Música, arte y memoria: los homenajes a 21 años de Cromañón

Redacción de La Nueva.

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Familiares y sobrevivientes de la tragedia de República de Cromañón realizaron anoche una serie de homenajes al cumplirse 21 años del incendio que provocó la muerte de 194 personas y dejó más de 1.400 heridos. Las actividades se desarrollaron en distintos puntos de la Ciudad de Buenos Aires y tuvieron como eje la memoria, la solidaridad y el recuerdo de las víctimas.

La jornada principal comenzó con una marcha desde Plaza de Mayo hasta el santuario ubicado en el ingreso del exlocal bailable, en Bartolomé Mitre —entre Ecuador y Jean Jaurès—, a pocos metros de la estación Once y Plaza Miserere. Allí se llevaron adelante intervenciones simbólicas, estampas alusivas y expresiones artísticas en vivo.

Durante el acto, el cantante Sebas Fernández, la cantora Ferni y el grupo Vamos Negrita acompañaron el homenaje con música, en un clima atravesado por la emoción y el recogimiento. Además, se instaló un "árbol de la vida con causas sociales" y, en consonancia con el lema de la convocatoria, el lugar fue nombrado como "Espacio para la memoria", reforzando su carácter simbólico y colectivo.

En paralelo, se realizó otro acto en el estadio Malvinas Argentinas, del club Argentinos Juniors, en el barrio porteño de La Paternal. Allí participaron distintos artistas y cerró la jornada Patricio Fontanet, actual líder de Don Osvaldo y exintegrante de Callejeros.

Este homenaje fue organizado por la agrupación No nos cuenten Cromañón, que explicó que la elección del estadio respondió a "razones de comodidad y seguridad", con el objetivo de garantizar mejores condiciones de visibilidad, sonido y cuidado para quienes año tras año se acercan a recordar y reclamar.

"Este año, el acto se realizó en el marco de una Jornada Solidaria, retomando el valor de la solidaridad como eje central de la memoria colectiva: fueron esos gestos solidarios los que salvaron vidas aquella noche", señalaron desde la organización.

La tragedia

El 30 de diciembre de 2004, pocos minutos después de iniciado el show de Callejeros, una bengala encendida por un asistente alcanzó una media sombra ubicada cerca del cielorraso, que se incendió de manera inmediata. Aunque el fuego se extinguió rápidamente, el humo tóxico se propagó por todo el lugar.

En el interior del boliche había más de 4.500 personas, pese a que estaba habilitado para poco más de mil. La asfixia provocada por el humo y la imposibilidad de evacuar con rapidez derivaron en una de las peores tragedias no naturales de la historia argentina. Con el paso de los años, 17 sobrevivientes se quitaron la vida, profundizando el impacto humano del hecho.

A 21 años, Cromañón sigue siendo una herida abierta, pero también un símbolo de lucha, memoria activa y homenaje permanente a quienes no volvieron. (NA)