Una Licenciada en Letras consiguió el mejor promedio en la Colación
Diamela Frapolli resultó la graduada más destacada en la última entrega de diplomas de 2025, que se llevó a cabo en el Aula Magna de Colón 80.
Una flamante egresada en el licenciatura en Letras resultó la graduada más destacada de la 412ª Colación de Grados, la última del año 2025 de la Universidad Nacional del Sur.
Diamela Frapolli obtuvo 9,32 puntos de promedio con lo que se convirtió en el mejor desempeño de esta Colación.
El acto de entrega de diplomas tuvo lugar en el Aula Magna de avenida Colón 80 y fue presidido por el rector de la institución, doctor Daniel Vega.
Participaron de la ceremonia los Departamentos de Agronomía, Biología Bioquímica y Farmacia, Ciencias de la Administración, Ciencias de la Salud, Ciencias e Ingeniería de la Computación, Física, Geología, Geografía y Turismo, Humanidades, Ingeniería, Ingeniería Química, Matemática, Ingeniería Eléctrica y de Computadoras, Química, Derecho y Economía, cuya directora decana, magíster Silvina Elías, estuvo a cargo del discurso.
El listado completo de flamantes profesionales es el siguiente:
Doctor en Agronomía: María Agustina Rodríguez y María Sol Villaverde.
Doctor en Biología: Sebastián Giunti.
Doctor en Farmacia: Fátima Regina Viceconte.
Doctor en Ciencias de la Administración: Rodrigo Nicanor Arcentales Carrión.
Doctor en Ciencias de la Computación: Antonella Soledad Antonini.
Doctor en Geología: Luis Sebastián Agüero y Matías Rey.
Magister en Salud Colectiva: Alejandra Elizabeth Mangione.
Magister en Economía: Federico José de Simón.
Especialista en Gestión de Recursos Humanos: Matías Hernán Manzanal.
Especialista en Derecho de Familia, Infancia y Adolescencia: Maximiliano Fernando Martínez.
Ingeniero Agrónomo: Leandro Oscar Acuña, Fernando Dillon, Camila Guariste e Ian Martín.
Bioquímico: Daiana Soledad Bertelly.
Contador Público: Tomás Arellano, Florencia Luana Dierna, Giovanna Naomí Malvicini, Camila Robbiani y Adriel Arístides Vergara.
Licenciado en Administración: Laureano Casalini y Clarisa Marabini.
Licenciado en Enfermería: Belén Marisol Campero.
Ingeniero en Computación: Rodrigo Agustín Miguel.
Ingeniero en Sistemas de Información: Gonzalo Martín Pérez.
Abogado: Camila Malena Avila Luppi, Magalí Cappelli, Candela Conti y Manuela Fornales.
Licenciado en Seguridad Pública: Fabricio Guillermo Madona y Yolanda Mariel Pelozo.
Licenciado en Economía: Franco García, Catalina Sol Martínez Stanziani y Yamila Marisol Muñoz,
Licenciado en Geofísica: Lucía Daniela Guisande.
Arquitecto: Julieta Belén Allende y Manuela Dalmonego.
Licenciado en Ciencias Geológicas: Jerónimo Galvez.
Licenciado en Letras: Diamela Frapolli.
Profesor en Letras: Carolina Ayelén Moreno y María Florencia Volonterio.
Ingeniero Civil: Emanuel Cuchan, Germán Giacomodonato y Facundo Nahuel Marín.
Ingeniero Industrial: Josefina Comerio.
Ingeniero Mecánico: Ivana Leonie Ihlenfeld.
Ingeniero Electricista: Maximiliano Pérez.
Ingeniero Electrónico: Ricardo Ariel Menna.
Ingeniero Químico: Delfina Raj Pizzano y Carmen Eugenia Rojas Torres.
Ingeniero en Alimentos: Laura Belén Ferrelli.
Técnico Universitario en Operaciones Industriales: Candela Campastri y Juan Francisco Egidi.
Licenciado en Matemática: Germán Nicolás Sabatini.
