Bahía Blanca | Domingo, 09 de noviembre

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Logística, la gran deuda

La combinación de carreteras, ferrocarriles, vías fluviales y puertos debe permitir la movilidad eficiente de grandes volúmenes de mercancías desde las zonas productoras hasta los puntos de exportación.

La logística es un elemento fundamental para el éxito de un país dedicado a la exportación de commodities, especialmente cuando se trata de territorios extensos con grandes desafíos geográficos y de infraestructura como Argentina. 

Una logística eficiente permite reducir costos, mejorar la competitividad internacional y garantizar la calidad de los productos hasta su destino final. Creo que, en esto, todos estamos de acuerdo.

Una red de transporte robusta y multimodal es esencial. La combinación de carreteras, ferrocarriles, vías fluviales y puertos debe permitir la movilidad eficiente de grandes volúmenes de mercancías desde las zonas productoras hasta los puntos de exportación.

Es crucial invertir en mantenimiento y ampliación de rutas, especialmente aquellas que conectan regiones con puertos marítimos. En esto es posible que también todos estemos de acuerdo, pero nada se hace para lograr algo parecido a lo planteado. 

El cuello de botella del Puerto local es la logística. Una red de rutas con más de 50 años de antigüedad sin mejoras, en estado deplorable. Este es un punto crítico a mejorar rápidamente para permitir el flujo de más de 2 mil camiones diarios que ingresan a las terminales portuarias.

El ferrocarril, la llave maestra de toda infraestructura logística, tiene una red de conexión portuaria privilegiada, que la conecta con todos los sectores del país que tiene vías férreas.

En los 140 años transcurridos desde la llegada del ferrocarril al Puerto, poco se ha hecho en mejorar la infraestructura de vías, y sí mucho en la cancelación y desmantelamiento de ramales que abastecían a la estación marítima. En material rodante, salvo en lo que hace a urbano en el AMBA, no se han incorporado nuevas locomotoras desde los 60 en que entraron las GM y las  ALCO.

La capacidad técnica de los argentinos hace que estos equipos sigan funcionando bien, con reparaciones y cambio de motores.

De hecho, Ferroexpreso Pampeano reconstruyó 2 locomotoras abandonadas y hoy traccionan los trenes graneleros. 

Nuestra región tiene una inmensa zona de captura para exportaciones, desde la Patagonia hasta la cordillera y el NOA. Por la profundidad de su ría, el Puerto de Ingeniero White es una unidad estratégica en el entramado agroexportador que se puede ampliar con muy poco a otros productos.

Pero si no se actúa prontamente en mejorar sustancialmente las redes ferroviarias y las rutas nacionales y provinciales que convergen a él, comenzará a perder protagonismo y ventajas económicas.

Debemos recordar que el fatídico temporal de marzo de este año destruyó puentes y obras de arte en las rutas, y, por primera vez, dañó los preciados trayectos ferroviarios que convergen al Puerto. 

Llama la atención la falta de decisión y fuerza del entramado dirigencial de la ciudad para reclamar por aquello que sellará su futuro. Por el contrario, se está dejando que la ciudad se vaya aislando lentamente por falta de accesos confiables.

La obra de acceso Sur a los puertos, iniciada hace 3 gobiernos es una de las peores imágenes que muestra nuestra ciudad en cuanto a abandono y falta de poder político local para lograr su finalización. 

En cuanto a la logística de almacenaje, desde 2016, en que Dreyfus amplió su planta de de Galván, no se han registrado otras obras para ampliar la capacidad.

La logística ideal para un extenso país exportador requiere una visión integral que combine infraestructura moderna, tecnología avanzada y procesos eficientes.

Solo así se podrá garantizar la competitividad global, la reducción de costes y la satisfacción de los mercados internacionales, consolidando la reputación del país como proveedor fiable y de calidad.