Bahía Blanca | Domingo, 09 de noviembre

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El origen de una fecha que marcó el rumbo económico del país

A más de doscientos años de aquel decreto de 1809, el "Día de la Exportación" recuerda que la apertura al mundo siempre ha sido un componente clave del crecimiento argentino. 

Cada 6 de noviembre, la Argentina celebra el “Día de la Exportación”, una fecha que invita a reflexionar sobre el papel que el comercio exterior ha tenido -y sigue teniendo- en el desarrollo económico del país.

Pero detrás de esta conmemoración hay una historia que se remonta más de dos siglos atrás, al Virreinato del Río de la Plata, cuando el deseo de libertad económica comenzó a gestarse mucho antes de la independencia política.

El origen de esta fecha se encuentra en el decreto del 6 de noviembre de 1809, mediante el cual se permitió la introducción de mercaderías extranjeras en el Virreinato, aunque con una condición: debían estar consignadas a comerciantes españoles.

A su vez, los productos que competían con los locales debían abonar un recargo del 12%, y se mantenían prohibiciones clave, como la importación de vinos, vinagres y aceites, o la extracción de oro y plata.

Si bien el Decreto buscaba ordenar el intercambio comercial bajo control español, marcó el inicio de un proceso de apertura económica que evidenció las tensiones entre las restricciones impuestas por la metrópoli y las necesidades de desarrollo de las colonias.

Detrás de aquel cambio normativo estuvo la influencia de uno de los pensadores más lúcidos del período: Mariano Moreno. En su obra “Representación de los hacendados”, también de 1809, denunció con firmeza las trabas que España imponía al comercio en el Río de la Plata y argumentó que el progreso del territorio dependía de liberar las fuerzas productivas locales.

Aquella representación fue mucho más que un texto político: fue un manifiesto económico precursor de la independencia, que inspiró las medidas que habilitaron el ingreso de mercaderías extranjeras y, meses después, se transformó en uno de los fundamentos ideológicos de la Revolución de Mayo de 1810.

De colonia a país exportador

Más de un siglo después, en 1942, el presidente Ramón Castillo decretó oficialmente el 6 de noviembre como el “Día de la Exportación”, en homenaje a aquel paso histórico que marcó el inicio del comercio exterior argentino.

Desde entonces, la fecha se convirtió en símbolo de una vocación nacional por integrarse al mundo a través del trabajo y la producción, un espíritu que fue moldeando la identidad económica del país.

Durante el siglo XIX, la ganadería fue la columna vertebral del comercio exterior, con exportaciones de cueros, carnes saladas y lanas que representaban cerca del 90% del total. Hacia fines de ese siglo, la agricultura comenzó a ganar protagonismo con el trigo y el maíz, abriendo paso a la etapa del modelo agroexportador.

Ya en el siglo XX, la soja emergió como el gran cultivo nacional. Argentina exportó por primera vez granos de soja en 1962, y desde entonces, su expansión fue sostenida hasta consolidarse como el principal producto de exportación del país, representando hoy alrededor del 60% de la superficie cultivada.

Con el paso de las décadas, la estructura exportadora argentina fue evolucionando. A los productos primarios se sumaron las manufacturas de origen agropecuario e industrial, los productos químicos, los autopartes y los bienes con alto valor agregado, que reflejan el esfuerzo por diversificar la matriz productiva.

Hoy, el desafío es lograr una inserción inteligente en los mercados internacionales, conquistando nuevos destinos y agregando valor a cada producto. Se trata de mirar más allá del mercado interno, hacia un mundo con más de 7.000 millones de consumidores potenciales, y entender que cada exportación es también una forma de construir soberanía y desarrollo sostenible.