Licenciado en Química: Facundo Agustín Paredes.
"La educación pública es un bien irrenunciable, aun en los momentos más complejos"
Doctor Daniel Vega, rector de la UNS
No es habitual que un rector hable en una Colación de Grados, pero por muchas razones este fue sin dudas un año “no habitual”…
No podemos desconocer que este año ha estado atravesado por grandes dificultades. Las restricciones presupuestarias que afectan al sistema universitario público y la inundación que golpeó duramente a la ciudad de Bahía Blanca pusieron a prueba a nuestra comunidad.
Sin embargo, frente a la adversidad, la Universidad respondió con solidaridad, trabajo colectivo, excelencia académica y una firme convicción de que la educación pública es un bien irrenunciable, aun en los momentos más complejos.
En ese marco, la culminación de sus estudios adquiere un valor aún mayor: por su parte, ustedes demostraron perseverancia, capacidad de adaptación y vocación por superarse, cualidades que la sociedad necesita con urgencia.
Por nuestra parte, la universidad pública argentina, y la Universidad Nacional del Sur en particular, demuestra que a pesar de todos los cuestionamientos, seguimos haciendo un aporte fundamental en cada uno de ustedes para la construcción de una sociedad más justa, más solidaria y más democrática.
A ustedes, graduados, los invitamos a llevar con orgullo su formación de excelencia, la que nos ubica en el 10% superior de las mejores universidades del mundo, y a ponerla al servicio del desarrollo colectivo.
Felicitaciones por el camino recorrido y por el futuro que comienzan a construir. Y que tengan ustedes y todos sus seres queridos muy felices fiestas
"Es oportuno reconocer y agradecer profundamente a nuestras familia"
Catalina Martínez Stanziani, Licenciada en Economía
Es un profundo honor para mi tomar la palabra en este momento trascendental para la vida de un estudiante. Les agradezco por ello.
Hoy cerramos una etapa que, sin duda, ha dejado una huella imborrable en nuestras vidas. Celebramos la culminación de un sueño que, aquel día en que ingresamos a la UNS, nos parecía tan lejano, hasta casi inalcanzable.
En pocos minutos recibiremos el diploma que condensa un valor inmenso, superior al mero registro de materias cursadas y finales aprobados. En él se encuentran resumidos años de emociones intensas. los nervios previos a cada final, angustias cuando las notas no eran las que esperábamos, alegrías cuando las notas no eran las que esperábamos, la frustración cuando algo se resistía a entrar en nuestra cabeza y la euforia al comprender por fin un concepto complejo. Reúne tardes interminables de estudio en la sala, cantidades industriales de mate compartido, y, por encima de todo, un profundo crecimiento personal.
Hoy podemos mirar hacia atrás con cariño y abrazar a ese estudiante que fuimos. Aquel que, con mucho esmero, nunca dejó de avanzar. Y en ese abrazo sentimos la satisfacción de ver culminado un camino que nos ha forjado con disciplina, resiliencia y pasión por el conocimiento.
Para varios de nosotros, este título representa algo más. El esfuerzo de quienes dejaron su ciudad natal para mudarse solos a Bahía Blanca; de quienes estudiaron mientras cuidaban hijos o familiares; de quienes supieron combinar trabajo, responsabilidades y exigencias académicas.
Es oportuno, en este acto, reconocer y agradecer profundamente a nuestras familias, ese pilar silencioso pero indispensable que nos sostuvo en esta travesía.
Fueron ellas quienes, con palabras precisas, disiparon nuestras dudas y acallaron nuestros miedos. Estuvieron presentes desde el silencio más amoroso con una taza de café caliente cuando el cansancio nos vencía, con un plato de comida dejado en la mesa sin interrumpir nuestro estudio, comprendiendo nuestras ausencias y prioridades.
Muchas familias acompañaron desde la distancia. Con llamadas y mensajes, su apoyo trascendía los kilómetros. Y hay quienes ya no están físicamente entre nosotros, pero hoy se hacen presentes en esta celebración. Su memoria nos acompañó en cada esfuerzo y nos 19/12/2025 sostiene con el mismo amor de siempre.
