Tasas
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Los problemas de los bahienses los sufrimos los bahienses. Pero los impuestos que pagan los bahienses los aprovecha todo el país, y apenas una ínfima parte regresa. Esta es la causa de la mayoría de las falencias que vivimos a diario en materia de obras y servicios.
Con dos catástrofes recientes y con años de demagogia que destruyeron el sistema de tasas municipales y desfinanciaron a la comuna, es lógico que hoy la ciudad se encuentre debatiendo aumentos que pueden parecer desmedidos en algunos casos, y que distintos sectores hayan expresado su preocupación al respecto. Del otro lado, tampoco debe olvidarse la inquietud de muchísimos vecinos cada vez que un nubarrón asoma en el horizonte.
No se trata de preocupaciones excluyentes. Las obras hidráulicas que propone el Municipio son imprescindibles, al igual que encontrar la manera de financiarlas en el corto plazo. A su vez, también es indispensable escuchar las preocupaciones de quienes deberán afrontar el mayor impacto económico de ese financiamiento.
Lo deseable es que, más allá de la actual coyuntura, de ese encuentro surjan acuerdos entre el sector público local y los privados que permitan impulsar en dónde corresponda una solución al problema de fondo: la forma en que se reparten los recursos que cada bahiense aporta al gobierno nacional en forma de impuestos. Solo así podremos avanzar hacia una ciudad autosustentable y, en consecuencia, previsible.