Bahía Blanca | Domingo, 02 de noviembre

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Bahía: preocupa la vuelta de una enfermedad que parecía erradicada

La Sociedad Argentina de Pediatría lanzó un comunicado en el que alerta sobre la aparición masiva de coqueluche en los más chicos. “No somos la excepción”, señaló la pediatra bahiense Paulina Gallegos.

Una enfermedad prácticamente erradicada está volviendo a escena con una fuerza inusitada, lo que genera preocupación en el sistema de salud de nuestra ciudad y la zona.

Se trata del coqueluche, también conocido como tos convulsa, producido por una bacteria altamente contagiosa por contacto con secreciones respiratorias de personas (sobre todo pequeños) que la portan.
Incluso, en los últimos días la Sociedad Argentina de Pediatría lanzó un comunicado en el que alerta sobre la aparición masiva de casos en los más chicos.

Ya en junio la Organización Panamericana de la Salud había advertido sobre el resurgimiento de casos en la región, instando a los países a reforzar la vigilancia epidemiológica y el monitoreo de las coberturas de vacunación.

“Gracias a la vacunación de la población objetivo se había convertido en una enfermedad controlada, pero debido a la disminución de las coberturas de vacunación, desde fines de 2024 se está observando un aumento en la incidencia de casos a nivel nacional”, manifestó la pediatra bahiense Paulina Gallegos (MP 3248).

Precisamente, ese incremento no cesa. De hecho, en lo que va de 2025 los casos triplicaron a los de 2024. Según el relevamiento de la SAP, en los primeros 9 meses del año se registraron 3.441 casos sospechosos, de los cuales 333 fueron confirmados, 288 de ellos mediante laboratorio.

“Bahía Blanca no es la excepción, e incluso ha habido una víctima mortal este último mes. La mayoría de los casos se concentran en menores de 5 años, especialmente en pequeños de 6 meses”, amplió la especialista, quien se desempeña en el Hospital Matera de nuestra ciudad.  

Y añadió: “Estamos en un momento de alerta epidemiológica, donde se insta a revisar y reforzar la vacunación, incluso adelantando dosis que deben ser recibidas y monitoreando estrechamente síntomas sospechosos para detectar casos y detener la transmisión”.

Cabe recordar que los principales síntomas del coqueluche son catarro, febrícula y lo más característico es la tos, que aparece generalmente en la segunda semana de evolución de la enfermedad.

“La tos se produce en accesos, acompañados de congestión facial, cianosis, sensación de ahogo y habitualmente sucedidos de vómitos. Son característicos accesos de tos de 5 golpes, con una inspiración forzada posterior”, graficó Gallegos.

Las complicaciones más frecuentes son neumonía, otitis media, convulsiones, encefalopatía y están relacionadas con la edad y la vacunación previa. Son más frecuentes y graves en recién nacidos y menores de 6 meses susceptibles, con presencia de apneas (pausas respiratorias) y muerte súbita.

“La detección de coqueluche se realiza primero por la sospecha clínica ante la presencia de síntomas y luego por el análisis de secreciones respiratorias en el laboratorio”, manifestó la doctora e insistió en que la principal medida de prevención es la vacunación.

“Está incluída en el Calendario Nacional de Vacunación, de manera que su aplicación es gratuita y accesible a toda la población. Está indicada a los 2, 4, 6 y 18 meses, con una dosis complementaria a los 5 años y otra a los 11 años”, informó la pediatra bahiense.

Además, resaltó que es importante también que personal de salud en contacto frecuente con menores de 12 meses reciban una dosis de refuerzo cada 5 años.

“Esta población no suele presentar síntomas graves, pero sí actúa de reservorio de la bacteria, como también adolescentes y adultos jóvenes”, explicó.

Las embarazadas a partir de la semana 20 de gestación también deben recibir la vacuna.

“La única manera de volver a controlar esta enfermedad es con vacunación, que ya ha dado muestras de ser altamente efectiva como medida de prevención”, opinó Gallegos.

En el país

En territorio argentino ya se notificaron 4 fallecimientos por coqueluche confirmada, todos en menores de 2 años.

“La enfermedad comienza con síntomas leves y progresa hacia una tos intensa y persistente, que puede durar semanas y provocar vómitos; en lactantes, puede presentarse con apneas o cianosis sin fiebre. Puede ser grave en menores de 6 meses, sobre todo en bebés prematuros, no vacunados o hijos de madres que no recibieron la vacuna durante el embarazo”, añadió, por su parte, María del Valle Juárez, epidemióloga pediatra y secretaria del Comité de Epidemiología de la SAP.

“Es necesario reforzar la sospecha clínica, la confirmación diagnóstica oportuna y mejorar las coberturas de vacunación”, agregó.

Ante casos sospechosos, la SAP recomienda iniciar tratamiento con azitromicina durante 5 días o, alternativamente, con claritromicina, eritromicina o trimetoprima-sulfametoxazol.

El documento también detalla las medidas para los contactos estrechos de pacientes confirmados: evaluación del esquema de vacunación, aplicación de refuerzos si fuera necesario, profilaxis antibiótica y no asistencia a la escuela hasta completar 5 días de tratamiento.

La vacunación es la herramienta más eficaz para prevenir formas graves y muertes por coqueluche, y para alcanzar coberturas superiores al 95 % en todos los grupos objetivo.

“En 2024 las coberturas del primer refuerzo en niños de 15 a 18 meses fueron solo del 68%. Es preocupante”, puntualizó Del Valle Juárez.

La vacunación

El Calendario Nacional de Vacunación establece la aplicación de la vacuna contra la coqueluche en:

--2, 4 y 6 meses: esquema primario (vacuna pentavalente)

--15 a 18 meses: primer refuerzo.

--5 años: segundo refuerzo (triple bacteriana celular).

--11 años: tercer refuerzo (triple bacteriana acelular).

--Embarazadas: una dosis a partir de la semana 20 de gestación.

--Personal de salud y convivientes de prematuros: una dosis cada 5 años.