A todos ellos, este título también les pertenece; se lo dedicamos con profunda gratitud.
Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a la Universidad Nacional del Sur. Casa de estudios que nos abrió sus puertas el día de nuestro ingreso y que, desde entonces, nunca volvió a cerrarlas.
En un contexto donde la educación superior no es accesible para todos, la UNS representa el compromiso irrenunciable para con una formación gratuita y de excelencia. Esta institución nos brindó una educación de sólido rigor académico, a la vez que nos invitó a pensar críticamente y a cuestionar lo establecido.
Nos formó como profesionales, pero también como ciudadanos comprometidos, conscientes de que el conocimiento que no se comparte ni se aplica para transformar la realidad pierde su sentido más profundo.
Por eso, al salir de estas puertas, llevamos con nosotros no solo un diploma, sino un legado que debemos honrar y proteger en cada decisión profesional, en cada proyecto y en cada acto cotidiano. Hoy prometemos devolver a la sociedad, multiplicado, lo que la sociedad, a través de esta universidad pública, nos ha dado.
Quisiera destacar especialmente al Departamento de Economía. Dentro del cual sus estudiantes hemos sido testigos de una sinergia única, que trasciende la mera transmisión de conocimientos, haciéndose palpable en el compromiso profundo y en el corazón con que cada profesor se presenta día tras día frente al aula.
De manera más personal, quiero agradecer a mi propia familia. Estoy profundamente convencida de que esta etapa no habría sido posible, ni habría tenido el mismo sentido, sin su apoyo incondicional.
Aunque este título lleve mi nombre, cada esfuerzo y cada logro de este camino llevan impresa su huella indeleble. Gracias, de corazón, por haber hecho posible lo que hoy celebro.
Por último, graduados, no tengan miedo de arriesgarse, de perseguir sus sueños. No tengan miedo de fracasar, porque el fracaso es parte natural del proceso de aprendizaje.
Recuerden siempre que la vida es un viaje, no un destino. Busquemos lo que amamos, hagamos lo que amamos, compartamos lo que hagamos. Allí donde quiera que nos lleve el próximo capítulo hagamos que el viaje valga la pena Les deseo a todos unas muy felices fiestas.
"Les deseo una vida plena de proyectos"
Silvina Elías, directora decana de Economía
Es un honor y una gran alegría dirigirme a ustedes en este día tan significativo. Hoy volvemos a encontrarnos en el Aula Magna para celebrar uno de los momentos más trascendentes de la vida académica: la graduación de una nueva cohorte de profesionales formados en nuestra casa de estudios. Este acto, que celebramos varias veces al año, nunca es igual. Porque cada grupo de estudiantes trae consigo nuevas historias, desafíos y esperanzas.
Estamos reunidos para celebrar un hito que trasciende lo individual. No es solo la culminación de una carrera universitaria; es la afirmación de un proyecto educativo colectivo que sigue abriendo puertas, ampliando horizontes y transformando vidas, incluso en contextos adversos. Este logro pertenece también a toda la comunidad que sostiene día a día el funcionamiento de esta institución: docentes que los acompañan con dedicación, personal no docente que garantiza cada engranaje, y una sociedad que apuesta por un modelo de educación superior accesible y de calidad.
Por eso, si bien quiero comenzar felicitándolos a ustedes —graduadas y graduados—, es fundamental extender estas felicitaciones a quienes hoy los acompañan: familias, parejas, hijos, amigos. A quienes alentaron, sostuvieron y celebraron cada paso de este recorrido. A esa mamá, papá o abuelo que preparaba el mate o el café antes de un examen, a ese compañero que compartió los apuntes en un momento difícil, a ese docente que agregó un horario de consulta extra. Ellos también forman parte de este logro, porque cada avance se nutre del apoyo constante de los afectos. Y es ese apoyo el que les permitió escribir una historia única.
