desde otro lugar.

--¿Cómo influye hoy el uso de las redes sociales? 

--Es un tema de nunca acabar. Las redes sociales influyen muchísimo porque antes, cuando no existían, los chicos se iban a su casa después de la escuela y ya está. El bullying quedaba ahí. Hoy los maltratos siguen por las redes, una arma muy peligrosa. Cobardía pura. Y otra vez so los chicos  que reciben el bullying son los que tiene que dejar el celular para descansar de todo eso malo que reciben. El acoso hoy es 24/7. Mi pregunta es ¿hasta cuándo y cuáles son las consecuencias?

Las redes deben ser controladas y observadas. Por suerte ya  hay personas que están haciendo algo con eso. Pero hay muchos cobardes detrás de una pantalla que se animan a decir cosas que delante de la persona no dirían. Se esconden de una forma perversa y cobarde. Las redes tienen mucha influencia porque son muchas horas en las que la víctima no tiene respiro.

--Y el acoso persiste aún fuera del colegio…

--Claro, el  fin de semana ya ni siquiera es un descanso de dos días porque el domingo empieza el temor, la ansiedad, las dudas, el no querer que llegue el lunes porque comienza otra vez la agresión, el desgano, el descontento. El fin de semana tan esperado para descasar, jugar y disfrutar se transforma en otra cosa. 

Y, muchas veces, el chico que juega un deporte también recibe bullying y el entrenador no lo sabe porque algunos no se animan a hablar. Entonces, ese fin de semana,  que debería ser recreativo, de disfrute, al aire libre o con películas o actividades para edificar termina siendo un sufrimiento.

--¿Cómo te gustaría terminar esta nota? ¿Con qué mensaje?

--Me gustaría terminar primeramente agradeciendo este espacio. Y en segundo lugar, haciéndote una pregunta: ¿Sabés lo que se siente cuando dejás a tu hijo por cinco horas en un lugar en el que sabés que va a ser maltratado? Mientras buscás otro lugar no es fácil dejarlo ahí sabiendo que todos los días los mismos chicos siguen haciendo bullying.

Por último, me gustaría darle ánimo a todos, porque en un libro de Liderazgo y Visión que estoy leyendo se hace mucho hincapié en tener ánimo. Y al ánimo se o define así: como tomar un nuevo aliento y avanzar. Un nuevo aire.  

Para brindar testimonios o ponerse en contacto con Julio Verdino escribir al (291) 422-5542.