Bahía Blanca | Lunes, 01 de diciembre

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Coronel Rosales y Monte Hermoso, guardianes del pasado

Aprobada la Ley que propuso el bahiense Marcelo Feliú, ambos municipios tendrán gestión compartida de su invaluable patrimonio costero.

La Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires sancionó recientemente el proyecto impulsado por el senador bahiense Marcelo Feliú, modificando la Ley 13.394 para incorporar a los municipios de Coronel Rosales y Monte Hermoso en la administración del área natural protegida que alberga un patrimonio paleontológico.

La modificación legal permite que el Ejecutivo bonaerense coordine con los municipios de Coronel Rosales y Monte Hermoso las acciones destinadas a la participación de los mismos en la administración y gestión del área natural protegida.

En los fundamentos de la ley, Feliú sostuvo que es indispensable que los municipios "tengan la representación que les compete" en la administración de estos sitios de alto valor científico, destacando la necesidad de garantizar una "gestión compartida entre la provincia y los municipios".

Con esta medida, se reconoce el rol esencial de los gobiernos locales en la preservación del patrimonio que se extiende por las costas del sudoeste bonaerense.

Este nuevo marco legal busca fortalecer la coordinación institucional y la participación local, respondiendo a un reclamo histórico de los municipios y de la comunidad científica.

Un laboratorio natural

La importancia de la norma radica en la riqueza y antigüedad de los restos fósiles que alberga el territorio. 

Los yacimientos comprendidos, como Farola Monte Hermoso, Barranca Monte Hermoso y Las Rocas, son reconocidos internacionalmente por su aporte a la investigación.

La zona es crucial para la paleontología debido a que allí se conservan restos de mamíferos, aves, reptiles, peces y anfibios extinguidos del período Plioceno, con una antigüedad estimada entre 5 y 3 millones de años. Tal es su magnitud que estos sitios permitieron establecer la "Edad Mamífero Montehermosense", una categoría de referencia en la paleontología argentina y mundial para datar y estudiar el pasado.

El área también es un laboratorio natural de incalculable valor, ya que documenta procesos geológicos y climáticos que han dejado huellas durante millones de años. Entre los hallazgos recientes, se destacan catorce piezas óseas de gliptodontes y otros grandes mamíferos extinguidos, mineralizadas por el mar y en excelente estado de conservación.

El legado de Darwin

El área protegida abarca una dualidad de patrimonio, combinando registros geológicos con la presencia humana ancestral.

En el partido de Coronel Rosales se encuentra el sitio de Pehuen Có, un lugar de gran valor histórico donde, en 1832, el naturalista británico Charles Darwin realizó observaciones geológicas clave durante su viaje a bordo del Beagle.

A pocos kilómetros, en Monte Hermoso, se halla el paraje conocido como “El Pisadero”, un sitio arqueológico que conserva rastros humanos y animales con una antigüedad aproximada de 7.000 años.

La nueva ley se enmarca en las políticas provinciales de preservación del ambiente e impulsa de manera directa el turismo científico y educativo, una de las principales actividades complementarias para las economías locales de Coronel Rosales y Monte Hermoso.

Una farola, una historia

La Farola Monte Hermoso, llamada también Las Rocas o Barrancas Monte Hermoso, se encuentra a 12 kilómetros hacia el oeste de Pehuen-Co.

Fue el lugar donde se ubicó el primer faro terrestre del litoral argentino, de ahí surgió Farola Monte Hermoso, como nombre de la zona.

El faro se construyó en 1881. Fue una torre de 22, 8 metros de altura, con armazón de hierro, en forma de pirámide cuadrangular, pintada de negro.

Durante muchos años cumplió su misión, marcando el rumbo a los navegantes de la costa argentina. En 1970, se retiraron las instalaciones lumínicas y el Servicio de Hidrografía Naval cambio su denominación de faro al de baliza ciega.

A partir de ese momento, comenzó su deterioro.

Aunque aún muchos lugareños, siguen llamando a este lugar como La Farola, el histórico faro, ya no se encuentra en pie. Un fuerte viento, la derribo, el 29 de enero del 2002.

Donde solía estar, el Servicio de Hidrografía Naval, construyó un monolito y colocó una placa señalizando el sitio original de emplazamiento del faro, como reconocimiento a su historia y a su valor patrimonial.

El riesgo

En verano comienza la actividad turística en la zona, que sin el control adecuado conlleva el riesgo de que existan efectos nocivos sobre el paisaje, como los vehículos todo terreno que producen destrucción de los registros fósiles y, en general, actos de vandalismo sobre los fósiles en cualquier época del año.[