Cada uno de ustedes llega a este día después de un recorrido personal y singular, lleno de búsquedas, dudas, descubrimientos y esfuerzos. Algunos estudiaron entre turnos de trabajo y cuidados, otros llegaron desde pueblos de la zona con más incertidumbres que certezas, otros atravesaron crisis vocacionales. Y hoy están acá. No como casos aislados, sino como parte de una construcción común, que sigue abriendo caminos incluso cuando el mundo parece cerrarlos.
Hubo largas noches de estudio y trabajos o entregas que parecían no terminar nunca. Hubo clases que los desafiaron y otras que despertaron vocaciones. Hubo amistades que nacieron sin planearlo, espacios que se volvieron puntos de encuentro, el comedor, las bibliotecas, las salas de lectura. Y hubo momentos en los que sintieron que no podían más… pero pudieron. Estar hoy aquí es la mejor prueba de ello.
Durante estos años vivieron experiencias que exceden lo estrictamente académico. Se enfrentaron a asignaturas difíciles y a plazos exigentes. Conocieron la intensidad de la vida universitaria. Muchos de ustedes tuvieron también que adaptarse a vivir fuera del seno familiar, en una ciudad nueva, lejos de los afectos. Pero también atravesaron momentos de descubrimiento, de encuentros significativos y de aprendizajes que dejan huella. La universidad los invitó a pensar críticamente, a hacerse nuevas preguntas, a comprender el mundo desde otras perspectivas y a participar en él con responsabilidad y autonomía. Ustedes ya no son los mismos que ingresaron el primer día a nuestras aulas. Y esa transformación es, quizás, el logro más profundo de la educación. Hoy celebramos no solo el título que reciben, sino también el camino recorrido y lo que ese camino les dejó.
En un país donde la incertidumbre se ha vuelto cotidiana, y la crisis económica golpea hogares y proyectos, completar una carrera universitaria no es un trámite más. Es una apuesta por el futuro cuando el presente se vuelve desafiante. Es sostener la convicción de que el conocimiento transforma, de que la educación vale la pena, de que la movilidad social es una posibilidad real.
Nuestra ciudad y nuestro país han atravesado y atraviesan tiempos difíciles, con crisis que afectaron profundamente la vida de miles de personas y también la capacidad de las instituciones educativas para cumplir sus funciones esenciales. Que hoy estemos celebrando esta ceremonia es una prueba de fortaleza institucional, pero también de una enorme fortaleza humana: la de ustedes, queridas graduadas y graduados.
A quienes hoy se gradúan les espera un mundo laboral impactado por transformaciones vertiginosas: tecnológicas, sociales, económicas y culturales. Nuevas formas de trabajo, cambios acelerados, problemas públicos complejos y desigualdades persistentes plantean desafíos que no pueden resolverse con recetas del pasado. Su paso por la UNS coincidió con años de cambios inesperados, como estudiar en pandemia, y aprendizajes colectivos que pusieron a prueba nuestra imaginación institucional. Todo eso deja una enseñanza profunda: el conocimiento es poderoso, pero necesita ir acompañado de flexibilidad, creatividad, sensibilidad social y capacidad de diálogo.
Hoy culmina una etapa, pero no termina su formación. Ser profesionales en este siglo implica aprender toda la vida, revisar las propias certezas, dialogar con otras disciplinas y asumir un rol activo en la sociedad. No basta con dominar saberes técnicos: se necesita lucidez para interpretar la realidad, compromiso para transformarla y sensibilidad para comprender a quienes viven en ella.
Porque la experiencia universitaria no se agota en cursar materias. Es aprender a mirar la realidad con otros ojos, descubrir que cada problema admite múltiples enfoques y comprender que todo conocimiento conlleva una responsabilidad ética. Es formarse como profesionales, pero también como ciudadanos y ciudadanas capaces de pensar, cuestionar, participar y construir futuro junto a otros.
Defendamos una universidad que no se limite a transmitir competencias, sino que sea un espacio de debate, de cultura, de diversidad y de pensamiento autónomo. Una institución que ensanche horizontes y que, en tiempos de inmediatez, siga apostando por la reflexión profunda, el estudio serio y el diálogo responsable.
