Maxi Moreno: de la tragedia al rescate y un sueño de Navidad
En la madrugada de la devastadora inundación que golpeó Bahía Blanca, Maximiliano Moreno no dudó en arriesgar su vida para salvar vecinos y animales. A sus 24 años, este joven trabajador que perdió casi todo busca un empleo estable y una casa donde vivir con sus perros y su gato, lejos de los temores que dejó la tormenta.
La noche del 6 de marzo parecía una más. Maximiliano Moreno, de 24 años, se acostó con la lluvia tranquila que tanto disfruta.
“Yo me acosté con lluvia y era súper tranquila la lluvia. Yo aparte duermo súper bien con lluvia. Me había puesto tres alarmas, yo entraba a las seis de la mañana, entonces me levantaba a las cinco por lo general. Pero como habían dicho que no vayamos, me puse una alarma a las 6, otra a las 7 y otra a las 8 para ver qué pasaba. Me dormí y al otro día me levanté sin pensar para nada lo que iba a pasar", recuerda.
“Los perros estaban súper alterados. Yo justo había adoptado un gatito, pero estaba re dormido conmigo, así que estaba tranquilo. Uno de mis perros le tiene mucho miedo a las tormentas, entonces era el que más alterado estaba. Me levanté con la tercera alarma, llovía demasiado y ya sentía el agua en los pies. Abro la ventana y veo que estaba inundadísimo el patio y me estaba entrando agua por la puerta de la pieza”.
Maxi con Blanca y Dai.
“Salgo, entro a los perros que estaban afuera en el patio. Los entré rápido, los subí a la cama. Abrí las puertas, salí para la cocina, en la cocina había más agua todavía. Todo eso entró rápido para la pieza. No llegué a juntar nada. Me preocupé por los perros, los subí a la cama. Pensé que era yo el problema, que se me había tapado el desagüe. Salí a barrer el pasillo y el desagüe. Abrí la ventana y veo que no existía la calle, no existía nada. Había una corriente que arrastraba autos, carritos, todo. Me quedé en shock, pero fue un segundo, no tuve tiempo ni para pensar.”
Ya con el agua tapando la cama, Maxi recuerda que a través de WhatsApp, cuando aun había señal y desconocía la situación de la ciudad, les pedía a los grupos de rescate de animales que vinieran a salvar a sus perros. Fueron ellos quienes le sugirieron 'que se subiera al techo con los perros’. Pero a mí me daba miedo, era un techo de chapa, pero cuando el agua tapó la cama fue único que pudimos hacer y ahí apareció mi vecina Blanca y los llevé a su techo que era más seguro".
"Snoopy"
"Salvador"
"Simba"
"Snoopy", el border collie y "Salvador", cruza pitbull, todos rescatados, más "Simba", el gatito adoptado, pasaron al techo de Blanca. Al rato apareció Jorge, otro vecino, que los invitó a su hogar, en una planta más alta y por lo tanto, más seguro.
En medio del caos, la solidaridad se volvió vital. “Blanca me ayudó a subir a mis perros y Jorge y Dai, mis otros vecinos, salieron de su casa para darnos una mano. Podrían haberse quedado tranquilos, pero se mojaron, se arriesgaron y nos ayudaron. Eso me marcó mucho”, cuenta.
La escena se repitió con otros vecinos. Maximiliano y Jorge rescataron a personas mayores atrapadas en el agua.
“Fuimos a buscar a Nené y su marido y un matrimonio de más de 90 años, cuya hija nos pedía auxilio porque la señora no podía caminar, estaba sentada esperando no morir. Fue horrible, pero logramos sacarlos y darles calor con mantas y café. Ellos tenían la casa dada vuelta, heladeras flotando.. procuramos sacar lo indispensable y cruzar y luego llegó más gente para ayudar. Lo más importante, estaba hecho, los sacamos con vida. Y ahí, viendo a tanta gente grande tan vulnerable, no pude evitar acordarme de mi abuela. Rezaba mucho, le agradecí a Dios luego que estuviera bien”, recuerda.
“Después fui a casa y era todo un caos. Ya había perdido todo. Jorge y Dai me preguntaron si tenía dónde quedarme. Me ofrecieron un lugar. Yo llevé un colchón que tenía en el lavadero y la pasé ahí. Lo más importante para mí es que estábamos bien mis animales y yo. Nos hicimos más unidos, estuvimos ayudándonos, dándonos mates, charlando, riéndonos un poco, llorando juntos también, limpiando. Yo siempre intento de tratar a las personas como me gusta que me traten. Yo recibí ayuda y di ayuda. Sé que en esas situaciones resulta indispensable ponerse en el lugar del otro.”
Maxi y su vecina Blanca
Aunque muchos lo llaman héroe, él rechaza ese título. “No me considero un héroe, sino una persona que tuvo la buena suerte de coincidir con buena gente. Lo hice desde el corazón, desde la empatía y los valores que me enseñaron. Sí, obviamente tuve miedo, fue una situación horrible lo que vivimos. Después tuve situaciones en las que lloré un minuto y ya después no me permitía llorar. Es como que ya está, ya pasó, esto nos desbordó a todos pero tuvimos que seguir adelante. Todos actuamos de corazón, Jorge, Blanca, Dai y tantos héroes anónimos, ninguno esperaba nada a cambio y todos nos quedamos con un montón de cosas lindas: amistad entre vecinos y mucha gratitud".
“Mi sueño y anhelo es tener una casa propia y dejar de alquilar. Siempre me gustaron los patios, pero ahora prefiero algo más alto, te queda una fea sensación después de todo esto que vivimos. Mi prioridad ahora es conseguir trabajo y salir adelante. Me gustaría trabajar en algún banco, ya que es un empleo que me permitiría poder estudiar. Pero si no, de lo que haya. Aprendí de todo: trabajé en gastronomía, en una verdulería, en la cooperativa de cajero, de repositor, aprendí tareas de supervisor, trabajé también de limpieza. Tengo la capacidad para adaptarme a cualquier trabajo.”
“El deseo para esta Navidad sería trabajar, conseguir una casa donde pueda estar con mis perros y mi gato. Ellos son mi familia. Ellos me rescataron a mí cuando tuve depresión cundo me echaron del trabajo después de la tormenta. Yo seguí adelante por ellos porque sabía que tenía una responsabilidad. Un buen trabajo, una casa donde estar, esos son mis sueños", concluyó.