La fuente de las focas
Es acaso la más atractiva de las construidas en el parque de Mayo.
Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
Hace 56 años, en octubre de 1969, comenzó la construcción de una nueva fuente en el parque de Mayo, ubicada en el sector de los juegos infantiles.
Equipamiento urbano heredado del barroco (año 1600), las fuentes de agua conforman uno de los aportes estéticos más atractivos de una ciudad, aportando un contacto con la naturaleza, además del atractivo sonido del agua en movimiento y el aporte de humedad frente a la aridez del clima.
El parque de Mayo tuvo en la década del 50 su primera obra de este tipo y en los 60 comenzó a sumar algunas más. Es el caso de la presentada en 1969, en el sector de juegos y vecina a un recién inaugurado carrito, el tercero habilitado en el paseo.
La obra reemplazaba a una existente en mal estado y contaba con una fuente-plato inferior de tres metros de diámetro con ocho picos de agua. Por encima un segundo plato de un metro de diámetro con un único pico, alcanzando el conjunto una altura de tres metros.
Por último, todo el grupo sería iluminado con al menos ocho reflectores con luces variadas, “con el fin de producir el colorido acostumbrado para este tipo de obras”, según comentó este diario. En cuanto a su funcionamiento, contaba con dos bombas impulsoras y cañerías de bronce.
Un detalle distinta era el revestimiento del fondo de la pileta, un diseño “moderno y atrayente”, utilizando venecitas, pequeñas piezas cerámicas combinadas en colores amarillo, rojo y celeste, e ilustrado el lugar con el dibujo de cuatro focas, cada una jugando con una pelota.
Más allá de la voluntad de construir este tipo de equipamiento y, en este caso, con una resolución colorida y atractiva, es habitual que las fuentes de la ciudad estén generalmente fuera de uso. Errores de diseño, falta de mantenimiento y vandalismo son algunas de las causas que privan a los lugares públicos de su disfrute.