Quisiera dejarles una reflexión inspirada en el sociólogo alemán Hartmut Rosa, quien sostiene que uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo es vivir en un mundo que se acelera sin descanso. Todo parece moverse más rápido que nuestra capacidad de comprenderlo: la tecnología, el trabajo, las expectativas sociales, incluso nuestras propias decisiones. Sin embargo —dice Rosa— lo que verdaderamente nos sostiene no es la velocidad, sino la resonancia: esos momentos en los que algo nos toca, nos transforma y nos conecta de manera auténtica con el mundo.
Si lo pensamos, la universidad está hecha de esos instantes de resonancia: una clase que nos sacudió, una conversación que cambió nuestra perspectiva, un profesor que nos desafió, un compañero que nos acompañó, un proyecto que despertó una vocación. No son experiencias cotidianas, pero cuando aparecen deja huellas profundas. Hoy celebramos justamente esas huellas.
Rosa nos recuerda también que una vida valiosa no se mide por la cantidad de tareas cumplidas ni por la velocidad con la que avanzamos, sino por la profundidad de los vínculos que construimos y la capacidad de responder con apertura y sensibilidad a lo que el mundo nos propone. Han dominado lenguajes complejos: los de sus disciplinas. Los códigos del derecho, las ecuaciones matemáticas, los cálculos de la ingeniería, los métodos de las ciencias sociales, los saberes de la salud. Son, ahora, portadores de una formación especializada. Pero el gran desafío que nuestro tiempo les plantea es otro: ¿Cómo lograr que ese conocimiento dialogue con los problemas concretos, con otros campos disciplinares o con quienes no comparten su profesión?
Para Rosa, esa conexión profunda con el mundo y con los otros es condición de una vida plena. Y no hay verdadera conexión sin comprensión mutua. Esa es la invitación con la que quisiera que se vayan hoy: busquen esos espacios los conecten genuinamente con lo que hacen, con quienes los rodean y con las causas que los movilizan. No se dejen arrastrar únicamente por la lógica del rendimiento; elijan, cada vez que puedan, aquello que los conecta con otros y con ustedes mismos.Final del formulario
Si logran eso —si logran que su vida profesional y personal esté guiada no solo por la urgencia, sino también por la resonancia— entonces habrán honrado de la mejor manera su paso por esta institución. Que su carrera profesional no sea solo una sucesión de tareas, sino un camino y un modo de vivir que los haga sentir plenos, comprometidos con la sociedad y profundamente humanos.
Queridas egresadas y egresados: Aunque hoy culmina una etapa, esto no es un adiós. La UNS no despide a sus egresados; los abraza en su nueva condición y los invita a seguir siendo parte de esta comunidad. Vuelvan, participen, aporten. Esta casa se fortalece con cada uno de ustedes. Llévense consigo lo aprendido, pero también lo vivido: los debates, los desafíos, los vínculos. Llévense la certeza de que la UNS está orgullosa de ustedes y que siempre será su casa, un lugar al que pueden volver y un espacio que seguirá necesitando de su mirada, su voz y su compromiso.
Llegamos a este acto en el cierre del año, en un diciembre que invita naturalmente al balance, al encuentro y al deseo. Ojalá estos días sean para ustedes un tiempo de descanso, de celebración y de reencuentro, junto a quienes los acompañaron en este camino.
Les deseo una vida plena de proyectos, de búsquedas, de encuentros y de resonancia. Celebren este logro, abracen este momento y también este tiempo de nuevos comienzos. Que nunca pierdan la curiosidad. Que defiendan espacios de reflexión en un mundo de respuestas rápidas. Y que lleven consigo esta certeza: fueron formados no solo para tener éxito, sino para contribuir. Crean en ustedes, sueñen en grande. El futuro los espera.
Muchas felicitaciones, de todo corazón para nuestras graduadas y graduados, y mis mejores deseos a todas y todos para el año que comienza.