Bahía Blanca | Miércoles, 03 de diciembre

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Discapacidad: cuando las barreras no están en las personas, sino en el entorno

La inclusión depende menos de las condiciones individuales y más de transformar los espacios públicos, las prácticas sociales y las actitudes que siguen limitando la participación plena de millones de personas.

El Día de la Discapacidad se conmemora el 3 de cieciembre

En la antesala del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, que se conmemora este miércoles, especialistas y organismos vuelven a poner el foco en un punto clave: las limitaciones más profundas no provienen de los diagnósticos, sino de las barreras físicas, comunicacionales y culturales que persisten en la vida cotidiana.

La fecha, proclamada en 1992 por la Organización de las Naciones Unidas, busca promover derechos, bienestar y participación plena, además de reforzar la necesidad de construir sociedades accesibles e inclusivas.

"La discapacidad no es un atributo individual, sino una interacción con un ambiente que no siempre contempla la diversidad humana. Un escalón puede ser más limitante que cualquier condición motriz; una conversación que excluye puede generar más aislamiento que una discapacidad auditiva", señaló la Dra. Valeria El Haj, quien advierte sobre la urgencia de repensar el enfoque tradicional.

Según la profesional, este cambio de mirada implica reconocer que la inclusión se juega en los espacios más cotidianos: "Hablar de discapacidad hoy implica hablar de participación plena, igualdad de oportunidades y accesibilidad en la vida diaria. La inclusión se construye en la vereda, en la escuela, en el transporte, en el trabajo y en cada espacio donde las personas desarrollan su vida".

La directora médica nacional de Ospedyc subrayó además que, cuando los entornos incorporan información clara, infraestructura accesible y lenguajes respetuosos, las posibilidades se amplían: "Las barreras se desvanecen cuando cada persona es valorada desde su singularidad".

Este enfoque está respaldado por la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, vigente en Argentina, que sostiene que la discapacidad surge cuando el contexto no permite la participación en igualdad de condiciones. De allí deriva una responsabilidad colectiva: no se trata de "ayudar" desde la lástima, sino de eliminar prejuicios, derribar estereotipos y promover prácticas que reconozcan la autonomía.

Los especialistas coinciden en que la inclusión real nace en gestos simples, preguntar cómo acompañar, respetar la forma de comunicación de cada persona, ofrecer información en formatos accesibles y evitar suposiciones sobre capacidades ajenas. Escuchar a quienes viven con discapacidad, aseguran, es esencial para identificar barreras y avanzar hacia soluciones efectivas.

"Cuando una sociedad se organiza para que todos puedan participar, la discapacidad deja de ser un límite. Lo que aparece entonces es lo que siempre estuvo allí: personas con proyectos, deseos, talentos y derechos, que solo necesitan lo mismo que cualquier otra —un entorno que no les cierre la puerta", concluyó la Dra. El Haj. (NA)